Kyrie y Durant: cr¨®nica de una calamidad
El paso de ambas estrellas por Brooklyn acaba de forma nefasta tras tres temporadas y media de desprop¨®sitos y pol¨¦mica. Los Nets miran al futuro tras el fiasco.


Lo que pudo ser y no fue es, tambi¨¦n, lo que no pod¨ªa ser y, efectivamente, no ha sido. Es una de las muchas formas, casi todas negativas, con las que podemos definir el paso de Kyrie Irving y Kevin Durant por los Nets. Dos jugadores tan talentosos como impredecibles que han acabado esclavizando la franquicia de Brooklyn hasta el hartazgo, el de la propia entidad y la del resto de aficionados. Una sola ronda de playoffs superada en tres temporadas y media, 1.314 d¨ªas de aventura calamitosa, bochornosa y, al final, desastrosa. Ambos jugadores salen por la puerta de atr¨¢s, cada uno a un sitio distinto, para poner punto y final a meses, a?os de desprop¨®sitos. Un proyecto que crearon, moldearon y destruyeron ellos sin que nada ni nadie les pudiera frenar, en un alarde de egolatr¨ªa y narcisismo que se ha traducido en episodios tanto extra?os como pol¨¦micos y que ha tenido como resultado en pista un baloncesto pobre, con ef¨ªmeros destellos de talento y ninguna oportunidad de hacerse con ese anillo que iban y ni siquiera estuvieron cerca de conquistar.
En tres temporadas y media, Kyrie y Durant han disputado 74 partidos juntos (47-27 de r¨¦cord) de 270 posibles (todos de regular season y sin contar los 9 enfrentamientos de la burbuja de Orlando, a los que ni siquiera acudieron), 16 junto a un James Harden cuyo paso por Brooklyn fue tan poco fruct¨ªfero como fugaz. Ese 13-3 de r¨¦cord (5-1 en playoffs) junto a la Barba fue el ¨²nico y si que nos podemos llevar, aunque la explicaci¨®n m¨¢s sencilla muchas veces es la mejor: entre idas y venidas, los problemas f¨ªsicos y las desapariciones sin explicaci¨®n, Kyrie y Durant simplemente no han tenido continuidad en pista. En este tramo de tiempo, el base se ha perdido 153 partidos y Durant, 151. Una losa muy grande para un equipo que se la jug¨® todo a una carta y entreg¨®, para hacerse en un traspaso a tres (con Pacers y Rockets) con un Harden que posteriormente perdieron, a Jarrett Allen, Caris LeVert, Taurean Prince y una segunda ronda, hipotecando as¨ª el futuro de una entidad que en 2013 hizo lo mismo en el megatraspaso en el que se hicieron con Kevin Garnett y Paul Pierce y que arrastr¨® ese desm¨¢n auspiciado por el magnate Mija¨ªl Pr¨®jorov hasta que Kenny Atkinson empez¨® a crear una cultura de la nada y brotes verdes en un aut¨¦ntico secarral.
Fue el entrenador que Durant y Kyrie expulsaron entre bambalinas (ning¨²n partido de uno y s¨®lo 20 del otro en su primera temporada en Brooklyn) en 2020 antes de contratar a Steve Nash y decir eso de que el equipo lo iban a entrenar ¡°entre todos¡±. Y eso fue Nash, una mera marioneta que obedec¨ªa las ¨®rdenes de un s¨¦quito que tuvo siempre la voz cantante y que s¨®lo fue capaz de mantener las formas y la paz con la sombra de Mike D¡¯Antoni de apoyo al novato entrenador, que se dedic¨® exclusivamente a dar una cantidad ingente de minutos a sus estrellas, hacer lo que pod¨ªa con los veteranos (LaMarcus Aldrige, Blake Griffin...) y rezar para que las cosas se resolvieran solas.
?A unos cent¨ªmetros de la gloria?
La narrativa siempre tiene cabida en una NBA que vive de ella, del discurso inherente a una competici¨®n que ha hecho del debate constante una forma de ganarse la vida como cualquier otra. El qu¨¦ podr¨ªa haber pasado suele generar un nivel de discusiones m¨¢s alto que lo que realmente ha pasado, y hablar de situaciones que jam¨¢s se dieron son argumentaciones constantes para poner el punto y final a hechos que nunca lo han sido. Sin embargo, esta forma de tergiversar la realidad nunca ha tenido tanto m¨¦rito como en las semifinales de la Conferencia Este del 2021: 4-3 para los Bucks con el s¨¦ptimo asalto resuelto en Nueva York, con Durant acompa?ado de un Harden tocado y sin Kyrie, lesionado tras el tercer asalto y cuando las cosas iban en la direcci¨®n correcta: 2-1 arriba para los Nets tras conquistar los dos primeros partidos como locales y tras arrollar a los Celtics (4-1) en primera ronda. Ah¨ª cay¨® Kyrie, cuando Harden ya se hab¨ªa lesionado. El escolta volvi¨® tarde y tocado, pero el base ya no lo hizo. El r¨¦cord con los tres sanos en playoffs fue de 5-1. Fue la oportunidad perdida. El ¨²nico momento en el que los Nets se han asemejado, de forma objetiva, a un candidato al t¨ªtulo.
