Una obra de arte de Chris Paul
El base firma un partido perfecto y es el primero con un 14/14 en tiros en la historia de los playoffs. Los Pelicans ganaban por 10 en el descanso y solo cedieron en el ¨²ltimo minuto.


Rebeli¨®n sofocada. Como estaba cantado a priori, Phoenix Suns, el equipo de las 64 victorias, est¨¢ en segunda ronda. Pero es importante ese a priori: el billete no ha sido ni mucho un tr¨¢mite. Hizo falta un esfuerzo tremendo en el sexto partido (109-115) para evitar la agon¨ªa del s¨¦ptimo en una serie en la que las cosas amenazaron con torcerse de forma muy seria. Devin Booker se lesion¨® en el segundo despu¨¦s de anotar 31 puntos en la primera parte. Los Suns perdieron la ventaja de campo esa noche, e incluso despu¨¦s de recuperarla tuvieron que jugar un quinto partido peliagudo: en su pista pero todav¨ªa sin Booker, con el peligro de un posible match point en contra fuera de casa y contra un rival en crecida, que durante unos d¨ªas se sinti¨® capaz de todo: New Orleans Pelicans.
Para los Pelicans ha sido una temporada de reafirmaci¨®n, de crecimiento. Y eso es mucho. Empezaron 1-12 y llegaron a estar a 14 partidos del 50% (18-32). Con un entrenador novato, Willie Green, y entre rumores de divorcio arisco con Zion Williamson, que no ha jugado en todo el curso. Pero la cosa se recondujo, se apost¨® por un veterano casi-all star como CJ McCollum, las lesiones dieron tregua a Brandon Ingram, Green demostr¨® ser un entrenador perfectamente capacitado y una generaci¨®n rookie poco medi¨¢tica demostr¨® ser altamente productiva, ideal para pasar a formar parte de un nuevo n¨²cleo duro. Sobre todo Herb Jones con sus tent¨¢culos defensivos, tambi¨¦n Jose Alvarado y Trey Murphy. Queda, ay, el asunto Zion, pendiente de la negociaci¨®n (o no) de una extensi¨®n multimillonaria. Una decisi¨®n, para bien o para mal, que marcar¨¢ un futuro que, al menos, pinta mucho mejor que hace unos meses en NOLA. Y eso, repito, es mucho.
Los Pelicans se llevaron dos directos a la mand¨ªbula despu¨¦s de ese atronador 2-2. En el sexto partido, en el que regres¨® Booker nueve d¨ªas despu¨¦s de su peligrosa lesi¨®n, no tiraron la toalla hasta los ¨²ltimos segundos y mandaron en la primera parte despu¨¦s de un intenso segundo cuarto (58-48). Su ¨²ltima ventaja, de hecho, lleg¨® a dos minutos del final: 104-103. Ah¨ª les cay¨® el 0-7 diferencial (104-110) con una secuencia que fue puro cloroformo, primero un triple de Booker y seguido un mate de Mikal Bridges tras robo a McCollum. El guard no ha estado a su mejor nivel (esta vez 16 puntos en 16 tiros y una asistencia por tres p¨¦rdidas) en los dos partidos decisivos. Ingram termin¨® con 21 puntos y 11 asistencias y cierra la serie en 27 puntos, 6,2 rebotes y 6,2 asistencias. Con algunos de los mejores momentos de baloncesto de toda su carrera.
Aplauso a los Pelicans y paso al campe¨®n del Oeste. No fue f¨¢cil. Hicieron falta nervios de acero, jerarqu¨ªa y concentraci¨®n. La baja de Booker fue una prueba, la emergencia joven de su rival una molestia. Pero ah¨ª est¨¢n, al final con autoridad en los momentos importantes, cerrando con pu?o de hierro el partido y la serie en otra noche excelente de Mikal Bridges (18 puntos) y DeAndre Ayton (22+7 rebotes+4 asistencias), con un Cameron Johnson que vuelve a ir a m¨¢s, Booker de vuelta (13 puntos en 32 minutos)¡ Y con el magisterio inacabable de Chris Paul. El base, que cierra la serie con 68 asistencias y 9 p¨¦rdidas), jug¨® un partido perfecto para eliminar a los Pelicans: 33 puntos, 5 rebotes, 8 asistencias y un incre¨ªble 14/14 en tiros de campo (y 4/4 en tiros libres). Nunca en un partido de playoffs se apilado tantos lanzamientos sin fallo. Y nunca se hab¨ªa llegado a 33 puntos con una hoja de tiro perfecta. Si se suma regular season, solo Wilt Chamberlain meti¨® m¨¢s canastas sin un solo borr¨®n.
Pese a la presi¨®n f¨ªsica de los Pelicans, la carga de responsabilidad sin Booker y la molestia perpetua del pegajoso Alvarado, CP3 cierra la serie con esa profunda sensaci¨®n de grandeza que inspira su presencia en pista. Con otro ejercicio de direcci¨®n y finura en las trincheras, con una demostraci¨®n de jerarqu¨ªa y baloncesto. Es uno de los mejores bases de la historia. No hay duda, pero le falta el anillo. Y, camino de los 37 a?os que cumplir¨¢ en unos d¨ªas, sabe que est¨¢ ante su gran oportunidad despu¨¦s de quedarse literalmente a dos pasos la temporada pasada. Ah¨ª va Chris Paul, ah¨ª van los Suns. Que pase el siguiente.