La gran noche de ¡®Big Spain¡¯
Los Grizzlies retirar¨¢n el n¨²mero 33 de Marc Gasol esta noche en Memphis, tras el partido contra los Sixers (02:00, hora espa?ola).
¡°Pas¨¦ hambre en Nueva York y en Chicago no me fue mejor; Pero hoy, mi querida madre me ha escrito para decirme que vuelva a Memphis a vivir con ella, a recorrer caminando Beale Street¡¡±. Chuck Berry homenaje¨® en su ¡°Back To Memphis¡±, a ritmo de rock and roll, a esa vibraci¨®n negra de la ciudad del Blues, el Country, el Gospel y el Rock; del mestizaje el¨¦ctrico que recorre Beale Street, una calle cuyas ra¨ªces se extienden hasta ?frica y que tiene su propia idiosincrasia por mucho que est¨¦ en pleno bible belt, ese cintur¨®n de la biblia que delimita el Sur m¨¢s sur de Estados Unidos. Tierra de cristianismo evang¨¦lico severo, de tradici¨®n y barbacoas. El Deep South.
All¨ª, en el distrito telef¨®nico 901 y en un ¨¢rea metropolitana que no est¨¢ entre las cuarenta m¨¢s pobladas del pa¨ªs, el n¨²mero 33 de Memphis Grizzlies pasar¨¢ a ser, tras el partido de hoy contra los Sixers (02:00, hora espa?ola), solo de Marc Gasol, elevado al cielo del FedFex Forum en el que jug¨® m¨¢s de una d¨¦cada (2008-19). El gran oso, Big Spain, espol¨®n y ancla de un equipo inolvidable, uno de esos que no tuvo que ganar anillos para ser especial: los Grizzlies del grit and grind. Defensa asfixiante, posesiones largas, tempo ag¨®nico, baloncesto ultra f¨ªsico y de golpes en las zonas. De old school entonces, la pasada d¨¦cada, antediluviano ahora.
Un equipo del que Memphis se enamor¨® porque lo hizo profundamente suyo. Que ya tiene retirados el 9 de Tony Allen y el 50 de Zach Randolph. Despu¨¦s del 33, faltar¨¢ el 11 de Mike Conley, que sigue en activo (juega ahora en los Timberwolves). El Core 4. Cuatro n¨²meros (9-50-33-11), cuatro camisetas de ese inconfundible Beale Street blue para siempre en el techo del pabell¨®n de un equipo, desde entonces, henchido de orgullo.
Marc, Memphis y la estirpe de los Gasol
Marc (39 a?os), alma de artista en una presencia f¨ªsica monta?osa, un defensor de golpes pero sobre todo de cerebro y un p¨ªvot con ADN de pasador, se convirti¨® en parte de Memphis, uno m¨¢s en la ciudad. Lleg¨® de cr¨ªo con su hermano Pau y jug¨® all¨ª al baloncesto en los a?os de instituto. Y Cuando salt¨® en 2008 a la NBA, despu¨¦s de Barcelona y Girona, lo hizo de regreso en Tennessee. Porque no pod¨ªa ser de otra manera y, el gui?o del destino, porque los Grizzlies hab¨ªan traspasado a Pau a los Lakers y en la operaci¨®n iban, como parte de un lote que entonces parec¨ªa p¨ªrrico a cambio del enorme valor del hermano mayor, los derechos de Marc.
Durante la siguiente d¨¦cada y pico, Marc fue tres veces all-star, Defensor del A?o y uno de los grandes p¨ªvots de su generaci¨®n. Los Grizzlies jugaron playoffs siete a?os seguidos, llegaron tres temporadas consecutivas a 50 victorias y alcanzaron una final del Oeste con su baloncesto de moratones, sudor y esp¨ªritu. Actitud blue collar, de la tierra y las f¨¢bricas. Gente de Memphis, santo y se?a de una franquicia que hasta entonces no hab¨ªa tenido una identidad reconocible, siempre a la espalda de los Tigers, el orgullo universitario de la ciudad.
Un pedazo enorme de ese coraz¨®n del grit and grind, Marc no se fue hasta 2019, cuando ese proyecto hab¨ªa exprimido todas sus vidas y su salida era lo mejor para todas las partes. Meses despu¨¦s, fue campe¨®n de la NBA en Toronto. Hasta entonces no hab¨ªa querido irse, no tuvo que sortear ninguna pol¨¦mica y firm¨® dos extensiones de contrato que le dieron m¨¢s de 150 millones de d¨®lares. Mientras, cultiv¨® una personalidad que se fundi¨® con Tennessee, ayud¨® en el hospital infantil St Jude y en todos los sitios donde hizo falta, hizo una amistad eterna con Conley y Randolph y no solo fue uno de los mejores p¨ªvots de su tiempo: fue uno de Memphis, forastero pero de la ciudad. Un memphian, el orgullo que hoy va impreso en ese n¨²mero 33 que nadie m¨¢s llevar¨¢ en los Grizzlies.
L¨ªder en minutos, rebotes y tapones, segundo en puntos y partidos (en los dos casos por detr¨¢s de Conley, su camarada) de la franquicia, Marc promedi¨® en Memphis (891 partidos de fase regular y 99 de playoffs) 15,2 puntos, 7,7 rebotes, 3,4 asistencias y 1,5 tapones. No fue campe¨®n all¨ª, pero no hizo falta. Porque las mejores historias, a veces, son las imperfectas, las que valoran cada paso del camino m¨¢s que la meta. Del traslado de chaval a Germantown, de los partidos en el Lausanne Collegiate a las batallas del FedEx Forum contra los Spurs de Tim Duncan y los Thunder de Kevin Durant. Poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s de que los Lakers retiraran el 16 de Pau, hoy es el turno del 33 de Marc en los Grizzlies, donde tom¨® el relevo de su hermano, amplific¨® su legado y escribi¨® un cap¨ªtulo maravilloso en la historia del deporte espa?ol. All¨ª, en el Sur y al ritmo de Chuck Berry: ¡°Back home in Memphis, no moaning and groaning, I know everything will be all right in the morning¡±¡
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