TOUR DE FRANCIA | 6? ETAPA
Historia y sprint: Impey es l¨ªder y Greipel se lleva la etapa
Por mejores puntuaciones en meta, Impey sucede a su compa?ero Gerrans. Cavendish, quiz¨¢s mermado por una ca¨ªda, s¨®lo fue cuarto.
En 2009, cuando un tal Chris Froome consigui¨® su primera victoria profesional en la segunda etapa del Giro del Capo (extinta carrera sudafricana), un compa?ero tan desconocido como ¨¦l, Daryl Impey, lleg¨® en tercera posici¨®n. Ambos compart¨ªan equipo (Barloworld) y la esperanza de ser estrellas del ciclismo en Europa. Sus trayectorias se separaron hasta encontrarse de nuevo en el presente el Tour. Sin embargo, sus expectativas hab¨ªan tomado senderos bien distintos. A los 28 a?os, Froome se presentaba en la salida como principal favorito a la victoria; todav¨ªa lo es. Con la misma edad, Impey s¨®lo aspiraba a cumplir con su trabajo de gregario, amortizada la temporada despu¨¦s de haber ganado una etapa en la Vuelta al Pa¨ªs Vasco (por cierto, la segunda que lograba en Vitoria).
Pues bien, gane o no Froome la carrera, se convierta o no en el primer africano en hacerlo, Impey habr¨¢ entrado antes en la historia del ciclismo por ser el primer ciclista con nacionalidad?africana que se viste de amarillo en el Tour, cien a?os despu¨¦s de la primera participaci¨®n africana, la del tunecino Ali Neffati en la edici¨®n de 1913.
No negar¨¢n que hay cierta justicia po¨¦tica en esta historia, cierta reivindicaci¨®n de los miserables. El gran favorito tendr¨¢ que ceder parte de sus honores al ciclista que, como tantos, traz¨® la rotonda por el camino m¨¢s largo. Despu¨¦s de m¨¢s penurias que ¨¦xitos (en 2009 se fractur¨® la tercera v¨¦rtebra en una ca¨ªda provocada por Theo Bos), Impey es el nuevo jefe del Tour una vez que a su compa?ero Gerrans le picaron cinco segundos por entrar en el pelot¨®n principal, integrado por todos los favoritos y encabezado por Evans y Froome, aquel muchacho del Barloworld.
La etapa, repleta de amenazas sin cumplir, remont¨® en su desenlace final. Se esperaba viento de costado y se tem¨ªan los abanicos que rompieron el pelot¨®n en la edici¨®n de 2009, cuando el equipo de Cavendish (entonces Columbia) dividi¨® al grupo en dos partes, dejando por delante a su velocista y a Armstrong, y por detr¨¢s a Contador, Sastre o Andy Schleck. De modo que ayer bast¨® el movimiento de una hoja para declarar el zafarrancho de combate y el estado de sitio. Y se movieron bastantes hojas.
El primer escarceo, no obstante, correspondi¨® a un espa?ol y su impulso nos sigue pareciendo indescifrable. Nada m¨¢s darse la salida, Luis ?ngel Mat¨¦, del Cofidis, se fug¨® en solitario. Con 190 sabuesos por detr¨¢s y con 176 kil¨®metros por delante. Si la idea fue lucir maillot s¨®lo lo consigui¨® durante 44 kil¨®metros; en ese tramo nos dieron ganas de pedir un cr¨¦dito personal, pero no tuvimos tiempo de apuntar el tel¨¦fono. Si lo suyo fue una apuesta, la gan¨®: hoy salgo en la tele (y sali¨®).
M¨¢gico. Engullido Mat¨¦, el pelot¨®n jug¨® a darse sustos con cada cambio de veleta. Entretanto no faltaron las ca¨ªdas: Quintana, Purito, Cavendish... Luego pinch¨® Sagan y entonces debimos entender que la etapa ser¨ªa para Greipel, llamado a vengar la retirada de su compa?ero Van den Broeck (cuarto en 2010 y 2012), herido en la rodilla. As¨ª fue. Greipel luci¨® sus m¨²sculos de acero y el realismo se hizo m¨¢gico por una vez en la vida: Impey se visti¨® de amarillo.