?Qu¨¦ pasa con Ben Simmons?
El base, ca¨ªdo en desgracia, vuelve a protagonizar v¨ªdeos de sus entrenamientos tras disputar apenas 15 partidos la temporada pasada. Una estrella que ya no lo es y de la que ya nadie sabe qu¨¦ esperar. Jordi Fern¨¢ndez tiene trabajo.
La historia de Ben Simmons es como el cuento de nunca acabar. La repetici¨®n constante, una que no deja espacio ni para condicionantes. Sumergido en las tumultuosas aguas del olvido, el base encadena una lesi¨®n con otra, problemas en la espalda y de salud mental, mientras el equipo de turno le espera y ¨¦l no da pistas de cu¨¢ndo ni c¨®mo volver¨¢ a jugar. Un poco en la l¨ªnea de otros jugadores que en la ¨²ltima d¨¦cada se han refugiado en su entorno sin conceder demasiada informaci¨®n a la entidad, como Kawhi Leonard o Zion Williamson. En una NBA que no espera a nadie, los focos constantes y la atenci¨®n medi¨¢tica generan mucha presi¨®n en algunos jugadores, que intentan gestionar algo tan importante como la cabeza sin tiempo muchas veces para el respiro. Con muchas voces criticando el nivel que no han mostrado y las estrellas que no han sido. Algo que ha hundido a alg¨²n que otro jugador, que ha sucumbido a los quehaceres de la opini¨®n p¨²blica, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras.
Simmons nunca ha dejado claro si los problemas que tiene son exclusivamente del nervio de su espalda (lo que m¨¢s le ha afectado supuestamente en las ¨²ltimas fechas) o hay un bloqueo mental que le impide afrontar la apretura eterna de una competici¨®n tan exigente, en lo f¨ªsico y en lo psicol¨®gico, como la NBA. Nunca es lo que pudo haber sido y eso se aplica tambi¨¦n a un base que fue drafteado en 2016 y desde entonces ha participado en seis de ocho temporadas posibles, 332 de 636 encuentros. Algo m¨¢s de la mitad, pero tambi¨¦n una cifra que ha ido bajando paulatinamente con el paso del tiempo, igual que las expectativas generadas por una estrella al alza, una promesa que se ha quedado en eso. Ven¨ªa de cuajar una ¨²nica campa?a incre¨ªble en la universidad en la que fue incluido en el primer equipo All-American, adem¨¢s de ser Premio USBWA al Freshman Nacional del A?o, Naismith Prep al Jugador del A?o, Rookie del A?o de la Southeastern Conference y parte del mejor quinteto de la conferencia. Entonces, promedi¨® m¨¢s de 19 puntos, casi 12 rebotes y 4,8 asistencias. Desde entonces, nada.
O poco, seg¨²n como se mire. Una lesi¨®n de pie le mantuvo alejado de los Sixers durante el que iba a ser su primera temporada tras ser seleccionado en el primer puesto del draft de 2016. Al a?o siguiente parec¨ªa recuperado: 15,8+8,1+8,2, Rookie del A?o, parte del Mejor Quinteto de Rookies y primeros brotes verdes de un Proceso hoy inexistente, que siempre tuvo al cuestionado Joel Embiid como epicentro y ahora ¨²nico superviviente. Todos los que pasaron por ah¨ª acabaron y¨¦ndose, incluido un Simmons que sum¨® tras All Stars consecutivos en las tres siguientes temporadas y roz¨® el premio a Mejor Defensor en 2021, cuando Rudy Gobert se llev¨® el tercero de sus cuatro trofeos para suplicio de un Shaquille O¡¯Neal que no se cansa de cargar contra el p¨ªvot. Tras ello, la debacle. Y una ca¨ªda paulatina a los infiernos que parece no tener fin.
Simmons fue el chivo expiatorio de la derrota de los Sixers ante los Hawks en 2021. Perdieron ventajas de m¨¢s de 20 puntos en el cuarto y el quinto partido y cayeron en el s¨¦ptimo, en casa, cuando iban cuatro arriba (84-80) a menos de siete minutos para la conclusi¨®n, para acabar con un parcial en contra de 12-23 que les dej¨® fuera de todo, tambi¨¦n de las primeras finales de Conferencia desde 2001, cuando Allen Iverson y compa?¨ªa hicieron el ¨²ltimo alarde de un orgullo que hoy en d¨ªa tienen perdido: como franquicia, lejos de sus mejores d¨ªas. Y tambi¨¦n como ciudad, que sabe y entiende de baloncesto, pero tambi¨¦n nota el zumbido de o¨ªdos cada vez que se habla del traslado de la entidad, con Nueva Jersey como favorita para acoger un nuevo equipo que no tiene desde el traslado de los Nets a Brooklyn. Cosas que pasan en un lugar que permiti¨® a la NBA presumir del juego m¨¢s cautivador del planeta, pero que ahora ve como se empiezan a caer los frutos de un ¨¢rbol que estuvo maduro y amenaza con un oto?o eterno.
