Andr¨¦ Greipel logra el triplete

No es man¨ªa a los sprinters; es indignaci¨®n con el sistema que los privilegia. Andr¨¦ Greipel gan¨® ayer su tercera etapa en el presente Tour, la novena en cinco participaciones. A los 33 a?os, el velocista alem¨¢n acumula el mismo n¨²mero de victorias parciales que Coppi, Oca?a o Fignon, gloriosa historia del ciclismo. Ante la imposibilidad de que ellos se quejen, me permito hacerlo yo.

Por cierto, Greipel suma ya 24.000 euros en premios por sus tres triunfos y 4.000 m¨¢s por su segundo puesto en Foug¨¨res. Si pensamos que quien ocupe el tercer pelda?o del podio en Par¨ªs se embolsar¨¢ solamente 100.000 euros (despu¨¦s de escalar Alpes y Pirineos en cabeza, sin permitirse un solo descuido en 21 etapas), dan ganas de llorar mucho o de hacerse sprinter.

Aunque no lo crean, tambi¨¦n hay velocistas que viven momentos de frustraci¨®n. Kristoff (no confundir con el muchacho de Frozen) lleg¨® al Tour como el killer del pelot¨®n internacional durante la temporada: 18 triunfos, el ¨²ltimo logrado el 20 de junio en la Vuelta a Suiza. Ante semejante ¨¦xito, Katusha decidi¨® que Purito no ser¨ªa su ¨²nico l¨ªder en carrera. El resultado habla por s¨ª solo: el habano espa?ol ha ganado dos etapas y el rayo noruego s¨®lo puede presumir de un tercer puesto, el que logr¨® ayer en Valence. En los Campos El¨ªseos tendr¨¢ la ¨²ltima oportunidad de hacerse perdonar.

Sagan, por su parte, prosigue su singular batalla contra el mal de ojo (de momento, pierde). Ayer acab¨® cuarto porque Degenkolb le arrebat¨® la segunda plaza; ya no se respeta nada. El eslovaco volvi¨® a ser protagonista de principio a fin. Se meti¨® en la trabajad¨ªsima fuga de 27 valientes en compa?¨ªa de Pinot, Kwiat?kowski, Hesjedal o Rogers. Puntu¨® donde pudo, fue cazado, y cuando se concentraba para sumar su quinto segundo puesto, sufri¨® un pinchazo y el acoso de una moto. El ataque motorizado no se qued¨® sin respuesta: Sagan pate¨® la motocicleta y Faustino el mec¨¢nico le lanz¨® un bid¨®n al motorista. Otra jornada en la oficina.

Tal vez Sagan no s¨®lo sufra la presi¨®n propia de una mala racha. Su patr¨®n, Oleg Tinkov (Siberia, 47 a?os), es un peculiar personaje que no pudo ser ciclista y se hizo millonario. Debe pagar bien (es propietario de un banco), pero su control es absoluto e inquietante. Sigue la carrera desde el coche del director, fanfarronea cuanto puede y amenaza con boicotear el Tour 2016 si la organizaci¨®n no reparte entre los equipos un trozo de su pastel (derechos de televisi¨®n, patrocinadores¡­).

Bloqueo. Para completar el cuadro, recordemos que Sagan fue el fichaje estrella de Tinkov para este a?o (cuatro millones por temporada) y que a los tres meses ya amenazaba con bajarle el suelo por bajo rendimiento. As¨ª resulta m¨¢s f¨¢cil comprender el bloqueo del ciclista y su af¨¢n, casi compulsivo, por meterse en todas las escapadas. Don Oleg observa.

La carrera ofrecer¨¢ hoy una nueva oportunidad para los perseguidores. La subida al Col de Manse, donde Contador atac¨® en 2011, resulta tan tentadora como la bajada que se abre luego hasta meta. S¨®lo falta que a la tentaci¨®n le acompa?en las fuerzas.