Historia del Tour de Francia
Toda la informaci¨®n sobre el Tour de Francia, una carrera ciclista que surgi¨® en 1869 con la carrera que uni¨® a las ciudades de Par¨ªs y Rouen.
2006-2016:?El Tour habla espa?ol
Terminada la dictadura de Lance Armstrong, el ciclismo espa?ol retom¨® el dominio en el Tour de Francia despu¨¦s de unos a?os de perfil bajo, tras la ¨¦poca gloriosa de Miguel Indurain. ?scar Pereiro, Alberto Contador y Carlos Sastre se adjudicaron las ediciones de 2006, 2007 y 2008 y 2009 aunque no sin pol¨¦mica, sobre todo en el caso del primero.
?scar Pereiro fue proclamado vencedor 15 meses m¨¢s tarde en un acto celebrado en Madrid, en la sede del Consejo Superior de Deportes, en una ma?ana de octubre. El corredor gallego se subi¨® en el segundo caj¨®n del podio de Par¨ªs, por debajo de Floyd Landis, pero al poco tiempo se supo que el estadounidense hab¨ªa dado positivo por testosterona sint¨¦tica en la etapa en la que ciment¨® su te¨®rica victoria, en Morzine. Aquel d¨ªa protagoniz¨® una espectacular escapada, una jornada despu¨¦s de sufrir una gran p¨¢jara. Un largo proceso en los tribunales dej¨® clara la culpabilidad de Landis y la organizaci¨®n del Tour reconoci¨® a Pereiro como leg¨ªtimo ganador.
2007 fue el a?o de Alberto Contador, que se convirti¨® en el sexto espa?ol en adjudicarse la ronda gala, a la estela de Mart¨ªn Bahamontes (1959), Luis Oca?a (1973), Pedro Delgado (1988), Indurain (de 1991 a 1995) y Pereiro (2006).
Unos d¨ªas antes de terminar el Tour, Michael Rasmussen, l¨ªder de la carrera, abandon¨® la prueba a petici¨®n de su equipo (Rabobank) por no haber respetado el c¨®digo interno de la formaci¨®n y tras comprobarse que el ciclista hab¨ªa mentido sobre su paradero durante los entrenamientos previos a la carrera. Hab¨ªa dicho que se encontraba en M¨¦xico cuando, en realidad, estaba en los Dolomitas italianos. Contador, segundo entonces en la general, cogi¨® el maillot amarillo y se alz¨® vencedor en Par¨ªs.
El Tour no permiti¨® a Alberto Contador defender su titulo en 2008, ya que la organizaci¨®n francesa prohibi¨® la presencia del Astan¨¢ en la ronda. Pese a que esta decisi¨®n abri¨® el abanico de aspirantes, Carlos Sastre se encarg¨® de cerrarlo muy pronto gracias a exhibiciones como la de L'Alpe d'Huez. El abulense se convert¨ªa as¨ª en el s¨¦ptimo espa?ol en conseguir el Tour de Francia.
El madrile?o, no obstante, volvi¨® con m¨¢s fuerza en 2009 para convertirse en el mejor ciclista del momento. Con Armstrong regresado de su retiro y compartiendo equipo, Alberto Contador sufri¨® todo tipo de tretas por parte del estadounidense y del director del Astana, Johan Bruyneel. Contador se sobrepuso, impuso su estilo y consigui¨® su segundo Tour, el ¨²nico espa?ol que lo ha hecho aparte de Indurain.
2010 se preve¨ªa como un buen a?o. Contador ya no estaba con Armstrong y, en su Tour m¨¢s duro, se impon¨ªa por tercera vez en Par¨ªs por delante de Andy Schleck. Un mes despu¨¦s, se filtra que el pinte?o ha resultado positivo por clembuterol y se inicia un proceso que dura m¨¢s de un a?o y en el que el TAS sanciona con dos a?os a Contador y le desposee de la victoria, que va a parar a Andy Schleck. El luxemburgu¨¦s no puede retener su maillot en 2011, a?o en el que se impone el veterano australiano Cadel Evans gracias a la ¨²ltima contrarreloj.
