TOUR DE FRANCIA
Del llano al Muro de Breta?a
Cavendish sum¨® al sprint su victoria 26? en v¨ªsperas de una nueva prueba para los favoritos. Mat¨¦ form¨® parte de la escada del d¨ªa. Froome recupera el liderato.
Cumplidos los treinta, el brit¨¢nico Mark Cavendish lo tiene todo y no deber¨ªa querer m¨¢s. En el ciclismo ha ganado lo que ten¨ªa a su alcance y lo que parec¨ªa m¨¢s all¨¢: campe¨®n mundial en ruta y en pista, vencedor en San Remo y coleccionista compulsivo de etapas en Tour, Giro y Vuelta (44 en total), carreras en las que tambi¨¦n ha conquistado el maillot de puntos. Por si tanta gloria deportiva no fuera suficiente, Cavendish est¨¢ casado con Peta Todd, una modelo que se estren¨® en la p¨¢gina tres del The Sun a los 18 a?os.
Con semejante palmar¨¦s, y despu¨¦s de haber corrido tan r¨¢pido, Cavendish podr¨ªa esperar en un c¨®modo sill¨®n al nacimiento de sus nietos (de momento espera su segundo hijo, el tercero de Peta). Sin embargo, no parece dispuesto a hacerlo. Transcurridos dos a?os de su ¨²ltimo triunfo (etapa 13 del Tour 2013), Cavendish super¨® el gafe evidente y sum¨® su 26? victoria, triunfo que le sit¨²a a dos de Hinault y a ocho de Merckx.
Esa cercan¨ªa a los mitos es lo que resulta inquietante. Esa proximidad es la que nos confirma que los sprinters han sido los privilegiados del ciclismo en los ¨²ltimos a?os. Algo falla en el sistema si Cavendish, que no ha finalizado ninguna gran vuelta entre los 126 primeros, acecha los registros de dos leyendas del Tour. Es evidente que ha faltado imaginaci¨®n y han sobrado etapas llanas.
Por fortuna, los organizadores han entendido al fin que las llanuras excesivas afectan a su negocio. De hecho, la de Fougeres deber¨ªa ser la ¨²ltima jornada apta para los sprinters. Desde ahora y hasta Par¨ªs se suceder¨¢n monta?as y dificultades con la ¨²nica excepci¨®n, quiz¨¢, de la etapa que finaliza en Rodez (14?), una vez librados los Pirineos. El velocista que desee ganar all¨ª tendr¨¢ que satisfacer varios requisitos: estar entero, controlar las fugas y superar dos puertos de cuarta en los ¨²ltimos kil¨®metros. No pedimos mucho m¨¢s.
Como no pod¨ªa ser de otro modo, Cavendish dedic¨® su ¨¦xito a su compa?ero Tony Martin, operado de su fractura en la clav¨ªcula izquierda. El alem¨¢n no tom¨® la salida, pero fue l¨ªder hasta la conclusi¨®n de la jornada. No es correcto decir que Froome se neg¨® a vestir de amarillo. No hubiera podido hacerlo en ning¨²n caso seg¨²n el reglamento de la carrera, para desgracia de Cr¨¦dit Lyonnais, el abnegado patrocinador del l¨ªder desde 1987.
Podios al margen, la etapa fue de una crueldad intolerable con los fugados, cinco valientes entre los que se encontraban el marbell¨ª Mat¨¦ y el eritreo Teklehaimanot. El pelot¨®n jug¨® con ellos como un gato con un ovillo de lana. Los vio salir en el primer kil¨®metro y los dio caza a falta de once. Jam¨¢s les permiti¨® una ventaja superior a los tres minutos. Eso es lo que m¨¢s molesta, que adem¨¢s de la victoria les neg¨® los sue?os.
La carrera continuar¨¢ por Breta?a, la tierra donde se ubicaba el poblado de Ast¨¦rix y donde han nacido cuatro de los 20 franceses ganadores del Tour: P¨¦tit-Breton, Robic, Bobet e Hinault. Tambi¨¦n Barguil, qui¨¦n sabe si el sucesor.
En el muro final de 2 km, sabremos m¨¢s sobre el estado de los favoritos. Quiz¨¢ la cara no sea el espejo del alma.