Sol y Tony Gallopin en Oyonnax

Amor, desamor y sufrimiento. La etapa de ayer hubiera dado para un follet¨ªn rom¨¢ntico. El final fue feliz seg¨²n los criterios cl¨¢sicos: gan¨® el guapo, el novio de la guapa. Tony Gallopin se impuso dos d¨ªas despu¨¦s de perder el maillot amarillo. Si en esta ocasi¨®n su prometida no se lo comi¨® a besos, es porque la bella Marion Rousse, adem¨¢s de cari?osa, ciclista profesional y azafata, es comentarista de Eurosport. A cambio nos dej¨® un desgarrador suspiro en Twitter: ¡°?Mi pobre coraz¨®n!¡±.

En ausencia de Froome y Contador, Marion y Tony son la pareja del Tour. Rebosan amor. Nada m¨¢s cruzar la meta, el vencedor dio las gracias a padre y novia. Ellos le trajeron hasta Oyonnax para entrenarse en los ¨²ltimos 50 km de la etapa. La inspecci¨®n le ayud¨® a ganar, aunque no le sobrara ni un segundo (el pelot¨®n entr¨® con el mismo tiempo).

El contraste es llamativo. En el Tour m¨¢s cruel de los ¨²ltimos a?os, Gallopin camina entre p¨¦talos de rosa y nubes de algod¨®n. Todo le sale bien. Ayer atac¨® dos veces. En la primera oportunidad fue atrapado, pero no se afligi¨®. Con el siguiente arre¨®n, ya en un grupo reducido, acert¨® en la diana: nadie organiz¨® la fuga porque nadie quiso favorecer a Sagan.

As¨ª es como llegamos al desamor. Sagan, Mozart del ciclismo actual, es el pagafantas del presente Tour. Ha terminado siete etapas entre los cinco primeros, con tres segundos puestos. Su equipo trabaja a conciencia y ¨¦l se entrega en cuerpo y alma, pero la suerte le esquiva. Ayer se escap¨® en los primeros kil¨®metros y volvi¨® a hacerlo en los ¨²ltimos; sin ¨¦xito. Sube al podio cada d¨ªa, acumula ramos de flores, le besan casi tanto como a Gallopin y est¨¢ cerca de ganar su tercer maillot verde consecutivo (Zabel sum¨® seis); sin embargo, le atormenta su falta de punter¨ªa. S¨®lo hay algo m¨¢s torturador que no ganar: dejar de ganar.

El sufrimiento correspondi¨® casi en exclusiva al americano Talansky, un muchacho predestinado para la felicidad (naci¨® en Miami y vive en Napa). El chico, ganador de la ¨²ltima Dauphin¨¦, donde super¨® a Contador y Froome, se present¨® en meta a 32 minutos de Gallopin, cinco antes que el cierre de control.

La jornada fue un calvario para ¨¦l. Con dolores en la espalda despu¨¦s de tres ca¨ªdas, un pinchazo le hizo perder contacto con el pelot¨®n a cien kil¨®metros de meta. Pens¨® en retirarse y hasta se sent¨® en un quitamiedos a llorar su desgracia. Pese a todo, continu¨®, animado por su director, Robbie Hunter, primer sudafricano que compiti¨® en el Tour (2001) y gan¨® una etapa (2007).

Tropiezo. Otro de los damnificados fue Rui Costa, campe¨®n del mundo y portador del maleficio arco¨ªris. El portugu¨¦s ya no se encuentra entre los diez primeros despu¨¦s de perder 1:36 en una etapa para la que parec¨ªa candidato.

Entre los espa?oles es de justicia citar a Jes¨²s Herrada (Movistar), protagonista en las escaramuzas del final. El ciclista de Mota del Cuervo (23 a?os) es la principal esperanza del ciclismo espa?ol para los a?os des¨¦rticos que se aproximan.

No hubo m¨¢s novedades, salvo el calor. El sol calienta en lo alto, los Gallopines se aman y Nibali no se derrite. Por el momento.