Los 9,9 puntos, 6,3 rebotes y 8,6 asistencias que Simmons promedi¨® en la serie fueron inversamente proporcionales a las palabras de Embiid en la rueda de prensa posterior, una m¨¢s dentro de de la concatenaci¨®n de cr¨ªticas de un p¨ªvot que siempre echa las culpas a todo el mundo menos a s¨ª mismo. Simmons apenas intent¨® 6,1 tiros por noche, 14 de forma combinada en los ¨²ltimos tres encuentros. Se le acus¨® de estar ausente, de esconderse y de estorbar en la zona a su compa?ero. Su dificultad para el lanzamiento exterior es de sobra conocida (anot¨® su primer triple el 20 de noviembre de 2019, tres a?os despu¨¦s de ser drafteado), as¨ª como su tiro en suspensi¨®n, lo que provocaba numerosas defensas flotantes e imped¨ªa al ataque fluir con facilidad, especialmente en est¨¢tico. Algunas voces se?alaron a Doc Rivers, ese entrenador que gan¨® el campeonato en 2008 con los Celtics y que no ha hecho m¨¢s que acumular fracasos despu¨¦s, uno tras otro, recibiendo remontadas en playoffs y naufragando cada vez que ten¨ªa un proyecto ganador entre manos. Pero ser¨ªa Simmons el que pagar¨ªa los platos rotos. Por culpa de quien fuera. Tambi¨¦n suya, claro.
La ca¨ªda a los infiernos
Simmons jam¨¢s se recuper¨® de las cr¨ªticas de dicha eliminaci¨®n. Las de su compa?ero inseparable que al final no lo fue ni su entrenador, Doc Rivers, que entr¨® de lleno a las mismas como para justificar su en¨¦simo fracaso en los banquillos. El base se declar¨® transferible y no inici¨® con los Sixers la pretemporada a pesar de restarle cuatro a?os de contrato. Al no tener ofertas durante el verano se uni¨® al equipo el 11 de octubre, pero el 19 de ese mismo mes tuvo una disputa durante un entrenamiento con Rivers, que le expuls¨®. Ya sancionado con anterioridad por no acudir a las pr¨¢cticas, fue apartado del equipo y lleg¨® a acumular m¨¢s de 10 millones de d¨®lares en multas. La situaci¨®n se torn¨® en insostenible: suspendido por mala conducta y desobediencia, fue apartado. Los Sixers buscaron un acuerdo para sacarle de Philadelphia y conseguir algo a cambio. Finalmente lo hicieron y consiguieron en un traspaso a James Harden, que forz¨® la m¨¢quina en los Nets como lo hab¨ªa hecho con anterioridad en los Rockets y como lo har¨ªa posteriormente en su nueva entidad, ahora vieja como jugador de los Clippers. El da?o colateral fue Simmons, que ya hab¨ªa hecho todo lo posible por ser el malo de la pel¨ªcula. En Brooklyn se abrir¨ªa una nueva etapa para ¨¦l. Una mucho peor que la anterior. Y eso ya es decir.
Los Sixers traspasaron a Simmons a los Nets en un movimiento en el que mandaban a Brooklyn tambi¨¦n a Seth Curry y Andre Drummond para quedarse a Paul Millsap y al ya mencionado Harden. Despu¨¦s m¨¢s de un mes sin jugar, perdi¨¦ndose (obviamente) el All Star por primera vez en tres a?os, se anunci¨® que ten¨ªa una hernia de disco en la espalda. Steve Nash, entrenador de los Nets por aquel entonces, dijo que regresar¨ªa en playoffs, algo que jam¨¢s sucedi¨®. Tras un verano turbulento, el toma y daca constante de ese proyecto creado por Kevin Durant y Kyrie Irving para luego renegar de ¨¦l, Simmons finalmente debut¨®: lo hizo el 19 de octubre de 2022, ocho meses despu¨¦s de llegar al equipo y con un nuevo entrenador, Jacque Vaughn. Disput¨® 42 partidos, 33 de ellos como titular, y la franquicia de Brooklyn se clasific¨® para los playoffs como s¨¦ptima de la Conferencia Este, pero con Durant en Phoenix y Kyrie en Dallas. Se acab¨® lo que se daba.
