Ciclismo | Tour 2010. 4? etapa
Petacchi es el rey
En Reims, el italiano gana su segunda etapa en este Tour al sprint
Reims es ciudad de reyes con corona. Si el sprint fuera un reino en este Tour, su monarca ser¨ªa Alessandro Petacchi. Ha habido dos limpios hasta la fecha y los dos han sido para ¨¦l. Sus rivales pudieron excusarse por las ca¨ªdas en Bruselas. Ayer ya no. Reims y su catedral de Notre Dame merec¨ªan que un bello italiano levantara los brazos con limpieza y sin sangre ante sus s¨²bditos.
Los sprints fueron durante muchos a?os un ejercicio de ri?ones, poner a prueba el ¨²ltimo arre¨®n de fuerza para conocer qui¨¦n ganaba. En el Tour ya no hay esa m¨ªstica. Ni siquiera foto-finish. Las llegadas masivas son cada una un curso acelerado de energ¨ªa cin¨¦tica, de relevos terribles entre equipos que parecen m¨¢quinas. Cuando el ritual no funciona, el jefe se relaja y levanta el pie. De ah¨ª que Mark Cavendish entrara el 12? en la meta pese al esfuerzo de cuatro compa?eros del Columbia High Road que, en el ¨²ltimo kil¨®metro, hicieron los imposible para colocar al ingl¨¦s. A Cavendish le pasa algo. Su ca¨ªda-bronca-montonera de la Vuelta a Suiza puede tener la culpa. Quiz¨¢ su golpe de pedal est¨¦ cargado de culpa, como si tuviera que pedir disculpas por cada movimiento ante Hushovd, Petacchi o McEwen. Locos como ¨¦l. Tambi¨¦n con Freire.
El c¨¢ntabro es el mejor analista en la l¨ªnea de meta. Cuanto m¨¢s acelerado y agobiado por los caza-bidones, mejor. "?Que c¨®mo he visto el sprint? Pues de lejos". ?scar tiene piernas para m¨¢s y tambi¨¦n equipo. Ni las primeras responden por ahora ni el Rabobank est¨¢ de momento para entregar sus fuerzas al tricampe¨®n del mundo.
Petacchi se comi¨® con patatas lo que cinco valientes buscaron durante toda la jornada. Durante 147 kil¨®metros anduvieron escapados los franceses Champion y Vogondy, el belga De Greef y los espa?oles Mayoz (Footon) e Isasi (Euskaltel). Un guipuzcoano y un alav¨¦s, hijos ambos de ciclistas profesionales. El suyo es un verdadero oficio que aprendieron desde el cabecero de su cama cuando el padre les contaba historias de aventureros sobre dos ruedas. Aqu¨ª, en Francia, a Isasi no le da con su innata velocidad para quedarse quieto y esperar un sprint imposible. Ha regenerado su vida dentro del pelot¨®n. Es por estos esfuerzos que algunas empresas siguen confiando sus ahorros en los patrocinios, en titanes como Amets Txurruka, que, siendo la desgracia del d¨ªa, bien podr¨ªa llevarse el pundonor del mi¨¦rcoles. Amets, el "sue?o" en euskera, se cay¨® de manera brutal cuando trataba de regresar a la cola del pelot¨®n persiguiendo el coche de Igor Gonz¨¢lez de Galdeano. Sus 57 kilos de humanidad volaron por los aires. Pero quiso seguir, m¨¢s de 120 kil¨®metros, pese a saber que una ambulancia le esperaba en Reims.
Exigua.
La etapa m¨¢s corta del Tour fue tambi¨¦n la m¨¢s exigua en conclusiones para los patronos de la general. Ninguno se movi¨®, a excepci¨®n del RadioShack para agitar la carrera en el sentido del viento, en lo que puede considerarse como un castigo de Bruyneel a sus ciclistas por la apat¨ªa de Arenberg. Eligieron mal d¨ªa. Es Reims estaban de coronaci¨®n. Rey del sprint. Petacchi.