NBA | IN-SEASON 2023 | BUCKS-PACERS
Haliburton y el examen m¨¢s dif¨ªcil de Giannis
Los Pacers de la diversi¨®n amenazan a los Bucks en un momento complicado. Tienen mucho que perder y necesitan la victoria para despejar muchas dudas.
El In-Season llega a su fase final. Se traslada, tras semanas de competici¨®n, a Las Vegas, para que el complejo T-Mobile sirva de pista neutral en una especie de Final Four de la Euroliga (o de March Madness), pero en el contexto de la NBA. Algo in¨¦dito para la mejor Liga del mundo, que adopta esta especie de Copa por empe?o personal de Adam Silver. El tedio que a veces supone la temporada regular ha sido sustituido por partidos que, los martes y los viernes de cada semana, han contado tanto para el r¨¦cord general como para el nuevo formato. Al final, ocho clasificados disputaron los cuartos de final, con el equipo con mejor r¨¦cord jugando dicha eliminatoria de local. Y, despu¨¦s de eso, llega lo bueno: el traslado a una ciudad que por fin ver¨¢ NBA, un deseo expreso tambi¨¦n del comisionado, que permite as¨ª un aperturismo mayor en un mercado enorme.
Y con una iniciativa que est¨¢ saliendo perfectamente: el win or go home da una tensi¨®n a?adida a los partidos, la seriedad es brutal y las franquicias han demostrado que les importa. Tambi¨¦n, al final, a las estrellas: Kevin Durant, que se posicion¨® en contra, ahora ha hablado a favor, todo a pesar de que los Suns hayan perdido contra los Lakers (106-103). Eso ha sido en la parte de la Conferencia Oeste, ya que habr¨¢ un finalista de cada lado. Los dos equipos que quedan vivos en el Este son Indiana Pacers y Milwaukee Bucks. Un duelo de altura en el que veremos al primer clasificado para el partido por el t¨ªtulo de la historia del torneo (el encuentro empieza hoy a las 23:00). Algo que no deja de ser importante en un enfrentamiento de contrastes. Con unos Pacers sin nada que perder y unos Bucks a los que una hipot¨¦tica derrota les har¨ªa m¨¢s da?o que a cualquier otro.
No es un momento del todo sencillo para la franquicia de Wisconsin. Y eso que el r¨¦cord no es malo (15-6) y la clasificaci¨®n tampoco (segundos del Este, con posibilidad de colocarse primeros si ganan). Pero las sensaciones han dejado mucho que desear en este inicio de temporada y no parece que eso se haya enderezado. El fichaje de Damian Lillard, un movimiento en el que sali¨® del equipo Jrue Holiday, gener¨® cierta confusi¨®n. Y la capacidad de cuadrar al base con Giannis Antetokounmpo se ha visto comprometida: el tiempo de bal¨®n y el protagonismo que ambos necesitan ha aislado al resto, muy poco involucrados en el sistema. Y a eso se une que Khris Middleton es una sombra de lo que fue en su d¨ªa y que todav¨ªa no sabemos qu¨¦ tipo de entrenador es Adrian Griffin. Ni en cu¨¢l quiere convertirse.
Las victorias han ca¨ªdo del lado de los Bucks por talento individual, porque con la producci¨®n de Giannis (30,2+10,5+5,2, por encima del 60% en tiros de campo) y de Lillard (25,6+4,5+6,9) se sacan muchos partidos, como suele ser habitual cuando se tienen estrellas de semejante calibre. Y no se necesita brillar colectivamente para ello: Brook Lopez ha salido de su zona de influencia habitual, en ataque por tener menos bal¨®n y en defensa por intentar cubrir huecos que con Jrue no hab¨ªa. Malik Beasley y Bobby Portis producen hasta su l¨ªmite y son lo que son. Mientras que Middleton est¨¢ muy resentido en el lanzamiento y le es muy dif¨ªcil ser un seguro en defensa, un lado de la pista en el que los Bucks se han ca¨ªdo totalmente: son el s¨¦ptimo equipo que m¨¢s puntos recibe de la competici¨®n y tienen, hasta ahora, el peor rating defensivo de su historia. Casi nada.
La pregunta es si esto les ha valido para algo. Al fin y al cabo, la llegada de Griffin y el fichaje de Lillard respond¨ªan a los deseos de Giannis, que mir¨® para otro lado cuando Mike Budenholzer fue despedido tras la eliminaci¨®n ante los Heat (4-1) y exigi¨® una estrella a cambio de renovar un contrato que finalizaba esta temporada. El objetivo se cumpli¨® a cambio de muchos millones y todo volvi¨® a su cauce, pero la imposibilidad de tener una regularidad en el juego y ser el martillo pil¨®n que han sido en temporadas pasadas preocupa en el seno de la entidad. La clasificaci¨®n para el In-Season fue una bendici¨®n y la victoria ante los Knicks en cuartos (146-122) les lleva a Las Vegas. Ahora bien, la derrota de los Celtics les enfrenta a los Pacers, un duelo en teor¨ªa m¨¢s sencillo pero envenenado, ya que les obliga a ganar. Caer para los de Indiana no supondr¨ªa nada, mientras que para Giannis y compa?¨ªa ser¨ªa un duro golpe, como lo ha sido para unos Celtics que dan la sensaci¨®n de que siempre les pasa lo mismo en los momentos de la verdad. No es lo mismo para unos que para otros. Pasa con todo.
