Ciclismo | Tour 2010. 16? etapa
Paz en el Tourmalet
Hablaron antes, durante y despu¨¦s de la etapa reina de ayer. Contador quiso explicarse ante Schleck por su actitud ante la aver¨ªa en su bicicleta en la etapa del lunes. Por ahora vuelven a ser amigos. El Tourmalet les vio pasar en paz. Ma?ana, all¨ª mismo, tendr¨¢ lugar la guerra definitiva.
Andy Schleck mira a la c¨¢mara de la televisi¨®n francesa: "Le pido a la gente que no silbe a Contador". El espa?ol, a su lado, suelta espont¨¢neo un "gracias, amigo". Sucedi¨® tras la etapa pirenaica m¨¢s cl¨¢sica del Tour de Francia, decepcionante para los que fecharon para ayer la "revancha" anunciada por Andy. La paz se firm¨® en Pau, ling¨¹¨ªstica coincidencia, en el d¨ªa en que la etapa centenaria se convirti¨® en una prospecci¨®n del terreno, del Tourmalet m¨¢s concretamente, que se subi¨® y baj¨® ayer, pero que ma?ana s¨ª que decidir¨¢ el Tour.
"Alberto y yo vamos a tener una buena lucha", dice Schleck. ?No hab¨ªamos quedado en que est¨¢bamos en paz? El luxemburgu¨¦s anuncia movida tras la tregua concedida a Contador, el hombre que se aprovech¨® del enganch¨®n de la cadena de la bicicleta de Andy ejerciendo su pleno derecho de competir. De la magnitud del Tour y de sus consecuencias naci¨® la excusatio non petita de la madrugada anterior en la red. Contador pidi¨® perd¨®n por su reacci¨®n en carrera. "No deb¨ªa", expresa la mayor¨ªa.
Andy no reaccion¨®, pues, furibundamente y con la bici en buen estado. La etapa sali¨® a toda pastilla por lo que las explicaciones y las paces quedaron para m¨¢s adelante.
Etapa centenaria, que emulaba en gran parte el estreno de los Pirineos en 1910, con ascenso de salida al Peyresourde. No hace falta decir nada m¨¢s. El pelot¨®n se hab¨ªa convertido ya en el kil¨®metro 10 en un rompecabezas. Por delante, mil intentos y uno por encima del resto: Lance Armstrong. Era su ¨²ltima escapada o como ¨¦l dijo luego: "Mi esp¨ªritu ganador sigue vivo".
Intereses.
Hay tantos intereses por definir en este Tour que no sorprendi¨® ver durante el raid pirenaico a los Caisse d'Epargne y a los RadioShack metidos siempre en faena delantera para pugnar por la clasificaci¨®n por equipos. Tambi¨¦n se vio a Van den Broeck, el quinto clasificado menos apostado de la historia, atizar el ritmo en el Aspin para desbancar a Samuel S¨¢nchez. El asturiano tuvo lo que se dice un "mal d¨ªa bien gestionado". Estuvo a punto de reventar. Ha quemado mucho en este Tour.
La fuga definitiva, de diez corredores, cuaj¨® en un Tourmalet del que nadie se mover¨¢ hasta ma?ana. Tan triste fue ver subir al pelot¨®n a paso de cicloturista como esperanzadora ser¨¢ esa batalla.
De esa fuga de diez, la de Armstrong, salt¨® en el descenso del Aubisque el recuperado Barredo. Agach¨® la cabeza, olvid¨® los calambres y rem¨® hasta Pau. Cuando le cogieron bajo la pancarta del ¨²ltimo kil¨®metro supo que el sue?o deber¨¢ esperar.
Fedrigo, otro franc¨¦s, el tercero consecutivo (tras Riblon y Voeckler), fue m¨¢s r¨¢pido que Casar y Rub¨¦n Plaza. Armstrong acab¨® sexto. Todos en paz.