Greipel gan¨® a Mozart

Andr¨¦ Greipel, el hombre m¨¢s fuerte del mundo seg¨²n definici¨®n de sus excompa?eros del HTC; apodado Gorila por los pocos que se atreven. El ¨²nico ciclista que parece robusto despu¨¦s de diez etapas, 1.747 kil¨®metros. El velocista a la sombra de Cavendish, el campe¨®n de Rostock (como Ullrich), el padre de Anna y Luna, cuyos nombres lleva tatuados en el antebrazo izquierdo. Greipel, el sprinter del Omega Pharma Lotto (curiosa joint venture: cosm¨¦ticos, test de embarazo, loter¨ªas), el candidato del equipo para las llegadas (pocas) que no se pide Gilbert.

Ayer Greipel gan¨® su primera etapa en el Tour y se uni¨® al selecto club de los ciclistas con triunfos en las tres grandes vueltas. Y much¨ªsimo m¨¢s que eso. Venci¨® a Cavendish, su antiguo jefe, el Mozart de las volatas. Salieri aplaudir¨¢ desde el cielo (o desde el infierno).

M¨¢s all¨¢ del simbolismo de su triunfo, la sorpresa es que Greipel no cruz¨® la meta golpe¨¢ndose el pecho con los pu?os, ni levant¨® a las azafatas sobre la palma de una mano mientras espantaba aeroplanos con la otra. Dir¨ªamos que supo comportarse en el podio, sobrio, r¨ªgido, tan musculado en sus piernas que, de haber tenido un puntero a mano, Hinault nos hubiera podido dar una clase de anatom¨ªa. Probablemente, Greipel ya pensaba en la jornada de hoy, otro sprint contra Wolfgang Amadeus Cavendish.

Jos¨¦ Joaqu¨ªn Rojas lleg¨® en tercera posici¨®n. Lo logr¨® todav¨ªa convaleciente de unas molestias estomacales que le hicieron perder 21 minutos en Saint Flour. Imaginen la extrema dureza del Tour y ahora imag¨ªnenlo con gases (por no profundizar). Ya no hay duda: es muy bueno este ciclista, salvajemente talentoso y duro, sobre todo, duro. Nada gaseoso.

Por cierto, Rojas ha vuelto a la pelea por el maillot verde de la regularidad y se encuentra a s¨®lo 17 puntos de recuperarlo. Y con las monta?as por delante y los virus por detr¨¢s.

En esa batalla, ya se sabe, tendr¨¢ como principal adversario a Gilbert, que ayer hizo lo posible por ganar. A falta de 15 kil¨®metros para la meta fue cabeza de cartel en una escaramuza en la que tambi¨¦n participaron Tony Martin y Voeckler, el inquieto l¨ªder. El campe¨®n belga fue atrapado a menos de cinco de la ¨²ltima pancarta, no sin antes mostrarnos su dentadura de tibur¨®n, tan similar a la del australiano Phil Anderson, los ochenteros recordar¨¢n.

Fraternit¨¦.

Antes, mucho antes, la escapada del d¨ªa estuvo protagonizada por cinco franceses y un italiano. Desde los tiempos de Maurice Garin (ganador en 1903) no se ten¨ªa noticia de una fuga con tan amplia mayor¨ªa de ciclistas locales.

No est¨¢ nada mal que Francia disfrute de su gran fiesta. Retirado Virenque y con Chavanel a 44:16, cualquier peque?o destello hace que renazca su ilusi¨®n. Y la necesitan; de otro modo dejar¨¢n de organizar el guateque o, lo que es peor, dejar¨¢n de invitarnos.