Ciclismo | Tour de Francia
Y ya van tres
El Tour se rinde a Contador y a Schleck, y por muchos a?os
Alberto ha parado el contador de Tours en el n¨²mero 3. Ya es leyenda, junto a Philippe Thys (1913, 14 y 20), Louison Bobet (1953, 54 y 55) y Greg LeMond (1986, 89 y 90), de un ciclismo que le pertenece a ¨¦l y a Andy Schleck. Ya s¨®lo a ellos, una vez apartado ayer oficialmente de la circulaci¨®n el siete veces vencedor Lance Armstrong.
Este Tour del sufrimiento indecente les pertenece al espa?ol y al luxemburgu¨¦s porque han hecho juntos en la carrera, lo bueno, lo malo y lo regular. Lo bueno ha sido el excepcional nivel de concentraci¨®n que ha tenido Contador para correr con la calculadora en la mano, midiendo las fuerzas hasta el extremo llegando incluso a jugar con fuego. Ah¨ª est¨¢ lo malo. Las piernas no le han funcionado como en 2009. ?l mismo lo ha reconocido. Hay menos diferencia con el luxemburgu¨¦s. ?Y lo regular? Ha sido ese fair play que desespera al aficionado que se ve incapaz de ponerse en la piel de sus corredores y en sus c¨®digos.
El Tour ser¨¢ recordado por el indulto de Spa a los hermanos Schleck tras su ca¨ªda, por el tiempo que perdieron Samuel S¨¢nchez y Contador en el pav¨¦s sin que nadie les esperara, por el enganche de la cadena de Schleck, que hizo l¨ªder a Contador, y por el regalo de ¨¦ste al no disputarle la etapa centenaria con final en el Tourmalet. Ha sido el Tour del fair play a la carta, el de la moneda. En esta ocasi¨®n ha salido cara.
Es Contador (27 a?os) el mejor ciclista del mundo. Y Andy (25), el segundo. As¨ª ser¨¢ por muchos a?os ante su juventud, el brillo de sus ojos y su superioridad en la monta?a. Las im¨¢genes vividas ayer en la ceremonia del podio en los Campos El¨ªseos certificaron esta indudable verdad como un pu?o. Mientras Contador recib¨ªa de Bernard Hinault el amarillo definitivo, Lance Armstrong, ah¨ª abajo a cuatro metros de ellos, se daba la vuelta y sonre¨ªa junto a un colaborador. No se le escap¨® ni un gesto deportivo, ni un aplauso al campe¨®n que fue su compa?ero. Es el relevo, el deseado relevo. El se?or del Tour ya es Alberto contra tres derechos adquiridos de por vida. Dice el espa?ol que "el objetivo no es batir los r¨¦cords de nadie". Tiempo tiene por delante, desde luego, para acerc¨¢rsele. Lo quiera o no.
El rival es amigo. A Contador se le exigir¨¢ el cuarto Tour antes de que pueda celebrar el tercero. Es tan as¨ª como que a Schleck se le puede empezar a pedir el primero tras haber sido dos veces segundo. En esta relaci¨®n de rivalidad amistosa habr¨¢ que encontrar un equilibrio para poder hacer de sus duelos batallas sin cuartel ni regalos, pese a que luego lleguen besos en los podios. Como ayer.
Contador respira al fin despu¨¦s de tres semanas. En 2011 le esperar¨¢ otra vez Andy dispuesto a obligarle a algo que Alberto todav¨ªa no ha hecho: remontar. Porque nadie se lo ha exigido a¨²n.