La edici¨®n de 2012 fue una lucha entre dos compa?eros de equipo, Bradley Wiggins y Chris Froome, de Sky. La victoria fue para el primero, que termin¨® con una ventaja de tres minutos y 21 segundos. Un a?o despu¨¦s, Froome obtuvo su recompensa y se subi¨® a lo m¨¢s alto de un podio que completaron Nairo Quintana y 'Purito' Rodr¨ªguez. El brit¨¢nico acud¨ªa como principal favorito junto a Alberto Contador en la temporada 2014, pero las ca¨ªdas y las lesiones de ambos y sus posteriores abandonos abrieron paso a un vencedor inesperado: Vincenzo Nibali. En 2015, Froome refrend¨® que era el hombre a batir: ser¨¢ recordada en los libros de la historia del ciclismo la escabechina que gener¨® en la Pierre Saint Martin, sec¨® a todos sus rivales en la primera gran rampa del Tour para despu¨¦s administrar una c¨®moda ventaja durante dos semanas. Nairo lo prob¨® tarde y fue segundo, Movistar reparti¨® esfuerzos para lograr tambi¨¦n la tercera plaza con Valverde. El a?o siguiente el brit¨¢nico confirm¨® su hegemon¨ªa en la ronda gala al conquistar su segundo Tour consecutivo y el tercero en su palmar¨¦s. Enl a llegada a la meta de Par¨ªs sac¨® m¨¢s de cuatro minutos al franc¨¦s Romain Bardet y al brit¨¢nico Adam Yates.
1999-2005:?La era de Armstrong
Se retira Miguel Indurain tras dominar la carretera en la d¨¦cada de los 90. A su estela y tras los triunfos de Bjarne Riis, Jan Ullrich y Marco Pantani surge la figura de Lance Armstrong. El estadounidense marca el paso de milenio y, con siete Tour consecutivos, pasa a la historia como el m¨¢s laureado de la ronda francesa. A?os despu¨¦s, la historia se reescribi¨® y la UCI despoj¨® a Armstrong de todos sus triunfos atendiendo a la petici¨®n de la USADA, al agencia antidopaje estadounidense.
En el palmar¨¦s del Tour aparece desierto el ganador del Tour en las siete ediciones ganadas por Armstrong, entre 1999 y 2005. Algo ins¨®lito en la centenaria historia de la prueba francesa, que ¨²nicamente no hab¨ªa tenido ganadores en las ediciones que no se celebraron debido a las dos Guerras Mundiales.
La sanci¨®n por dopaje de Armstrong 'borr¨®' siete ediciones en las que el segundo puesto fue ocupado por Ullrich, en tres ocasiones, Z¨¹lle, Beloki, Kl?den y Basso.
1987-1998: Miguel Indurain
Greg Lemond parec¨ªa el digno sucesor de Bernard Hinault. Sin embargo, un desgraciado accidente de caza le alej¨® largo tiempo de las carreteras. Tambi¨¦n Laurent Fignon est¨¢ aquejado por problemas f¨ªsicos y el Tour aparece m¨¢s abierto que nunca.
En lo alto del Alpe d'Huez parece que la victoria final va a sonreir a Perico Delgado, pero en la contrarreloj demuestra sus carencias y el irland¨¦s Stephen Roche le despoja del triunfo.
La revancha de Perico se produce en la siguiente edici¨®n, que domina con autoridad de campe¨®n, con la sombra e inquietud de Burdeos donde se hace p¨²blica una denuncia de posible positivo que luego se desestima.
Delgado comete un grave error en la etapa pr¨®logo del a?o siguiente y deja el desenlace en un duelo apasionante entre Lemond y Fignon. La soluci¨®n definitiva tiene lugar en los mism¨ªsimos Campos El¨ªseos. El americano vence con ocho segundos, la ventaja m¨¢s exigua en la historia de la prueba. Delgado accede al tercer escal¨®n del podio.
En 1990 la bandera de las barras y estrellas vuelve a ser izada en Par¨ªs gracias a la tercera victoria de Lemond. Esta vez Delgado es cuarto, pero gracias, sobre todo, a la ayuda que le presta en su equipo un poderoso Miguel Indur¨¢in.
