La AMA estudia recurrir una sentencia "decepcionante"
"Destruir todas las bolsas de sangre es insatisfactorio para la AMA y toda la comunidad de la lucha antidopaje", dice su director general, David Howman.

David Howman, director general de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), indic¨® a trav¨¦s de un comunicado que su instituci¨®n va a estudiar en profundidad la sentencia de la Operaci¨®n Puerto para valorar la posibilidad de recurrirla. Tras conocer el martes el veredicto, las partes implicadas dispon¨ªan de diez d¨ªas h¨¢biles, hasta el 17 de mayo, para acudir ante la Audiencia Provincial de Madrid. En la nota emitida, la AMA defini¨® c¨®mo va a proceder: ¡°Actualmente estamos revisando la decisi¨®n, y valoraremos la presentaci¨®n de cualquier apelaci¨®n u otra acci¨®n con nuestros consejeros legales espa?oles y la Agencia Estatal Antidopaje (AEA)¡±.
El neozeland¨¦s Howman, un hombre que habitualmente no se muerde la lengua, tampoco se cort¨® esta vez a la hora de analizar el fallo de la juez Santamar¨ªa: ¡°La decisi¨®n de ordenar la destrucci¨®n de todas las bolsas de sangre es especialmente decepcionante e insatisfactoria para la AMA y para toda la comunidad de la lucha antidopaje. El acceso a estas pruebas fue lo que motiv¨® la participaci¨®n de la AMA en el caso. Obtenerlas garantizar¨ªa que se pudieran imponer sanciones deportivas adecuadas para los tramposos que utilizaron los servicios de Eufemiano Fuentes. En cambio, la magistrada s¨ª consider¨® que la conducta del doctor constitu¨ªa un delito contra la salud p¨²blica¡±.
El presidente de la AMA, John Fahey, ya dej¨® claras las intenciones de su organismo antes que comenzara el juicio oral de la Operaci¨®n Puerto: ¡°Queremos las bolsas para identificar a qu¨¦ deportistas pertenecen... y hasta ahora la ley espa?ola nos lo ha impedido. Espero que finalmente accedan porque as¨ª se podr¨¢ despejar de una vez esa nube monumental que se mantiene sobre cientos de deportistas en Espa?a. Esa nube desaparecer¨ªa con transparencia, si los que hacen trampas son tratados como se debe¡±. Por tanto, la decepci¨®n de la AMA resulta comprensible.