Kittel fue Tirano de Bergerac
El d¨ªa despu¨¦s del primer descanso, el alem¨¢n conquist¨® con autoridad su cuarta victoria al sprint en la presente edici¨®n y la 13? en su carrera en el Tour.
Bergerac nos trae inevitablemente la imagen de una larga nariz. La de Cyrano de Bergerac, ese poeta y pensador franc¨¦s coet¨¢neo de Moli¨¨re en el Siglo XVII, que inspir¨® a Edmond Rostand una obra de teatro en la que un rudo personaje, diestro con la espada pero sensible con la palabra, dedicaba sus versos a la amada en nombre de otra persona. Muchos le recordar¨¢n encarnado en el cine en Gerard Depardieu (1990). O, incluso, en Jos¨¦ Ferrer (1950).
A los amantes del ciclismo nos evoca otra imagen. Tambi¨¦n con una espada. Esa bicicleta de contrarreloj que, con Miguel Indurain a sus lomos, vol¨® sobre las carreteras de la Dordo?a un 11 de julio como este martes, all¨¢ por 1994. El navarro dio el primer gran golpe para ganar el cuarto de sus cinco t¨ªtulos en el Tour. Y su director Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, tan h¨¢bil con la palabra como aquel poeta narigudo, dijo una famosa frase que siempre nos gusta recordar por estos pagos: ¡°Miguel Indurain fue Tirano en la tierra de Cyrano: fue Tirano de Bergerac¡±.
Este a?o el tirano ha sido Marcel Kittel. El tirano del sprint. El d¨ªa despu¨¦s del primer descanso, con las monta?as del Jura y de los Alpes ya en el retrovisor, el alem¨¢n conquist¨® con autoridad su cuarta victoria en la presente edici¨®n. S¨®lo hubo una llegada masiva que no domin¨®, en Vittel, porque se qued¨® cortado en una montonera. Su triunfo tambi¨¦n le eleva a la cima del ciclismo alem¨¢n, donde estaba empatado a 12 etapas con Erik Zabel. Su ¨¦xito en Bergerac es su 13? victoria. Y no tiene pinta de que sea la ¨²ltima.
En la v¨ªspera del presente Tour se hab¨ªa hablado mucho de un r¨¦cord de Erik Zabel, aunque no era este. El alem¨¢n hab¨ªa encadenado seis maillots verdes de 1996 a 2001. Peter Sagan aspiraba a igualar ese registro. Y dif¨ªcilmente se le hubiera escapado, pero aquel codo indiscreto lanzado contra Mark Cavendish en pleno sprint fren¨® la plusmarca. Ahora quien luce de verde es Kittel. Dominador y majestuoso.
La etapa no dio para m¨¢s. Ni ganas que tendr¨ªa la mayor¨ªa de ciclistas. Las heridas de la ¨²ltima batalla no hab¨ªan cicatrizado del todo. Ni las f¨ªsicas, ni las an¨ªmicas. Alberto Contador, que el d¨ªa anterior dej¨® caer que no sab¨ªa ¡°por qu¨¦¡± Nairo Quintana le hab¨ªa tirado en el Grand Colombier, decidi¨® cerrar la pol¨¦mica de forma tajante: ¡°No hay m¨¢s historia¡±. Rafal Majka no tom¨® la salida, como ya hab¨ªa anunciado en el lunes de reposo. Otro gallo a la larga lista de bajas que abrieron Valverde y Ion Izagirre en la crono inicial. De los siete ganadores de etapa que ha habido hasta la fecha, ya hay tres que no surcan las carreteras francesas: Sagan, Geraint Thomas y Arnaud D¨¦mare. Tampoco est¨¢ Richie Porte. El Tour no atrapa prisioneros. Y rueda sin piedad.
Y como la vida sigue, no falt¨® la aventura de cada etapa llana. Dos franceses militantes en equipos invitados. En el primer kil¨®metro salt¨® Yoann Offredo (Wanty). Y tras ¨¦l sali¨® Elie Gesbert (Fortuneo), el benjam¨ªn del Tour 2017, el ciclista que cumpli¨® 22 a?os justo en la jornada de su debut en D¨¹sseldorf, cuando inaugur¨® la carrera en la contrarreloj. Han pasado solo diez d¨ªas, ni siquiera la mitad del recorrido. Y han ocurrido ya tantas cosas¡