TOUR DE FRANCIA
Kittel gana su tercera etapa y Froome pierde a un gregario
El alem¨¢n se impuso en el sprint de Tours y se confirma como el mejor velocista de la ronda con tres etapas. El l¨ªder pierde a Boasson Hagen por culpa de una ca¨ªda.
Las etapas llanas son una cortina de humo. No est¨¢n dise?adas por la organizaci¨®n, sino por el Ministerio de Turismo, la Asociaci¨®n de defensa del Chateaux y la Confederaci¨®n de Agricultores Artistas. Si se trata de etapas previsibles no es por amor por a los velocistas o por respeto a las siestas: es para ense?ar Francia. La exhibici¨®n a¨¦rea de castillos y bicicletas dibujadas sobre prados se har¨ªa imposible si la carrera tuviera emoci¨®n. La modorra es el c¨®mplice necesario. Vencido el espectador, el objetivo es que se duerma sobrevolando el Loira (esa zona se recorri¨® en la 12? etapa) para que crezca en su subconsciente el irrefrenable deseo de viajar hasta all¨ª o de comprarse un chateaux. As¨ª se explica que Francia tenga m¨¢s turistas y Espa?a una Vuelta ciclista m¨¢s divertida.
El plan es irreprochable, especialmente para los sprinters. Mientras otros luchan por la general sin permitirse un descanso, los velocistas se dosifican para la media docena de etapas que les entrega el Tour cada a?o. Triunfos calcados, orondos, victorias donde la intriga se resuelve en tres segundos, quiz¨¢ cuatro. Algunos de ustedes pensar¨¢n que estoy echando de menos a Freire y es la pura verdad.
Suerte que Kittel, el velocista del mes, nos ofrece una cara nueva. Asusta pensar que Cavendish, con 24 triunfos, pueda seguir sumando victorias que ya amenazan a mitos como Leducq (25), Hinault (28) o Merckx (34). Las leyendas y sus conquistas deber¨ªan estar preservadas por m¨¢s altos muros que las llegadas masivas.
Kittel, de momento, no persigue m¨¢s gloria que la particular: eso s¨ª, su tercera victoria en el Tour le coloca como nueva estrella de la velocidad. Tal vez Cavendish deba estarle agradecido por evitarle el podio: el p¨²blico franc¨¦s, de buena memoria, todav¨ªa no olvida c¨®mo el brit¨¢nico derrib¨® a Veelers en Saint-Malo; tampoco se pasa por alto lo que hicieron los ingleses con Juana de Arco.
Al final, todos felices: Tom Veelers fue vengado, Degenkolb (cinco etapas en la Vuelta) celebr¨® sinceramente el ¨¦xito de su compa?ero y Argos se confirma como el equipo revelaci¨®n en compa?¨ªa de ese 'Village People' que forman los ciclistas del Orica.
La jornada, para no variar, nos dej¨® una escapada a ninguna parte. Esta vez la integraron Flecha, Sicard, Delaplace, Gavazzi y Mori. Del primero, qu¨¦ decir. Flecha es un competidor fant¨¢stico. No es casual que fuera el ¨²ltimo en dejarse atrapar. Tampoco lo es que Sicard fuera el primero. Desde que en 2009 gan¨® el Tour del Porvenir y el Mundial Sub-23, el franc¨¦s es una promesa incumplida: ni un triunfo en 2010, 2011 (lesionado), 2012 y 2013.
El d¨ªa tampoco estuvo exento de ca¨ªdas (el diablo no hace turismo). La m¨¢s relevante tumb¨® a Boasson Hagen, un compa?ero menos para Froome (le quedan seis). Quiz¨¢ estos sean los aires a los que se refer¨ªa Gilles Simon desde las p¨¢ginas de L¡¯Equipe: ¡°Froome est¨¢ demasiado en forma y todos los m¨¦dicos se?alan que cuando se alcanza el z¨¦nit se est¨¢ tambi¨¦n m¨¢s cerca del precipicio. Est¨¢ en el m¨¢ximo de su condici¨®n f¨ªsica y en el m¨ªnimo de su peso, as¨ª que m¨¢s expuesto a los microbios del ambiente y a las corrientes de aire silenciosas¡±. Cu¨¢nto periodista loco.