Ciclismo | Tour de Francia
Andy toca el Saxo
Mand¨® a su equipo montar un abanico contra Contador, sin ¨¦xito.
A falta de monta?as, buenos son vientos. Andy Schleck necesita m¨¢s de 41 segundos de ventaja sobre Contador para ganar el Tour. Sin equipo para marcar la diferencia en los Pirineos, donde s¨®lo se tendr¨¢ a s¨ª mismo, el l¨ªder de la carrera y del Saxo Bank intent¨® un imposible en la interminable etapa de ayer. Cruzado el puente sobre el Is¨¨re, con Valence en el horizonte, el luxemburgu¨¦s mand¨® que Cancellara, Voigt y sus chicos pusieran m¨²sica de abanico. Faltaban 17 kil¨®metros para la meta, el viento soplaba de costado y el Saxo envi¨® a las cocheras a medio pelot¨®n. ?Y Contador? A Alberto se le vio solo por momentos, sin el abrigo de las jornadas alpinas, con Benjam¨ªn Noval teni¨¦ndose que vaciar por el costado derecho para colocarle a rueda del maillot amarillo y que luego se guiara por el crujir de las piernas.
Fueron diez kil¨®metros a 60 kil¨®metros por hora, que dejaron una imagen que se va a repetir mucho en los diez d¨ªas que restan de carrera. Contador resguardado tras el aire que come Andy y sacando la calculadora del triunfo. Del exceso de desgaste de ayer se pueden acordar algunos cuando el Tourmalet asome. Contador ni pesta?ea por el momento. Y sigue a 41 segundos.
La m¨²sica que ayer toc¨® el Saxo muestra que los Schleck pasan al ataque. Y no s¨®lo en la carretera. Johnny, el padre de la saga, ha rescatado la frase que tambi¨¦n desliz¨® el a?o pasado. "Andy no le tiene miedo a Contador", dijo en la salida de la etapa en Sisteron. Por la tarde, en directo para la televisi¨®n francesa, Johnny aprovech¨® una entrevista junto a su hijo para soltarle dos besos y animarle con un: "Mi chaval est¨¢ en la edad perfecta para ganar el Tour. A los 25 a?os ya est¨¢ preparado". Sin el hermano mayor en carrera, Andy corre con libertad y de amarillo. En las dos ¨²ltimas etapas ha bajado al coche de Biarne Riis para coger agua. "As¨ª me relajo", explica.
Cavendish, de cabeza.
El l¨ªder bebe, deja de pedalear y, a lo lejos, ve el sprint en la larga recta de Bourg-L¨¨s-Valence. En nuestras ant¨ªpodas ya es viernes. Nadie sospecha que un australiano (Mark Renshaw) y un neozeland¨¦s (Julian Dean) vayan a protagonizar la llegada m¨¢s espectacular de todo el verano. Son los lanzadores de Cavendish y Farrar, respectivamente. Tras un sospechoso movimiento de codo izquierdo de Dean, Renshaw, que progresa por su izquierda y cerca de las vallas, decide ganarse el sitio con tres cabezazos al hombro de Dean. Es de enorme pericia e imprudencia mantener esta pelea a m¨¢s de 70 km/h y con los lobos aullando en el cogote: los Cavendish, Petacchi y Farrar. Lanzado el ingl¨¦s, Renshaw deja de pedalear y, con el rabillo del ojo, ve que el norteamericano vuela a su lado. Un peque?o desv¨ªo de la trayectoria impide lo suficiente a Farrar alcanzar el sprint, curiosamente limpio, de Cavendish.
La sonrisa de ManxMan no fue la que se pod¨ªa esperar para festejar su tercer triunfo en este Tour. Sab¨ªa que algo iba a pasar. Minutos despu¨¦s, Jean Fran?ois Pescheux, director de carrera, mand¨® para casa a Renshaw, decisi¨®n aprobada por el jurado de comisarios, que dejaron sin sanci¨®n a Dean.