Haliburton, toda una estrella
Los Pacers se presentan en Las Vegas promediando m¨¢s de 128 puntos por partido, l¨ªderes de la NBA, y con las ideas de juego muy claras. Siempre al ataque, siempre a la carrera, con el mejor porcentaje en tiros de campo de la competici¨®n (por encima del 50%), el tercero en triples y el m¨¢s alto en tiros de dos. Adem¨¢s de dar m¨¢s asistencias que nadie y ser los cuartos que menos balones pierden, algo que demuestra un movimiento de bal¨®n inmaculado y pocos errores. Y corriendo m¨¢s que nadie, con el pace (ritmo de juego) disparado, liderando tambi¨¦n la Liga en esa estad¨ªstica. Son un agujero en defensa, pero una delicia en ataque, algo que ha potenciado Rick Carlisle, un entrenador que lleva m¨¢s de 20 a?os en los banquillos y que se crio en otra ¨¦poca, pero que ha demostrado saber adaptarse a lo que tiene, dejando atr¨¢s a equipos con los que defendi¨® muy bien en su d¨ªa y comprendiendo c¨®mo hab¨ªa que jugar con esta plantilla.
El epicentro del sistema de los Pacers es, ya se sabe, Tyrese Haliburton. Carlisle le ha dado el bal¨®n y el base se ha puesto a repartir y a anotar a partes iguales. Promedia 26,9 tantos y 11,9 asistencias, l¨ªder de la NBA en dicho apartado estad¨ªstico. Y perdiendo tan solo 2,4 balones. Cuando no lo hace, es muy dif¨ªcil parar a los de Indiana, cuyo movimiento de bal¨®n es enorm¨¦rrimo, impredecible, carism¨¢tico e imparable sin errores. Y todos anotan: hasta 8 jugadores est¨¢n por encima de los 10 puntos y Haliburton se gusta jugando a la perfecci¨®n, lanzando por encima del 50% en tiros de campo y con casi el 45% en triples, algo asombroso para su mec¨¢nica de tiro, su rango y los casi 9 que tira por noche. Todo ello en algo m¨¢s de 34 minutos por partido. Un jugador sensacional que repetir¨¢ el All Star que ya consigui¨® el curso pasado y que est¨¢ llamado a hacer grandes cosas.
El formato del In-Season puede beneficiar a los Pacers, uno de esos equipos que no optan al anillo y sufrir¨ªan en una serie a 7 partidos pero que se gestiona muy bien a estas alturas de la temporada. Su alt¨ªsimo ritmo de juego acaba asfixiando a sus rivales y su espectacular estilo recuerda al de los Suns del Seven Seconds or Less de Steve Nash. O, incluso, a ese Showtime ideado por Pat Riley y ejecutado por Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar. Un m¨ªnimo de relajamiento puede cambiar las tornas y finiquitar un partido en un s¨®lo parcial (37-23 ante los Celtics el otro d¨ªa en el tercer cuarto). Y cuando vuelan y te atrapan en su ritmo de velocidad, penalizan mucho las p¨¦rdidas que se puedan cometer a su favor y el hecho de no poder hacer nada para templar las rapid¨ªsimas piernas de un equipo que, adem¨¢s, es muy joven: 25,3 a?os, el octavo m¨¢s precoz de la NBA.
Los Bucks, que son los segundos m¨¢s veteranos tras los Lakers, han sido tradicionalmente un equipo f¨ªsico y din¨¢mico, capaz de aguantar los 82 partidos de la temporada regular y luego los playoffs. Pero la plantilla ha ido cambiando, los que quedan del anillo de 2021 tienen ya dos a?os m¨¢s de partidos a sus espaldas. El entrenador ha cambiado y la defensa se ha ca¨ªdo, algo que puede ser diferencial ante los Pacers. Y, sobre todo, la sinton¨ªa que hab¨ªa hasta ahora parece haber deca¨ªdo. Esa palabra, qu¨ªmica, que parece muy manida pero permite llevar bien la convivencia en los largos viajes y los hoteles por doquier, est¨¢ ahora en entredicho en el caso de los Bucks. La llegada de Lillard ha provocado que el resto reciba menos balones. Y eso, algo tan simple y a la vez tan profundo, es algo que puede ser el germen de cosas mucho peores.
El duelo promete. A ver c¨®mo se encargan los Pacers de frenar m¨ªnimamente el poder¨ªo de Giannis y su manera de castigar la zona. Veremos tambi¨¦n cu¨¢nto sufre Lillard ante Haliburton, muy castigado el otro d¨ªa por los Celtics en la primera mitad pero con la capacidad de reaccionar en la segunda. Carlisle tambi¨¦n tendr¨¢ algo que decir ante el novato Adrian Griffin, que ya tuvo un encontronazo con Giannis durante un encuentro en el Garden a pesar de que su llegada coincidi¨® con el benepl¨¢cito del griego, una escena que signific¨® una muy mala imagen de cara al exterior. Y, al final, s¨®lo quedar¨¢ uno. El tema es que los Pacers juegan con el descaro de su juventud y el poder de no tener nada que perder. Y los Bucks, que saben que una victoria en el torneo podr¨ªa enderezar su temporada, con la presi¨®n de la obligaci¨®n y la necesidad de justificar tanto cambio veraniego que, de momento, no ha sido fruct¨ªfero. Unos que llegan y otros que quieren volver. Una batalla llena de contrastes. Se vienen cositas.
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