Con un equipo que ha estado cerca de ser el m¨¢s caro de siempre, y movido por una ambici¨®n monumental, los Suns ni siquiera jugar¨¢n el play in.

El mayor fracaso de la historia

?Pero, c¨®mo ha podido pasar? Phoenix Suns ha perdido ocho partidos seguidos y se ha despe?ado, definitivamente. Ha ca¨ªdo fuera de la zona de play in y no estar¨¢ ni en la repesca. El desastre, desde luego, es escandaloso. Uno de los mayores de la historia de la NBA. Tal vez, al menos por n¨²meros e inversi¨®n, el mayor.
Despu¨¦s de meses en los que parec¨ªa obvio que iba a pasar, ha pasado: Dallas Mavericks ha cometido lo que b¨¢sicamente ha sido un acto de suicidio deportivo y social; Traspas¨® a Luka Doncic en su particular d¨ªa de los difuntos (2 de febrero de 2025), se equivoc¨® despu¨¦s tambi¨¦n en las decisiones menores, como el traspaso de Quentin Grimes, y sufri¨®, para colmo y en una cuesti¨®n pr¨¢cticamente k¨¢rmica, una plaga b¨ªblica de lesiones. Sacramento Kings ha pasado en dos a?os de sensaci¨®n fresca del Oeste y alternativa en ascenso a proyecto que no tiene respuestas para casi ninguna pregunta. Ha perdido a De¡¯Aaron Fox, su jugador franquicia, y no sabe si va o viene. Lo que, en deporte, significa que viene.
Pero tanto Kings como Mavs (ay, los Mavs) van a terminar la regular season en play in, por delante de los Suns. Todos los equipos que van a finalizar por detr¨¢s de los de Arizona (35-45 ahora) est¨¢n, de hecho, metidos en el tanking hasta el cuello. Desde octubre (Wizards, Jazz, Hornets) o desde que sus temporadas se fueron por el desag¨¹e por unas cosas u otras (Pelicans, Sixers, Spurs). Los Suns acabar¨¢n, seguramente, como uno de los diez perores equipos de la temporada 2024-25. Y el peor de los que quer¨ªan ganar. En su caso, de hecho, m¨¢s una necesidad que un simple deseo. Un ahora o nunca que ha sido un resonante, estruendoso nunca. Tan dram¨¢tico que ha trascendido ya al rango de caso de estudio, moraleja del cuento: ten cuidado, no vaya a ser que acabes como los Suns.
Parec¨ªa imposible que fuera peor
Los Suns han logrado lo que parec¨ªa, como m¨ªnimo, muy complicado: han empeorado su temporada 2023-24, un enorme chasco del que salieron con 49 victorias (49-33) y sin oler ni un triunfo (barridos, 4-0) en primera ronda de playoffs contra Minnesota Timberwolves. Van a acabar por debajo del 50% (ahora mismo no llegan ni al 44) por primera vez en un lustro, y han conseguido, era improbable, que el que apuntaba a equipo m¨¢s caro de la historia (ser¨¢ el segundo, finalmente) ni siquiera est¨¦ en la repesca. Veinte franquicias de treinta van a playoffs o play in. Solo diez se quedan sin nada. Y ah¨ª est¨¢n los Suns, con m¨¢s de 366 millones invertidos en una plantilla que iba a superar los 400 antes de los movimientos del cierre de mercado invernal.
