TOUR DE FRANCIA | 3? ETAPA
Gerrans se anticipa a Sagan y los favoritos no se pierden de vista
El australiano se llev車 el sprint por delante del eslovaco, que volvi車 a ser segundo. El belga Jan Bakelants mantuvo el maillot amarillo y Rolland consolid車 la Monta?a.

El periplo de tres d赤as por C車rcega nos permite extraer algunas conclusiones. La primera es que la isla merece una visita, un a?o sab芍tico o un retiro permanente. Ayer el recorrido nos mostr車 desfiladeros impresionantes, adornados por calas id赤licas al pie de los barrancos. Si los ciclistas no se dejaron caer por alguna curva sugerente (y hubo varias) es porque nadie aseguraba el aterrizaje sobre una toalla.
Tampoco faltaron los lugare?os con sus particulares banderas nacionales, esas que muestran un rostro de perfil con una cinta en la cabeza. No es a Nadal a quien homenajean. Tampoco a Federer. Se trata de la cabeza de moro que adornaba algunos escudos en el Reino de Arag車n (en su d赤a de Tarazona a N芍poles) como recuerdo de batallas ganadas a los musulmanes. El Tour no s車lo nos ense?a geograf赤a, tambi谷n vexilolog赤a (la ciencia de las banderas) y asimismo t谷rminos insospechados.
La segunda conclusi車n, m芍s deportiva, apunta al deseo de los favoritos por dejarse ver. Si camino de Ajaccio fue Chris Froome quien asom車 (tan bravo como inconsciente), ayer aparecieron por la cabeza Contador, Valverde, Van den Broeck, Nairo Quintana o incluso Andy Schleck. La vigilancia entre los jefes fue tan estrecha que nadie se movi車, excepci車n hecha de Pierre Rolland, que se comporta como si no hubiese sido octavo en el pasado Tour (d谷cimo en el anterior). Rolland, hiperactivo estos d赤as, se escap車 en el 迆ltimo puerto para coronarlo en primera posici車n y conservar su maillot de rey de la Monta?a. Contra sus afanes competitivos s車lo se puede hacer un reproche est谷tico: su apuesta por el culotte de puntos no le hace parecer un campe車n de las cumbres, sino un enfermo de sarampi車n.
Centrados en la etapa, dos australianos fueron protagonistas de la 迆ltima jornada disputada C車rcega, isla a 13.140 kil車metros del atol車n de los canguros. Durante m芍s de tres horas y media, Simon Clarke y Simon Gerrans coparon la atenci車n de las c芍maras. El primero (mejor escalador de la pasada Vuelta), al formar parte de la escapada del d赤a y coronar en cabeza los tres primeros puertos (de ah赤 el miedo de Rolland). El segundo bes車 la gloria (y a las azafatas) al vencer en un cerrad赤simo sprint al voraz Peter Sagan, nuevo maillot verde de la regularidad.
La internacionalidad del Tour hace que ya no nos sorprendan estos vientos australes. Adem芍s, a los australianos la obsesi車n les viene de lejos. Hace noventa y nueve a?os, Kirkham y Munroe fueron los primeros aussies en participar la carrera. En 1927 lo hizo Hubert Opperman con notables resultados: acab車 18? e inici車 su idilio con el p迆blico franc谷s. Despu谷s de ganar la Par赤s-Brest-Par赤s (49 horas para completar 1.169 kil車metros) se gan車 una fama comparable a la de los 赤dolos locales. Su carrera fue degenerando (como dir赤a Belmonte) y acab車 como ministro del partido laboralista australiano en los a?os 60. ?
La carrera, ya en Niza, vivir芍 hoy la crono por equipos. La noticia es que Froome no podr芍 contar con el impulso de Geraint Thomas, que ayer acab車 a 9:15 minutos con traumatismo en el sacro. En el Tour no hay etapas de transici車n, en el Tour todo arruga. En eso se parece a la vida.