Ese s¨¦ptimo partido fue el de la ¨¦pica, el de la lucha tit¨¢nica, el de la oportunidad perdida. Fue el a?o en el que los Nets, con el proyecto de Kyrie y Durant, conquistaron una ronda de playoffs. Pero remaron para morir en la orilla: el tremendo esfuerzo de Durant, que jug¨® 53 minutos (hubo pr¨®rroga) en un partido en el que Nash solo introdujo en la rotaci¨®n a 8 jugadores (contando un ¨²nico segundo de Nic Claxton), y se fue a 48 puntos (17 de 36 en tiros de campo) con 9 rebotes y 6 asistencias. Giannis Antetokounmpo (40+13+5) prevaleci¨®, Mike Budenholzer mantuvo un puesto de trabajo que todav¨ªa ocupa y esos cent¨ªmetros que Durant no pudo solventar no pusieron fin al partido: 109-109, con la estrella pisando la l¨ªnea de tres; 111-115 al final, en el tiempo extra, y con el jugador exhausto. Ah¨ª estuvo el anillo perdido de los Nets, con unas finales del Este en las que esperaban unos triunfadores inopinados como los Hawks y unas Finales de NBA en la que los Suns sucumbieron al poder de Milwaukee, que no al de la parafernalia de Brooklyn. Que se qued¨® por el camino.
El pasado, el futuro
Fue la ¨²nica ocasi¨®n en la que los Nets so?aron con algo m¨¢s grande que su propia autodestrucci¨®n. El esc¨¢ndalo de Kyrie emergi¨® poco despu¨¦s: primero, con desapariciones que Nash no pod¨ªa explicar en medio de la pandemia del coronavirus y apareciendo en el cumplea?os de su hermana, luego con un rechazo a la propia vacuna que desmadej¨® a la franquicia y desesper¨® a su due?o, Joseph Tsai, adem¨¢s de hartar a un James Harden que pidi¨® el traspaso y se alej¨® de la locura para abrazar a su directivo ideal, Daryl Morey. Despu¨¦s, con una nefasta serie ante los Celtics, que se vengaron del hombre que por poco acaba con su proyecto con un rotundo 4-0. Y, m¨¢s recientemente, con la recomendaci¨®n de un documental basado en un libro antisemita que ha dejado ya muy atr¨¢s la gracia del terraplanismo y ha convertido al base en el enemigo p¨²blico n¨²mero 1. Todo esto, con Durant poni¨¦ndose de perfil y ambas estrellas intentando forzar su salida, que ha llegado ahora, de forma frustrada en un verano que tuvo de todo, pero nada bueno.
Kyrie, que se fue en su d¨ªa de los Cavs para escapar de la alargad¨ªsima sombra de LeBron, quer¨ªa recalar en los Lakers y reunirse con el Rey para ser todav¨ªa una mayor contradicci¨®n. Y Tsai, en un ejercicio de orgullo, ha impedido dicha variante y se ha deshecho de dos estrellas que han secuestrado la franquicia y la han dejado a merced de dos hombres que no hicieron nada a la hora de mantener al entrenador que ellos mismos eligieron (Steve Nash) y se han mostrado ligeramente m¨¢s c¨®modos bajo la atenta supervisi¨®n y fuerte personalidad de Jacque Vaughn. Ah¨ª han sumado un buen r¨¦cord y empezaban a asemejarse a un buen equipo de baloncesto... hasta que una nueva petici¨®n de traspaso lo precipit¨® todo. El bot¨ªn es m¨¢s que suculuento: por Durant han llegado Mikal Bridges, Cam Johnson, Jae Crowder, cuatro primeras rondas sin protecci¨®n (2023, 2025, 2027 y 2029) y el derecho a intercambio, si quieren los Nets, de la primera ronda de 2028. Por Kyrie (junto a Markieff Morris), Dorian Finney-Smith, Spencer Dinwiddie, una primera ronda de 2029 y dos segundas rondas (de 2027 y 2029).
Los Nets se quedan ahora con un equipo joven y prometedor, con un solo producto t¨®xico (Ben Simmons y su compromiso millonario hasta 2025: 35, 37 y 40 millones esta y las dos siguientes temporadas), pero muchos contratos intermedios y material traspasable, adem¨¢s de rondas del draft para hacer traspasos. Se llevan un bot¨ªn enorme y siguen aspirando a jugar playoffs (33-22, quinto de la Conferencia Este) y se quedan sin estrellas, pero con un desarrollo enorme en lo referente a jugadores como Finney-Smith, Bridges o Cam Johnson. Pueden moverse con comodidad, esperar a ir a por una gran estrella en el futuro o bien dejar que todo siga su curso y ver qu¨¦ resultados aparecen. Para el camino mantienen a Royce O¡¯Neale, Nic Claxton, Joe Harris... alg¨²n veterano atractivo y mucho joven prometedor. Pero, por encima de todo, los Nets se han librado de dos hombres que se han dedicado casi exclusivamente a montar esc¨¢ndalos, copar portadas por motivos ajenos al baloncesto, y que han secuestrado a todo y a todos los que les rodeaban. Ahora, ser¨¢n Mavs y Suns los que se encarguen de gestionar esos temas. Y los Nets podr¨¢n pensar en el futuro mientras se centran en disfrutar de un buen descanso. Y muy merecido.