Boogerd se une a las recientes confesiones de dopaje

Vinculado con el caso de la cl¨ªnica austriaca HumanPlasma desde su explosi¨®n, en 2007, Michael Boogerd se ha visto acorralado por la presi¨®n medi¨¢tica de su pa¨ªs y las evidencias en su contra (aparec¨ªa en los documentos de su m¨¢nager y principal acusado, Stefan Matschiner), y ha confesado haberse dopado desde 1997 hasta 2007 "de forma intermitente". El holand¨¦s, en entrevista concedida al diario De Telegraaf y a la televisi¨®n NOS, admiti¨® que, en esa ¨¦poca, tom¨® "EPO, cortisona y transfusiones de sangre en los ¨²ltimos a?os".

La exposici¨®n de Boogerd se pareci¨® mucho a la de Lance Armstrong. Ambos fueron ambiguos, dijeron medias verdades y procuraron mantener intacto parte de su palmar¨¦s: "No se puede decir que haya recurrido al dopaje de manera estructural durante esa d¨¦cada, s¨ª en varios periodos, normalmente de entrenamiento, aunque tambi¨¦n he corrido limpio el Tour. Me arrepiento de haber sido parte de esa cultura del ciclismo, me arrepiento de no haberlo dicho antes. Entonces, el dopaje era algo que se daba por descontado. Yo quer¨ªa estar entre los mejores, y en 1997 me decid¨ª. Ahora reconozco mis fallos, de los que s¨®lo yo soy el responsable". Seg¨²n sus palabras, gan¨® a pan y agua una etapa del Tour 1996. La Amstel de 1999 o su otro triunfo en Francia, de 2002, no.

A pesar de que algunos excompa?eros como Thomas Dekker o Levi Leipheimer reconocieron un dopaje sistem¨¢tico de equipo en Rabobank, Boogerd escurri¨® el bulto y no entr¨® en detalles: "No voy a dar ning¨²n nombre". Otros ex de la escuadra holandesa tambi¨¦n han confesado en los medios en las ¨²ltimas fechas: Grischa Niermann, Danny Nelissen, Marc Lotz, Michael Rasmussen y Theo de Rooij.