VUELTA A ESPA?A | 1? ETAPA
Astana da el primer golpe
La escuadra del 'Tibur¨®n' Nibali golpea primero en la Vuelta a Espa?a. El Movistar de Valverde cedi¨® 29 segundos y el Katusha de Purito se dej¨® 59".
No se recuerda algo similar desde la salida del agua de Ursula Andress en la primera pel¨ªcula de James Bond, 1962 (repasen su videoteca). La Vuelta comenz¨® en el mar m¨¢s sabroso que existe y lo hizo sin respiro. La crono por equipos no s¨®lo fue una amable presentaci¨®n de los encantos galaicos: tambi¨¦n nos mostr¨® el territorio comanche que atravesar¨¢n los ciclistas en los pr¨®ximos cuatro d¨ªas. No hay belleza que no ara?e y aqu¨ª ya no habr¨¢ paz hasta el 15 de septiembre en Madrid.
El primer maillot rojo es para un ilustre, Brajkovic, un esloveno que ya fue l¨ªder en la Vuelta de 2006, cuando ten¨ªa 23 a?os y parec¨ªa capaz de comerse el mundo. Ahora, con 29, su historial de ca¨ªdas rivaliza con el de triunfos. La impresi¨®n es que la suerte le debe una ronda (o un bar) y la l¨®gica indica que ser¨¢ un ciclista fundamental para su jefe de filas, el 'Tibur¨®n' Nibali, vencedor en 2010 y el aspirante m¨¢s satisfecho a estas horas. Cumplido el primer carraspeo, el ganador del ¨²ltimo Giro aventaja en 22 segundos a Henao y Ur¨¢n, en 29 a Valverde, en 49 a Mollema, en 59 a Purito, en 1:14 a Samuel y en 1:16 a Basso. Hay terribles etapas de monta?a que nos dejan menos diferencias. Y peores paisajes.
Aunque un esloveno mande en la carrera y un siciliano se frote las manos, el resultado del primer d¨ªa debe interpretarse como algo positivo. As¨ª lo sugieren nuestros legendarios complejos, esos que dicen que en la Vuelta siempre nos falta un gran rival extranjero. Ya lo tenemos y no podremos quejarnos de que sea demasiado grande o demasiado tibur¨®n. Para doblegar a Nibali har¨¢ falta valor, talento y bonificaciones (desde hoy mismo en la subida al Monte da Groba).
Si nos centramos en la etapa, el trazado fue sorprendente desde la aproximaci¨®n de los corredores en barco hasta la l¨ªnea de salida. Los ciclistas, sostenidos luego por nueve muchachas de blanco (l¨¦ase sirenas), penetraron en las tierras del Albari?o alumbrados por el sol del atardecer. Hasta aqu¨ª, lo rom¨¢ntico. Lo duro no tard¨® en dejarse sentir. Los repechos castigaban las piernas, lo estrecho de las carreteras dificultaba los relevos y la mayor¨ªa de equipos cruzaban la meta con cinco integrantes (el quinto marcaba el tiempo), los otros cuatro fundidos.
NetApp fue la primera sorpresa. El equipo menos conocido de la carrera (con permiso de Iker Cama?o y David de la Cruz) marc¨® el mejor tiempo durante suficientes minutos para concluir que correr¨¢n bien y caer¨¢n mejor (lucen una bandera de Espa?a en sus maillots supertranspirables). Despu¨¦s se fue imponiendo la l¨®gica, hasta que RadioShack nos record¨® que Cancellara corre con ellos. El suizo movi¨® a sus compa?eros como los cometas la cola y se sent¨® en meta a esperar los besos reglamentarios.
Se qued¨® con las ganas. Astana le mejor¨® en diez segundos y disfrut¨® del ¨¦xito en un escenario digno de un grupo de rock. Quien no conociera la Vuelta habr¨¢ quedado enamorado sin remedio. Lo mismo ocurri¨® con Ursula.