Los Bucks, la URSS y una batalla en medio de la Guerra Fr¨ªa: ¡°El orgullo de Estados Unidos est¨¢ en juego¡±
En 1987, la URSS visit¨® Milwaukee para jugar contra los Bucks. Los ¨²ltimos a?os de la Guerra Fr¨ªa marcaron un duelo de mucha expectaci¨®n que cay¨® de parte de la NBA.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica estaba en plena etapa de cambios en 1987. Fue el momento en el que Mija¨ªl Gorbachov, elegido secretario general del Comit¨¦ Central del Partido Comunista en 1985, hab¨ªa puesto en marcha la perestroika dos a?os despu¨¦s de hacer lo mismo con el gl¨¢snost, que puso en marcha apenas un mes despu¨¦s de ser elegido en su puesto. Ambas medidas ten¨ªan un objetivo com¨²n: la liberalizaci¨®n econ¨®mica, el aperturismo y el fin de la URSS tal y como se conoc¨ªa hasta entonces, yendo de camino hacia una democracia entendida as¨ª en Occidente y proclive a desestructurar todo lo construido desde que, en 1948 hab¨ªa empezado una Guerra Fr¨ªa en la que Estados Unidos hab¨ªa ganado terreno, OTAN mediante, con el paso del tiempo. La influencia sovi¨¦tica cada vez era menor, debido a la p¨¦rdida paulatina de las alianzas que primeramente se forjaron con China y la negativa de la Yugoslavia de Tito de formar un frente com¨²n comunista. Y el fin de la contienda, muchos a?os despu¨¦s de su inicio, estaba m¨¢s cerca que nunca.
Ese contexto sociopol¨ªtico tambi¨¦n afect¨® al deporte, concretamente (a pesar de no ser el ¨²nico) al baloncesto. En octubre de 1987, la problem¨¢tica din¨¢mica que hab¨ªa definido durante casi 40 a?os las relaciones entre EEUU y la URSS, fomentadas por las ganas de heredar el planeta que qued¨® parcialmente desolado tras la Segunda Guerra Mundial, hab¨ªa empezado a tranquilizarse. Eso s¨ª, las heridas todav¨ªa no estaban cerradas y la competitividad entre ambos pa¨ªses se traslad¨® al pa¨ªs norteamericano, con el estado de Wisconsin de protagonista. La NBA potenci¨® el Campeonato McDonald?s, una iniciativa del comisionado David Stern para potenciar ese ansiado aperturismo que sigui¨® evolucionando en las d¨¦cadas siguientes. No as¨ª el torneo, que el mandam¨¢s asegur¨® que se disputar¨ªa ocho veces m¨¢s entre 1987 y 1999, algo que finalmente se cumpli¨®, aunque nunca m¨¢s con la participaci¨®n de un equipo ruso. Pero esa edici¨®n, la primera, fue hist¨®rica en muchos aspectos y un aut¨¦ntico hecho solucionado sin altercados, problemas y, adem¨¢s, con un doble triunfo para la NBA, el de la organizaci¨®n y el de la victoria.
Los invitados fueron los Bucks, el Tracer Milano (actual Olimpia Milano) y la selecci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Un a?o despu¨¦s, los Hawks ser¨ªan el primer equipo de la NBA en enfrentarse oficialmente con los sovi¨¦ticos (en tierras rusas y como parte del plan expansi¨®n de Stern y la mejora de las relaciones de Gorbachov con Estados Unidos), pero siempre se ha considerado el de 1987 como el duelo original. El equipo de Milwaukee no contar¨ªa entre sus filas con Sidney Moncrief, extraordinario base que compart¨ªa generaci¨®n con Magic Johnson y que lider¨® a los Bucks a participar en playoffs en 8 ocasiones consecutivas, que llegaron a ser 12, primero con Don Nelson en el banquillo y en ese momento con Del Harris. Tampoco Avrydas Sabonis ser¨ªa parte de los sovi¨¦ticos, con una Lituania que entonces pertenec¨ªa al bloque oriental. Bajas bastante importantes que no ensombrecieron lo que estaba por venir. Bob Sakamoto, columnista de Chicago Tribune, dijo que en ese encuentro: ¡°El orgullo de Estados Unidos y de la Asociaci¨®n Nacional de Baloncesto¡± estaban ¡°en juego¡±.
M¨¢xima expectaci¨®n
Sakamoto no fue el ¨²nico que habl¨® de un partido del que, en realidad, todo el mundo hablaba. Jack McCallum, de Sports Illustrated, tambi¨¦n escribi¨® de la importancia del evento: ¡°Desde el momento en que bajaron del avi¨®n en Milwaukee, la noche del 21 de octubre, despu¨¦s de un vuelo de 8 horas seguido de un retraso de 26 horas por niebla en el Aeropuerto Internacional de Mosc¨², los jugadores sovi¨¦ticos fueron el centro de atenci¨®n. La competencia internacional y la cobertura noticiosa cada vez m¨¢s abierta a todo lo sovi¨¦tico los han desmitificado un poco, pero un aire de lo desconocido todav¨ªa flota alrededor de cualquier equipo de la URSS¡±, rezaba. Terry Cummings, jugador de esos Bucks, aument¨® los decibelios en declaraciones con tintes nacionalistas, los mismos que ten¨ªa el choque: ¡°Este es el mejor momento para creer en aquello por lo que se vive en este pa¨ªs. Representamos a la NBA y a nuestro pa¨ªs, pero tambi¨¦n representamos a m¨¢s: a nuestros amigos y familias¡±, aseguraba en declaraciones recogidas, como la mayor¨ªa de las que aparecen en este art¨ªculo, por el portal Fansided.
