Sin Zion tambi¨¦n hay para¨ªso

Victoria a rachas, pero victoria. El fichaje de CJ McCollum el pasado 8 de febrero de 2022 fue un mensaje por parte de los Pelicans. Estaban bien, se encontraban bien y miraron hacia delante. Zion Williamson no estaba, pero era el momento de redefinirse como franquicia y llegar a playoffs. Y eso hicieron: ganaron en el play-in y jugaron una emocionante primera ronda ante unos Suns cada vez m¨¢s sumidos en su misma desgracia. El 4-2 final a favor de los de Arizona estuvo salpicado de conclusiones positivas para el equipo de un cada vez mejor valorado Willie Green. Y todas las esperanzas se pusieron en el presente curso, con Zion de vuelta y una plantilla capaz, sobre el papel, de aspirar a absolutamente todo en una Conferencia Oeste inoperante y en una NBA que no espera nadie.

McCollum fue la demostraci¨®n de que los Pelicans estaban aqu¨ª. Que la ¨¦poca de Anthony Davis y la resaca posterior a su traspaso hab¨ªa acabado. Las ganas eran las de competir, darlo todo, escalar puestos, vivir el presente y dejar de justificarlo todo en un futuro que nunca llegaba. Pero todav¨ªa quedaba una ¨²ltima variable: Zion Williamson. La estrella hab¨ªa pasado m¨¢s tiempo lesionada que sana; su entorno, esa palabra que se ha puesto tan de moda en la NBA, le situaba fuera de Nueva Orleans. No le gustaba nada de nadie, no atend¨ªa a la prensa, era un completo misterio, no transmit¨ªa nada y nadie sab¨ªa si finalmente iba a forma parte de un proyecto que quer¨ªa ser pero estaba incompleto sin ese n¨²mero 1 del draft de 2019, pero que disput¨® 24 y 61 partidos en sus dos primeras temporadas... y ninguno en la tercera.

Y ah¨ª est¨¢n los Pelicans: han llegado a liderar el Oeste, van terceros con un r¨¦cord de 19-12, se gustan, tienen carencias obvias y palpables pero, al mismo tiempo, rezuman talento por sus cuatro costados. Un h¨¦roe como Jos¨¦ Alvarado, una estrella como Zion, otras dos como McCollum y Brandon Ingram, a un banquillo extenso y un p¨ªvot como Jonas Valanciunas que no siempre aprovechan en sus rotaciones interiores pero que tiene una capacidad innata para producir. La victoria contra los Spurs sin Zion (126-117) es una m¨¢s para unos Pelicans que han conseguido evitar el connato de remontada de un rival que anot¨® 42 puntos en el ¨²ltimo cuarto, pero que se qued¨® a medias. La franquicia de Nueva Orleans lleg¨® a ganar de 23 puntos, pero perdi¨® 17 balones, los mismos que su rival, en un partido feo y plagado de fallos, pero en el que consiguieron rentabilizar su ventaja al final.

McCollum, el gran h¨¦roe sin Zion, se fue a 40 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias, con un14 de 27 en tiros de campo y un 7 de 14 en triples. Jeremy Sochan fue el l¨ªder (23+9+6) de unos Spurs que est¨¢n cerca de lo m¨¢s hondo del Oeste (10-21) y que siguen sumando derrotas a manos de un Gregg Popovich que ha decidido que su plan de jubilaci¨®n tras 5 anillos y una carrera de leyenda. En r¨ªo revuelto pesc¨® Willy Hernang¨®mez, que aprovech¨® los minutos que Zion suele jugar de p¨ªvot: 13 tantos, 7 rebotes y 5 pases a canasta en 22 minutos. El p¨ªvot produce siempre que aparece y tiene oportunidad, pero se sigue hundiendo en una rotaci¨®n en la que se cuenta muy poco con ¨¦l y mucho con Larry Nance, que acaba muchos finales de partidos en lugar incluso con Valanciunas (16+10 ante los Spurs). Eso s¨ª, siempre que aparece funciona y as¨ª tiene que seguir haci¨¦ndolo. Al fin y al cabo, es el MVP del ¨²ltimo Eurobasket.