Miguel Indur¨¢in no es favorito en la l¨ªnea de salida del Tour'91. Se habla de Luc Leblanc, de Charly Mottet, de Gianni Bugno, de Claudio Chiappucci e incluso en tono menor de Perico Delgado... pero el navarro de Villava hace una completa exhibici¨®n en la etapa de Val Louron y se enfunda el maillot amarillo que defiende de sus adversarios hasta Par¨ªs. Es la primera de sus cinco victorias consecutivas, hecho hasta ahora nunca sucedido en la prueba ciclista m¨¢s importante del mundo.
Sus triunfos se basan en sus extraordinarias condiciones f¨ªsicas para afrontar las etapas contrarreloj, su regularidad y poder¨ªo en las ascensiones, su atenci¨®n en el llano, el apoyo de un devoto equipo, incluido Perico Delgado y una preparaci¨®n adecuada para llegar al Tour en las mejores condiciones f¨ªsicas y psicol¨®gicas. Es invencible y sus contrarios lo aceptan. S¨®lo cabe reprocharle, en voz muy baja, que no nos deleitase con algunas victorias parciales a lo Merckx.
Todav¨ªa en 1996 aspira a la sexta victoria en un Tour que hace alto en la puerta de su casa. Desgraciadamente su nivel no alcanza el de a?os anteriores y un dan¨¦s, Bjarne Riis, le impide fijar un record casi inalcanzable.
En 1997 triunfa el aleman Jan Ullrich. Un a?o despu¨¦s parece que va a repetir cuando un sorprendente Pantani electriza a las millonarias audiencias televisivas con portentosas exhibiciones escaladoras, a la vieja usanza, que le visten de amarillo en los Campos El¨ªseos.
1978-1986: El dominio del Caim¨¢n
Bernard Hinault naci¨® en la poblaci¨®n bretona de Yffiniac el 14 de noviembre de 1954. Con menos de 24 a?os debuta en el Tour y con inteligencia y aprovechando al m¨¢ximo sus condiciones de contrarrelojista consigui¨® derrotar al holand¨¦s Zoetemelk, otro eterno segund¨®n de la prueba francesa. Igualmente sus debuts en el Giro y en la Vuelta los finalizar¨¢ con victoria.
Hinault no llega al nivel de Merckx pero se le aproxima. Siente como el belga el deseo insaciable de la victoria y perfecciona su t¨¦cnica de escalador permitiendose luchar en ese terreno con los mejores especialistas. Su segunda victoria en 1979 es todav¨ªa m¨¢s rotunda. Se adjudica siete etapas y relega a Zoetemelk, de nuevo segundo, a m¨¢s de trece minutos en la clasificaci¨®n general.
Presentado por los franceses como el sucesor de Anquetil se sospecha que pueda ser el heredero de Merckx. Parece confirmarse esta teor¨ªa en 1980 cuando en los Pirineos luce nuevamente el jersey amarillo pero cae camino de Luchon y se ve obligado a abandonar.
Zoetemelk se viste de amarillo y no desaprovecha la ocasi¨®n, a sus treinta y cuatro a?os, para que no le sigan comparando con Raymond Poulidor. Poulidor fue tres veces segundo y cinco veces tercero. El holand¨¦s obtuvo seis segundos puestos pero se apunt¨® el triunfo en 1980.
El Caim¨¢n volvi¨® en 1981 pleno de fuerzas y con ansias de desquite. Desde el primer d¨ªa impone su ley y consigue el triunfo final con m¨¢s autoridad que dos a?os antes. Triunfo que repite por cuarta vez en la siguiente edici¨®n.
En 1983 decide levantar el pie del acelerador tras ganar la Vuelta a Espa?a. Todav¨ªa sobreviven los veteranos Van Impe y Zoetemelk pero apaarece una nueva generaci¨®n con Sean Kelly, Stephen Roche, Robert Millar y, por fin, los espa?oles ?ngel Arroyo y Perico Delgado. Francia presenta un favorito en la persona de Pascal Simon, cuya carrera como aficionado augura al sucesor de Hinault. Todos los pron¨®sticos fallan. Nadie ha contado con un gregario que en la Vuelta ha apoyado espl¨¦ndidamente a su jefe de filas, Laurent Fignon y es ¨¦ste quien se apunta el triunfo.
Triunfo que repite un a?o despu¨¦s en feroz duelo con Hinault quien ha creado un nuevo equipo. El Caim¨¢n toma la salida muy bajo de entrenamiento por culpa de una operaci¨®n de rodilla y Fignon le derrota en todos los terrenos. La tercera plaza del podio es para un estadounidense, Greg Lemond, que se ha sacrificado hasta el l¨ªmite para ayudar a Hinault, su jefe de equipo.