En una temporada en la que el salary cap est¨¢ en 140,5 millones de d¨®lares, los Suns se han gastado 214,3 en salarios y vana pagar m¨¢s de 152 de multas. Solo los Warriors 2023-24 han estado por encima: m¨¢s de 382 millones entre sueldos (205,5) y un impuesto de lujo ins¨®lito (casi 177 millones, una salvajada). Aquel equipo se la peg¨® a lo bestia (118-94 contra los Kings) en el play in¡ pero, eh, al menos lleg¨® al play in. Fracas¨®, pero heredaba las cuentas y las circunstancias de una dinast¨ªa hist¨®rica que hab¨ªa alargado su reinado con un anillo improbable en 2022. Los Clippers, otro desastre muy sonoro y muy caro en los ¨²ltimos a?os, no lleg¨® en las dos ¨²ltimas temporadas con Kawhi Leonard y Paul George (342,4 y 331,4 millones) al nivel de inversi¨®n de estos Suns. A eso hay que sumar, eso no sale en esas cuentas, que se han superpuesto tres entrenadores en los libros de pagos, dos despedidos en los dos ¨²ltimos veranos (Monty Williams y Frank Vogel) y el ¨²ltimo contratado, Mike Budenholzer, que lleg¨® como gran esperanza y chico de casa (se crio en Holbrook, Arizona) pero que puede salir, tambi¨¦n, por la ventana despu¨¦s de solo un curso en un banquillo que escupe fuego.
Williams fue despedido en 2023, justo cuando iba a empezar su extensi¨®n de contrato. Vogel firm¨® entonces por cinco a?os y 31 millones, y ten¨ªa 25 pendientes de cobro cuando se decidi¨® que o bien era el culpable o bien no era la soluci¨®n, as¨ª que se contrat¨® a Budenholzer por cinco a?os y 50 millones, 10 por curso. Glups. Pero todo encaja en las maneras de Matt Ishbia, un propietario sin paciencia ni sentido del miedo. Y lo cierto es que habr¨ªa necesitado una buena dosis de lo primero y un toque justo (en m¨¢rgenes saludables) de lo segundo; Pero su estilo es acelerar con los frenos arrancados de cuajo. Un all in encima de otro, el mega ¨®rdago.
La obsesi¨®n por dejar huella
Parte de esa moraleja, si se quiere, tiene que ver con esos nuevos propietarios que siguen aterrizando en una NBA que es, ahora mismo, un negocio de primera. Con unas franquicias que cada vez se pueden exprimir m¨¢s y a las puertas de estrenar los contratos televisivos que van a volver, la segunda vez en una d¨¦cada, a revolucionarlo todo. Mat Ishbia (45 a?os), estudi¨® en Michigan State y se enamor¨® del baloncesto como miembro (suplente de los suplentes) de los Spartans que ganaron el March Madness en 2000. Con una buena red de contactos en el universo NBA y una fortuna (m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares) amasada en el sector de los pr¨¦stamos, olisque¨® su ocasi¨®n, aunque fuera lejos de su Michigan, cuando Robert Sarver tuvo que vender los Suns por una avalancha de informaciones que dibujaron una cultura profundamente t¨®xica, insostenible, en la franquicia.
Ishbia compr¨® los Suns (y la franquicia WNBA de Phoenix, las Mercury), en realidad m¨¢s de la mitad del equipo entre la parte de Sarver y algunos bocados de otros propietarios minoritarios, en una operaci¨®n ejecutada a partir de una valoraci¨®n total de 4.000 millones de d¨®lares. Por entonces, r¨¦cord en la NBA. Cuando los Nets (en un mercado como Brooklyn) pasaron a manos de Joe Tsai en 2019 lo hab¨ªan hecho sobre una valoraci¨®n de 2.350 millones. Los Suns le hab¨ªan costado a Sarver 401 millones, tambi¨¦n un r¨¦cord de su tiempo, en 2004. Ahora est¨¢n valorados ya en m¨¢s de 4.500 millones.
La operaci¨®n Ishbia se acord¨® en diciembre de 2022 y se confirm¨®, con la aprobaci¨®n de los otros 29 propietarios, el 6 de febrero de 2023. Justo a tiempo para un cierre de mercado en el que (tres d¨ªas despu¨¦s) se hizo con Kevin Durant. Fue su aqu¨ª estoy yo. Su think big. Los Suns perdieron en las semifinales del Oeste contra Denver Nuggets, que se llev¨® el t¨ªtulo, y en el verano de 2023 lleg¨® Bradley Beal. ?Think big! Esa es la advertencia sobre la nueva ola de propietarios, normalmente millonarios con un enfoque agresivo de los negocios, ganas de dejar su huella (esto siempre ha sido as¨ª) y la certeza de que tienen el toque del Rey Midas. As¨ª que tambi¨¦n, creen, convertir¨¢n todo en oro en el mundo del baloncesto. Pero hay cosas en las que, por suerte, el deporte no es como otros sectores.
