Vuelta a Espa?a
Aqu赤 Contador, todo un campe車n
El espa?ol aguant車 las acometidas de Froome, al que remach車 en el kil車metro final para ganar en Ancares. Le meti車 16" y le releg車 a 1:37. Valverde, tercero, asegur車 el podio.
Le tendremos que agradecer a esta Vuelta, entre otras cosas, que nos haya permitido disfrutar del duelo que el infortunio nos impidi車 ver en el Tour: Contador-Froome. Esa nostalgia de lo que pudo haber sido es inevitable ahora que Contador se ha proclamado campe車n, virtual y virtuoso, ganador de su tercera Vuelta, la sexta grande en su brillant赤simo palmar谷s.
Nunca sabremos lo que hubiera ocurrido en Francia, pero s赤 podemos afirmar que todo comenz車 all赤. Contador nunca prepar車 un Tour como lo hizo esta temporada. La preparaci車n fue tan concienzuda, tan dirigida a vencer a Froome, que el estado de forma que alcanz車 le ha servido para ganar la Vuelta a Espa?a, a pesar de la interrupci車n provocada por la ca赤da del 14 de julio, hoy se cumplen dos meses de aquel vuelo sin motor.
Froome, con fracturas en mano y mu?eca, se retir車 del Tour cinco d赤as antes que Contador. Su recuperaci車n nos queda m芍s lejana, pero lo probable es que afectara su preparaci車n en similar medida que la de su rival. La proyecci車n no requiere demasiada inventiva: como ya se advirti車 en la Dauphin谷, Contador ha sido mejor que Froome en el accidentado verano de 2014. Al final, tanto esfuerzo no fue en balde.
Como no pod赤a ser de otro modo, el desenlace de la Vuelta estuvo a la altura de los contendientes. Ancares fue un escenario colosal para un combate colosal, el que enfrentaba a los dos mejores ciclistas del momento (con permiso de Nibali y Quintana), la recreaci車n del Tour al sur de los Pirineos.
Froome se dej車 hasta el 迆ltimo gramo de fuerza (el 迆ltimo vatio) en su intento de descolgar a Contador. Nunca ha sido un ciclista arm車nico, pero ayer pareci車 m芍s desmadejado que nunca, m芍s sufriente. Su m芍xima conquista fue alejar al l赤der un par de metros, quiz芍 tres. Fue una falsa alarma. Contador resisti車 a su empuje con ese pedalear alegre con el que disimula la tortura. Tener clase es eso: salvar el tipo y salvar la est谷tica.
Ya dentro del 迆ltimo kil車metro, el maillot rojo ofreci車 la 迆nica respuesta posible a quien le hab赤a dado hachazo tras hachazo: vencerle. As赤 compuso la figura que confirma a cualquier campe車n: ganar vestido de l赤der.
Mientras Contador y Froome se entreten赤an en su particular juego de tronos, Valverde y Purito disputaban otra batalla, no menos encarnizada, por el tercer escal車n del podio. El catal芍n fue el primero en atacar, a nueve kil車metros de meta, en una ofensiva tan valerosa como suicida. Se le agradece el valor, aunque no tuviera premio. Valverde le super車 con su particular modo de escalar monta?as, euf車rico a ratos y asfixiado por momentos. Tras ellos, y para cumplir el orden de los cinco primeros en la general, se present車 Fabio Aru, el ciclista que resucitar芍, junto a Nibali, la deliciosa rivalidad que se produce cuando coinciden dos campeones italianos.
Hoy los peregrinos llegar芍n a Santiago. Quien les quiera, adem芍s de aplausos, deber赤a darles bocadillos. Tambi谷n se aceptan empanadas.