Hinault, con la ayuda de Lemond, conseguir¨¢ su quinto triunfo en 1985. Fignon no puede presentar batalla por una inoportuna tendinitis. El bret¨®n podr¨ªa haber superado el ecord de cinco victorias que compart¨ªa con Anquetil y Merckx. En 1986 es l¨ªder en Pau, donde Perico Delgado le bate al sprint en llegada de los dos en solitario. Vence en Alpe d'Huez, agarrado de la mano de Lemond para dar a entender que no le disputar¨¢ la victoria final que le hab¨ªa prometido el a?o anterior y se despide del Tour con un segundo puesto que sabe a victoria.
1969-1977: La supremac¨ªa total del Can¨ªbal
El ciclismo es un deporte individual en el que cada vez ha tomado mayor importancia el valor del equipo. Sin equipo no se puede pretender el triunfo, pero la victoria debe sonreir al que demuestre ser el mejor individualmente.
Thys, Bottecchia, Frantz, Leducq, Maes, Bobet y Anquetil hab¨ªan sido grandes campeones; Bartali y Coppi campeon¨ªsimos; pero todos quedaron superados por la aparici¨®n de un belga nacido en Meensel Kiezegem el 17 de junio de 1945. A los diecinueve a?os se proclam¨® campe¨®n mundial de aficionados y en 1965 hizo sus primeras armas como profesional. En 1969 disput¨® su primer Tour de Francia. Al finalizar la prueba Eddy Merckx figuraba en cabeza de la clasificaci¨®n general, del Gran Premio de la Monta?a, de la clasificaci¨®n por puntos y, con sus coequipiers del Faema, de la clasificaci¨®n por equipos.
Vence en etapas contrarreloj y en las m¨¢s monta?osas e, incluso en las llanas, puede derrotar a los m¨¢s especializados sprinters. Su triunfo es avasallador y adem¨¢s tiene continuidad. Durante varios a?os no tiene rival aunque el espa?ol Luis Oca?a ponga en peligro su triunfo de 1971 hasta que una ca¨ªda en el descenso del Ment¨¦ le deje fuera de combate. Oca?a en ausencia del Can¨ªbali>, sobrenombre que retrata el insaciable apetito de victorias de Merckx, ser¨¢ triunfador en 1973, antes de que el belga firme su quinta victoria.
Todav¨ªa rozar¨¢ el triunfo en 1975, pero paga sus afanes atacantes con un desfallecimiento cuando se encaminaba en solitario hacia su sexta victoria. El franc¨¦s Bernard Thevenet resulta favorecido y consigue el primero de sus ¨¦xitos que reeditar¨¢ dos a?os despu¨¦s. En el medio, un peque?o escalador belga, Lucien Van Impe, que alcanzar¨¢ a Bahamontes en el record de seis reinados de la Monta?a, inscribir¨¢ su nombre entre los vencedores.
Pero a rey muerto, rey puesto. La desaparici¨®n de Merckx propicia la ascensi¨®n de Bernard Hinault al estrellato.
1947-1968: La edad moderna
Desde 1939 no habr¨¢ Tour de Francia hasta 1947. El diario L'Auto, acusado de colaboracionismo con los ocupantes alemanes, desaparece. Sus propietarios lanzan uno nuevo llamado L'Equipe. Desgrange ha fallecido y su lugar lo ocupa Jacques Goddet.
El 25 de junio de 1947 renace la carrera y de los cien participantes s¨®lo trece lo han corrido con anterioridad. Es una prueba extra?a que se resuelve en la ¨²ltima etapa. Una sorprendente escapada camino de Par¨ªs permite a Jean Robic alcanzar la victoria final sin haber llevado nunca en carrera el maillot amarillo.
Al a?o siguiente regresa a las carreteras francesas Gino Bartali, vencedor diez a?os antes. Su principal opositor es la gran esperanza local Louison Bobet. Su duelo es apasionante hasta que llegan los Alpes. En las ascensiones alpinas Bartali, el monje volador, destroza al franc¨¦s y demuestra una superioridad insultante. Todav¨ªa parece que puede ser el vencedor un a?o m¨¢s tarde cuando viste el maillot amarillo camino de Aosta. Un pinchazo inoportuno le hace perder contacto con su acompa?ante de fuga, su gran rival Fausto Coppi y ¨¦ste no desaprovecha la oportunidad.