El viaje de Durant a Phoenix envi¨® a Brooklyn a Mikal Bridges, Cam Johnson, cuatro primeras rondas y un intercambio de otra primera. A cambio de Beal, despu¨¦s, se deshicieron de Chris Paul y Landry Shamet, dieron el pick con el que se eligi¨® al muy interesante Bilal Coulibaly y, para colmo, cuatro intercambios de primeras rondas y seis segundas. Los Wizards ya estaban cerrando proyecto, pero los Suns no bajaron revoluciones y ni siquiera negociaron demasiado para acabar llev¨¢ndose el que ahora mismo es, seguramente, el peor contrato de la NBA. El escolta, que fue all star por ¨²ltima vez en 2021, cobr¨® 46,7 millones la temporada pasada, cobra 50,2 esta y tiene garantizados 53,6 la pr¨®xima y 57,1 (en formato player option) para la 2026-27. Con, asunto crucial, una cl¨¢usula antitraspaso que impidi¨® a los Suns desprenderse de ¨¦l en febrero, en lo que fue el fallido asalto por Jimmy Butler que, en cambio, acab¨® poniendo boca arriba cartas muy inc¨®modas en un vestuario que de por s¨ª no gozaba de una salud de hierro. En una mezcla extra?a de planes B y C, se airearon las negociaciones para traspasar a Kevin Durant, ya que Beal se hab¨ªa atado a la pata de la mesa. La cuenta atr¨¢s se hab¨ªa puesto en marcha con luz y taqu¨ªgrafos: estos iban a ser, salvo viraje deportivo que no se ha producido, los ¨²ltimos de KD en Arizona.
Lo que pod¨ªa ir mal, fue peor
El desastre, por lo tanto, ha sido colosal. Los Suns (Paul-Booker-Bridges-Johnson-Crowder-Ayton...) jugaron las Finales de 2021 (se pusieron 2-0, perdieron 2-4) y fueron el mejor equipo de la NBA (64-18) en la temporada 2021-22. Pero se estrellaron contra Doncic y sus Mavs en segunda ronda y despu¨¦s, en plena crisis de identidad y con el l¨ªo de Sarver acaparando titulares, lleg¨® Ishbia. La paciencia sali¨® por la ventana y solo queda Booker de un equipo en el que, adem¨¢s, solo Chris Paul era muy veterano. Dos a?os de ¨®rdagos fren¨¦ticos han dejado como saldo una derrota por 4-0 en primera ronda, nada m¨¢s. En un momento extra?o, en el que todo el mundo va con tiento y nadie sabe muy bien c¨®mo moverse entre la inyecci¨®n de las televisiones y las restricciones (econ¨®micas y deportivas) a las que obliga el nuevo convenio, los Suns han personificado la f¨®rmula del que sea lo que Dios quiera. Y ha salido mal. Mientras, los que han hilado m¨¢s fino -y con pausa- despu¨¦s de derrotas tenebrosas (Celtics, el campe¨®n) o en la cocci¨®n de sus proyectos (los Thunder son el mejor ejemplo) se han pasado la temporada en el palco de los aspirantes de verdad.
