Ciclismo | Vuelta a Espa?a. 21? etapa
Cobo toca el cielo
El Bisonte se coron¨® en Madrid como ganador de la Vuelta 2011
Juanjo Cobo, el campe¨®n que saca la lengua sin estar cansado, s¨®lo por rubor, ha vuelto a nacer deportivamente a los 30 a?os. Su eclosi¨®n inesperada y tard¨ªa deber¨ªa situarnos a partir de ahora ante un ciclista mejor y, sobre todo, m¨¢s constante, aspirante a cualquier carrera. Si era confianza lo que le faltaba ya tiene lleno el dep¨®sito. S¨®lo necesitar¨¢ digerir el triunfo y recuperar en la treintena los a?os perdidos. Poco importa si le engancha el ¨¦xito deportivo o el reconocimiento popular; lo trascendente es que no vuelva a perder rueda.
Echando la vista atr¨¢s, se advierten varios momentos decisivos en el desenlace de la carrera, y uno por encima de los dem¨¢s. Me refiero a la etapa de La Farrapona. Esa tarde, Taaramae y De la Fuente circulaban en cabeza dispuestos a jugarse el triunfo en la cima. Tras ellos iba Juanjo Cobo, al que nadie consideraba todav¨ªa un aspirante. Nadie, excepto Matxin. En una decisi¨®n que entonces calificamos de est¨²pida o genial, el director del Geox renunci¨® a la etapa e hizo que De la Fuente esperara a Cobo y tirara de ¨¦l. No se puede medir el empuje que le dio su compa?ero, pero los 12 segundos de bonificaci¨®n que gan¨® El Bisonte en meta han resultado un colch¨®n fundamental. Genialidad de Matxin, por tanto, y quienes prometieron hacer el camino de Santiago con unos Geox si aquella jugada adquir¨ªa sentido tendr¨¢n que comenzar los entrenamientos (ma?ana empiezo).
Por lo que respecta a Sky, el equipo brit¨¢nico har¨¢ bien en practicar la autocr¨ªtica. En la primera etapa, la contrarreloj por equipos, una descoordinaci¨®n oblig¨® a que cuatro de sus ciclistas tuvieran que aguardar a un quinto para completar el cupo que marcaba el tiempo. Qui¨¦n sabe cu¨¢nto se dejaron en la espera. Despu¨¦s, y esto fue m¨¢s grave, falt¨® cintura para reconocer la fortaleza de Froome y respetar su liderato tras la crono individual.
Rendidos.
Ayer, el Sky dio por bueno el triunfo de Cobo y no quiso plantear batalla en busca de las bonificaciones. Su decisi¨®n fue tan digna como hubiera sido la contraria. Igual de honorable (o m¨¢s) fue la actitud del Geox, que, en boca de Cobo y Matxin, dijo que hubiera entendido como l¨ªcito y deportivo cualquier ataque en el ¨²ltimo d¨ªa. Por suerte para ellos, no hubo sofoc¨®n inesperado, s¨®lo paseo triunfal.
El ¨²nico maillot que cambi¨® de manos en Madrid fue el verde de los puntos, que pas¨® de Purito a Mollema. Result¨® una l¨¢stima que alguien tan protagonista como Purito no subiera al podio, pero es un justo premio para un ciclista tan implicado como el holand¨¦s, del que oiremos hablar mucho. M¨¢s ruido a¨²n har¨¢ el prodigio Sagan, que ayer se apunt¨® su tercera etapa.
Por lo dem¨¢s, Moncouti¨¦ celebr¨® su cuarto reinado de la monta?a seguido, lo que le iguala con Chava Jim¨¦nez, y le sit¨²a a un triunfo de los cinco de Lagu¨ªa. Pese a todo, el franc¨¦s ser¨¢ m¨¢s recordado como sutil cazador de etapas (cuatro en la Vuelta) que como implacable escalador.
La ceremonia en Cibeles no defraud¨® y estuvo realzada por la presencia del Pr¨ªncipe Felipe, al que Cobo regal¨® el maillot rojo y sac¨® la lengua, aunque su Alteza, magn¨¢nimo, no se lo tuvo en cuenta.