Todo esto, con Simmons de nuevo en el dique seco: en febrero de 2023, se someti¨® a un drenaje de rodilla y recibi¨® una inyecci¨®n por sus continuas molestias en la rodilla izquierda, con las que hab¨ªa lidiado durante la temporada. En marzo, se precipitaron las malas noticias: primero, Vaughn declar¨® que Simmons hab¨ªa pasado a hacer trabajo de campo, pero un pinzamiento nervioso en la espalda (otra vez) provoc¨® que fuera baja indefinida. Primero se dijo que probablemente no volver¨ªa a jugar en el resto del curso baloncest¨ªstico. Luego, se confirm¨® que no volver¨ªa a jugar esa campa?a por los problemas de espalda, incluida la primera ronda de playoffs en la que, iron¨ªas del destino, los Nets jugar¨ªan ante unos Sixers que les pasaron por encima (4-0) con el base vestido de calle en el banquillo y recibiendo abucheos desde la grada. La temporada 2022-23 acab¨® para el playmaker con sus promedios m¨¢s bajos en minutos (26,3), puntos (6,9), rebotes (6,3) y asistencias (6,1). Y se acentuaron los problemas en los tiros libres, una de de las mayores torturas del jugador, que segu¨ªa sin mejorar en nada relacionado con el lanzamiento: por debajo del 44%. Desolador.
La t¨®nica, ya t¨ªpica, era esperar una resurrecci¨®n que nunca se daba. El verano se llenaba de v¨ªdeos en redes sociales con el base practicando su tiro de tres y anotando en suspensi¨®n para generar una esperanza que nunca ten¨ªa lugar ni cabida. Muchos hablaban de problemas de salud mental, de un bloqueo que le imped¨ªa rendir al nivel de anta?o, de esas expectativas generadas que le hab¨ªan presionado de tal modo que lo hundieron en un bucle, en una espiran de imposibilidad manifiesta. Y todo sigui¨® igual: Simmons disput¨® los primeros cinco partidos de la temporada 2023-24 de la NBA y seis de los siete iniciales. Tras ello, estuvo de baja del 6 de noviembre al 29 de enero, cuando jug¨® nueve de los 12 siguientes. Tras ello, dej¨® de jugar sin que la franquicia supiera muy bien que decir, algo que ya hemos visto en una gesti¨®n de comunicaci¨®n p¨¦sima manejada por el entorno de ciertas estrellas (los mencionados Kawhi, Zion...), o jugadores que se comportan como tal pero no son tanto. A inicios de marzo se confirm¨® que volv¨ªa a ser baja para el resto de la temporada tras disputar apenas 15 partidos con 6,1 puntos, 7,9 rebotes y 5,7 asistencias de promedio. Una promesa llamada a conquistar los cielos que hab¨ªa ca¨ªdo directamente en un pozo que no ten¨ªa cuerda o fuerzas para salir de ah¨ª.
Ahora bien: ?Qu¨¦ demonios pasa con Ben Simmons? Es la pregunta del mill¨®n, esa que nadie se atreve a resolver. Los Nets, desintegrados, se han abocado a Jordi Fern¨¢ndez para dar un giro a la franquicia desde el banquillo e intentar ver algo de luz dentro de la concatenaci¨®n de desgracias que acumularon con Durant, Kyrie y compa?¨ªa. El proyecto es eminentemente perdedor y no parece que vaya a cambiar eso a corto plazo. Por un lado, la franquicia puede esperar a que finalice la temporada que todav¨ªa no ha empezado, que se embolse los m¨¢s de 40 millones que le quedan en el ¨²ltimo a?o del contrato que firm¨® con los Sixers y dejar que se marche como agente libre. Por otro, pueden buscar un traspaso que ser¨¢ de dif¨ªcil encaje por el contexto del nuevo convenio colectivo y el valor real del base en el mercado, ahora mismo inexistente. Para el jugador la situaci¨®n es desoladora: tiene 28 a?os, no se recupera de las lesiones y va a tener dif¨ªcil encontrar un hueco en una NBA que no espera a nadie. Lo ¨²nico que puede hacer es jugar lo mejor posible esta temporada y rezar para volver a sus estad¨ªsticas. Su utilidad era cuestionable (sin lanzamiento exterior, estorbando demasiado en la zona, sin cabida en ataque, sometido a defensas flotantes) cuando estaba en forma, aunque tuvo recorrido y eficiencia. Ahora, las redes vuelven a llenarse de v¨ªdeos muy chulos que luego distan mucho de la realidad. Nadie sabe nada: qu¨¦ pasar¨¢, c¨®mo y cu¨¢ndo jugar¨¢. Lo que s¨ª sabemos es que, de momento, no ha cumplido con los aires de promesa que soplaron de forma merecida. Un recuerdo lejano para un jugador que ha ca¨ªdo en el olvido. En el infierno. Y que ya veremos si sale de ¨¦l.
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