En el ambiente flotaba el recuerdo de la final de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1972, una de las m¨¢s cruentas y pol¨¦micas de la historia, que encumbr¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica de forma muy controvertida y en pleno apogeo de la Guerra Fr¨ªa. Sin embargo, no hubo altercados en la visita de los sovi¨¦ticos a Wisconsin. Fueron a los almacenes Kohl¡¯s, propiedad de Herb Kohl, el due?o de la franquicia. Hicieron la ruta que habr¨ªa hecho cualquier turista de la zona, empap¨¢ndose de la cultura estadounidense. Y por la noche fueron al cine a ver Atracci¨®n Fatal, de Michael Douglas y Glenn Close, un petardazo f¨ªlmico por aquel entonces. No ocurri¨® nada desagradable en la visita y no hubo faltas de respeto, ni por el equipo visitante ni por los aficionados locales. Lo que s¨ª hab¨ªa eran unas ganas tremendas de baloncesto. Y de victoria de los Bucks, claro, un equipo que fue divertido en los 80 y un fijo en la fase final, adem¨¢s de contar con el atractivo de tener batallas fant¨¢sticas contra los Celtics de Larry Bird, unos Sixers en decadencia o los Bad Boys de Detroit, en plena efervescencia.
La victoria de los Bucks
Tanto el equipo de Del Harris como la URSS hicieron correctamente los deberes. Ambos ganaron al Olimpia Milano (123-111 los Bucks y 135-108 los sovi¨¦ticos), lo que permitir¨ªa una gran final entre los dos grandes favoritos, sin desmerecer a un Mil¨¢n que se har¨ªa con la victoria en la Euroliga por segundo a?o consecutivo en 1988. Mike D¡¯Antoni, hoy entrenador sin equipo y entonces parte de la plantilla del Mil¨¢n, se posicion¨® a favor de los Bucks en las apuestas: ¡°S¨®lo necesitan salir y jugar como lo hicieron contra nosotros en el primer cuarto el viernes¡±, dijo antes del choque, que se celebrar¨ªa el domingo. ¡°No creo que quieran perder contra Rusia en la televisi¨®n nacional. Yo tambi¨¦n soy estadounidense. Espero que les den una lecci¨®n. Espero que les den una buena paliza¡±, a?adi¨®. Mientras tanto, la URSS celebr¨® la victoria ante los italianos viendo el sexto partido de la Serie Mundial y yendo a comprar m¨²sica, algo que demostr¨® el inter¨¦s genuino que los sovi¨¦ticos ten¨ªan por la cultura estadounidense. Un plan que se tornaba casi perfecto a expensas del resultado final.
La victoria fue para los Bucks, que vencieron 127-100. La afici¨®n de Milwaukee mostr¨® total respeto por los rivales, incluido en el himno, adem¨¢s de disfrutar de la victoria de su equipo, fraguada en las 24 p¨¦rdidas de los sovi¨¦ticos, 17 en la primera mitad. Y del 1 de 21 en triples que lanzaron de forma combinada en los tres primeros periodos. Sarunas Marciulionis, uno de los m¨ªticos de esa selecci¨®n, atribuy¨® dichos errores a los nervios sufridos. En los Bucks, Jerry Reynolds se fue a 24 puntos y 7 asistencias, Jack Sikma y Paul Pressey destacaron positivamente y Terry Cummings fue nombrado MVP del torneo. Consolidado como un ¨¦xito, cada uno puso rumbo a lo suyo poco despu¨¦s: los Bucks quedaron en quinta posici¨®n de la Conferencia Este (cayeron en primera ronda ante los Hawks por 3-2) en la primera temporada de Del Harris; y en los a?os siguientes no lograron alcanzar el nivel que s¨ª tuvieron con Don Nelson. La URSS, por su parte, reedit¨® el oro de 1972 en los Juegos de 1988, lo que potenci¨® que la NBA llegara a un acuerdo para que los jugadores profesionales disputaran los torneos FIBA, el germen del famoso Dream Team de 1992.
Ese torneo fue el ¨²ltimo que la Uni¨®n Sovi¨¦tica disput¨® como tal, previo a la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn el 9 de noviembre de 1989, lo que propici¨® el fin de la Guerra Fr¨ªa y la unificaci¨®n de Alemania. El 25 de diciembre de 1991 desapareci¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica tal y como se conoc¨ªa, dando lugar a un proceso que no concluy¨® hasta varios a?os despu¨¦s, con varios pa¨ªses establecidos bajo su propio nombre. De forma casi simult¨¢nea y s¨®lo unos meses despu¨¦s ocurri¨® lo mismo en Yugoslavia, donde se formaron varias rep¨²blicas separadas. Todo esto afect¨® al baloncesto europeo, con varios pa¨ªses en la actualidad que proced¨ªan tanto de la URSS como de la antigua Yugoslavia y que tienen sus propias selecciones, que han demostrado ser competitivas a lo largo de los a?os (Bosnia, Serbia, Montenegro, Lituania, Rusia...). El contexto baloncest¨ªstico de hoy es heredero de la situaci¨®n sociopol¨ªtica de entonces, demostrada en ese torneo que tuvo lugar en Milwaukee y que enfrent¨® por primera vez a una franquicia NBA contra la selecci¨®n de la URSS. Un hecho ins¨®lito e hist¨®rico de una repercusi¨®n medi¨¢tica enorme. No pod¨ªa ser de otra manera.
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