Kubler y Koblet, dos suizos de estilos completamente opuestos, sustituyen a los campionissimi en el palmar¨¦s. 1952 ser¨¢ la confirmaci¨®n de Coppi como el mejor corredor de su tiempo con magn¨ªficas exhibiciones en Alpe d'Huez y Puy de D?me, que aparecen por vez primera en la prueba.
Por tres a?os Louison Bobet es el soberano del Tour antes del triunfo del desconocido Walkowiak y de la aparici¨®n en escena de un hombre de fr¨¢gil apariencia pero de condiciones portentosas que demuestra, sobre todo, en la lucha solitaria contra el cron¨®metro, Jacques Anquetil.
Sin embargo los cinco triunfos del normando tendr¨¢n el par¨¦ntesis de la victoria de dos excelsos escaladores, Charly Gaul en 1958 y el espa?ol Federico Mart¨ªn Bahamontes un a?o despu¨¦s. La victoria del ?guila de Toledo, desatar¨¢ el entusiasmo de los aficionados espa?oles. En ausencia de Anquetil y con grave accidente de Riviere, el italiano Nencini, inscribir¨¢ su nombre en el palmar¨¦s de la Grande Boucle antes de que Anquetil encadene cuatro triunfos consecutivos donde sus ¨²nicos rivales ser¨¢n Bahamontes y Poulidor, el eterno segund¨®n.
La desaparici¨®n del normando deja la prueba sin due?o. Gimondi, Aimar, Pingeon y Janssen son dignos vencedores de una carrera que ha abandonado la f¨®rmula de equipos nacionales por la m¨¢s realista de los equipos comerciales. La televisi¨®n irrumpe con fuerza en un deporte transformado en extraordinario veh¨ªculo publicitario.
1919-1939: H¨¦roes
La Primera Guerra Mundial se cobr¨® la vida de tres vencedores del Tour, Faber, Lapize y Petit Breton. Despu¨¦s del largo y tr¨¢gico entreacto, Desgrange organiz¨® de nuevo la carrera. Participar¨¢n 69 corredores en la edici¨®n de 1919 de los que s¨®lo 11 completar¨¢n todo el recorrido.
La larga inctividad pasaba factura. Los belgas siguen arrasando, con las victorias de Lambot, Thys por tercera vez, y Leon Scieur hasta que el mayor de los Pelissier consigue en 1923 entrar en Par¨ªs con el maillot amarillo. Este emblem¨¢tico jersey fue creado en 1919 por Desgrange, a petici¨®n de sus colegas periodistas, para distinguir en el pelot¨®n de corredores al l¨ªder de la clasificaci¨®n general. Lo llev¨® por vez primera Eugene Christophe, el viejo galo, entre Niza y Grenoble, d¨¦cima etapa de aquella edici¨®n.
Un alba?il italiano muerto tr¨¢gicamente, Ottavio Bottecchia, se impuso con enorme autoridad en las ediciones de 1924 y 1925. Su asesinato a pedradas por un campesino franc¨¦s que cre¨ªa le estaba robando las uvas de su vi?edo, le impedir¨¢ conseguir nuevas victorias.
Lucien Buysse, el luxemburgu¨¦s Frantz por partida doble, y De Waele seguir¨¢n impidiendo el triunfo de los franceses. Desgrange ve el peligro de la p¨¦rdida de popularidad del Tour y se saca un conejo de la manga. A partir de 1930 se disputar¨¢ por selecciones nacionales. La carrera individual se transforma estrat¨¦gicamente. La fuerza del equipo se impone. Francia, con sus ases Leducq, Magne y Speicher apoyados por los Bidot, Pelissier, Lapebie, Vietto... se convierte en monopolizadora de los triunfos hasta que los belgas dejan de lado sus rivalidades personales y conjuntan un equipo poderoso con Romain y Sylvere Maes, Vissers, Vervaecke, Ritserveldt y Vlaeminck que les devuelve la supremac¨ªa.
