Ciclismo | Tour de Francia 2011 | 14? etapa
El Tour no tiene jefe
Gan¨® Vanendert. Contador resiste. Voeckler gana opciones
Entre la decepci¨®n general, porque nada pas¨®, me atrever¨ªa a proclamar mi ilusi¨®n particular, porque todo est¨¢ por pasar. V¨¦anlo as¨ª. Tal y como se presentaba la cuesti¨®n, con Contador con la rodilla maltrecha, el balance de los Pirineos no ha sido un fracaso. Al contrario: sobrevivir ha sido un ¨¦xito. En dos etapas descomunales, los favoritos sanos no han sido capaces de sacar al tricampe¨®n m¨¢s que un pu?ado de segundos. Su desventaja en la general sigue fundamentada en el tiempo que perdi¨® (1:42) en aquella ca¨ªda de la primera semana. Todo sigue en vilo, pues.
La intriga deber¨ªa ser la principal aportaci¨®n de un Tour diferente a los anteriores. Tan diferente resulta que hasta lo podr¨ªa ganar un franc¨¦s, algo que no sucede desde 1986, cuando Bernard Hinault sum¨® su quinto triunfo. Y es que el rendimiento de Voeckler en los Pirineos ofrece argumentos para imaginarlo como h¨¦roe de Francia el pr¨®ximo 24 de julio. Ayer, de hecho, dio la impresi¨®n de que hubiera tenido fuerzas para atacar en los ¨²ltimos kil¨®metros, lo que le hubiera convertido, parafraseando a Valdano, en p¨¢jaro disparando a las escopetas.
No faltan los que piensan que la fortaleza de Voeckler no es otra cosa que debilidad de los favoritos y tampoco ser¨ªa esa una mala noticia. El nuevo ciclismo, el que esperamos limpio, ha de estar protagonizado por corredores vulnerables, que sufren, se retuercen y se agotan. Se acabaron las exhibiciones prodigiosas. El campe¨®n y el favorito se igualan al buen ciclista en racha, al tipo corajudo que se ve inspirado por el maillot amarillo. Y en esa situaci¨®n se encuentra Voeckler, cada vez m¨¢s estimulado por un impulso que no da positivo: la ilusi¨®n.
Eso sucedi¨® ayer en Plateau de Beille. Hubo algo as¨ª como un empate t¨¦cnico, combate nulo. Pero no fue una mala pelea, en absoluto. Andy Schleck ejerci¨® de delf¨ªn y atac¨® cuanto pudo. Primero en el kil¨®metro 10, luego en el nueve, y en el ocho. M¨¢s arriba despu¨¦s. Contador respondi¨® siempre, ya fuera en primera persona, o guiado por otros ciclistas, m¨¢s calculador. No es su estilo, pero los estilos cambian en funci¨®n de las energ¨ªas. Y parece evidente que Contador no est¨¢ en su mejor momento. Pero no se rinde.
Vanendert.
Basso quiso poner un ritmo extenuante, pero todos compart¨ªan el mismo nivel de extenuaci¨®n. Evans dio justo el tir¨®n que pod¨ªan aguantar los otros y con ese equilibrio se presentaron en los ¨²ltimos metros, cuando Andy se peg¨® un sofoc¨®n para ganar un par de segundos.
Vanendert ya hab¨ªa culminado la haza?a de su vida. El tenaz Samuel ya hab¨ªa cruzado la meta, ojo con ¨¦l. No descarten a nadie porque estamos en el Tour de los hombres ordinarios, eso es lo extraordinario. En tales condiciones habr¨ªa que ser muy osado para despreciar las opciones de Contador.