Mientras tanto ha aparecido un joven extraordinario escalador que accidentalmente pierde una victoria que ten¨ªa en la mano en 1937. Al a?o siguiente se exhibe sin que nadie pueda hacerle frente. Su nombre, Gino Bartali. La II Guerra Mundial impide los ¨¦picos duelos presentidos entre Bartali y Sylvere Maes.
1903-1914: La Belle Epoque
Todo ello surgi¨® en 1869 con la carrera que uni¨® a las ciudades de Par¨ªs y Rouen. Luego se fueron a?adiendo pruebas que transcurr¨ªan entre dos ciudades y que en la actualidad, a las que perviven, se conoce como "cl¨¢sicas".
Pero fue en 1903 cuando Henri Desgrange y Geo Lefevre, del peri¨®dico L'Auto, se reunieron a almorzar en una cervecer¨ªa del Boulevard Montmartre llamada Zimmer (a?os despu¨¦s se llamar¨ªa Madrid) y comentaron la posibilidad de dar la vuelta a Francia en bicicleta.
El 16 de febrero publicaron la siguiente noticia en la primera p¨¢gina de su peri¨®dico: El pr¨®ximo mes de mayo, se disputar¨¢ la primera Vuelta Ciclista a Francia. Constar¨¢ de seis etapas, con un total de 2.428 kil¨®metros y estar¨¢ dotada con 20.000 francos-oro de premios. Al llegar el cierre de inscripciones s¨®lo hab¨ªa quince nombres apuntados y Desgrange tuvo que retrasar las fechas e incrementar los premios.
El 1 de julio, frente al hotel Reveil Matin, 60 ciclistas tomaron la salida de la primera etapa que les llevar¨ªa de Par¨ªs a Lyon con 467 kil¨®metros de recorrido. El vencedor de la misma fue un deshollinador de profesi¨®n llamado Maurice Garin quien as¨ª mismo fue el primer vencedor final en Par¨ªs.
Estos a?os se distinguen por el colectivo acto de fe de un creciente p¨²blico apasionado seguidor de lo que los peri¨®dicos le contaban. La prensa transmit¨ªa haza?as sobrehumanas de unos corredores, lanzados a la aventura, sin m¨¢s ayuda que la propia voluntad de vencer o cuando menos llegar a la meta.
En realidad fue la ¨¦poca de las carreteras desastrosas, de caminos infames, entre nubes de polvo o barrizales pegajosos. De bicicletas que pesaban m¨¢s del doble que las actuales, sin cambio de velocidades, con las que escasamente se alcanzaban medias de 25 km/h. De largos recorridos nocturnos y controles sorpresa para evitar fraudes. De frecuentes pinchazos y aver¨ªas de todo tipo que el ciclista deb¨ªa reparar sin ayuda alguna. De ascensiones interminables por caminos de pastoreo donde la mayor¨ªa ten¨ªa que poner pie en tierra para alcanzar la cima.
Ante la primera ascensi¨®n al Bal¨®n de Alsacia en 1905, Desgrange escribi¨®: "Es una de las cosas m¨¢s importantes a las que haya asistido nunca y confirma mi opini¨®n de que el valor del hombre no tiene l¨ªmite y que un atleta bien entrenado puede conseguir resultados sorprendentes".
Los vencedores son agasajados como h¨¦roes. Garin, Pottier, Petit Breton, Trousselier se convierten en figuras populares y admiradas. Enseguida nacen los duelos de aficionados que toman partido por Garrigou ante Georget o Lapize frente al gigante luxemburgu¨¦s Faber. En 1910 se ascienden por vez primera los Pirineos. El Aubisque lo corona Lapize con la bicicleta en la mano y al divisar a los organizadores junto a la l¨ªnea les insulta: - ? Asesinos, sois unos asesinos!
A partir de 1911 llega la supremac¨ªa de los belgas. Defraye, Heusghem, Lambot, Buysse Tiberghien y sobre todo Philippe Thys arrasan a los franceses. Thys es el primer gran campeon¨ªsimo del Tour. Tiene una clase extraordinaria y su tranquilidad y correcci¨®n producen la admiraci¨®n de todos los p¨²blicos. Su figura es la base del lanzamiento de la marca de bicicletas Peugeot. S¨®lo la Guerra Mundial lograr¨¢ frenar su manifiesta superioridad.