Las te¨®ricas estrellas (Durant, Booker y Beal) han cobrado esta temporada m¨¢s de 150 millones, por encima, solo ellos tres, del salary cap total. Para la pr¨®xima, aunque parece imposible que sigan juntos, tienen proyectados m¨¢s de 160 con el cap en unos 154. Los Suns est¨¢n por encima del second apron, ese filo muy peligroso que limita los movimientos deportivos y, por ejemplo, ha congelado el pick de 2032 (a siete a?os vista): por ahora no se puede traspasar, y se ir¨¢ al final de la primera ronda si la franquicia vuelve a superar ese segundo apron en dos de las pr¨®ximas cuatro temporadas. Tampoco tienen rondas de draft, nada. No controlan ning¨²n pick hasta 2031 entre los que dieron y los que dejaron sujetos a intercambios. Tienen, b¨¢sicamente, tres segundas de 2025, 2026 y 2028. Y punto. El olor a chamusquina se hab¨ªa extendido tan claramente por la liga que los Rockets operaron con los Nets, en verano, para devolver a los de Brooklyn las rondas que estos les hab¨ªan dado en la operaci¨®n James Harden y se llevaron, a cambio, las que los de la Gran Manzana hab¨ªan recibido de los Suns por Durant. Las consideraron m¨¢s valiosas porque intu¨ªan que se avecinaba una cat¨¢strofe sin red para la reconstrucci¨®n en Phoenix. No iban mal encaminados. De hecho, por ese camino se quedaron los Suns sin su primera ronda de 2025, que ser¨¢ un pick mucho m¨¢s alto de lo previsto.
En una especie de cierre del c¨ªrculo, los Rockets est¨¢n en la lista de destinos de Durant, y son un pretendiente obvio en caso de que Booker acabe en venta tambi¨¦n. La cosa tiene un camino de direcci¨®n sencilla ya que son, adem¨¢s, el equipo al que los Suns tendr¨ªan que llamar si quisieran recuperar buena parte de sus picks para sacar r¨¦dito de las derrotas que, como parece, pueden acabar llegando en cascada.
Esta es la realidad de lo que tiene en el futuro, a nivel de rondas de draft, Phoenix Suns:
-2025: la primera menos favorable (la m¨¢s alta: peor) de las de Cavaliers y Timberwolves (ser¨¢ el pick 29); la segunda menos favorable entre las de Nuggets y Sixers (proyectada para ser el 54).
-2026: la primera menos favorable entre la suya propia, la de Orlando Magic, la de Memphis Grizzlies y la de Washington Wizards; la segunda menos favorable de Warriors o Nuggets.
-2027: la primera menos favorable de Cavaliers, Timberwolves o Jazz. No tiene segunda ronda.
-2028: la primera menos favorable entre la suya propia, la de Washington Wizards, Brooklyn Nets y Philadelphia 76ers. La segunda de Boston Celtics si est¨¢ entre los picks 46 y 60.
-2029: la primera menos favorable de las de Cavaliers, Timberwolves y jazz. No tiene segunda.
-2030: la primera menos favorable de la suya, la de Washington Wizards y la de Memphis Grizzlies. No tiene segunda.
-2031: No tiene primera (traspasada a los Jazz en la operaci¨®n que gener¨® los condicionantes de 2025, 2027 y 2029). Tampoco segunda.
Qui¨¦n va a seguir y qui¨¦n no
As¨ª, sin buenas noticias salariales y seguramente otra vez crujidos por los condicionales del segundo apron (que limita terriblemente a la hora de realizar traspasos y sumar nuevos jugadores), tendr¨¢n que operar unos Suns que han sido, b¨¢sicamente, un desastre perfecto en pista. Sobre todo, sin Durant: 2-16 cuando ha faltado, balance en positivo con un jugador que finalmente era (con 36 a?os) el santo y se?a, el referente con Booker sepultado, aparentemente, por los acontecimientos. De hecho, los Suns han tenido un diferencial negativo en rating (-3,3) con el solo supuesto big three en pista. La temporada comenz¨® con un muy prometedor 9-2 pero la primera lesi¨®n de Durant, en un gemelo, estrope¨® el balance (se perdi¨® siete partidos saldados con seis derrotas) y la sinton¨ªa. La ¨²ltima lesi¨®n de Durant, la que lo ha parado ahora, marchit¨® los brotes verdes de marzo y envi¨® al equipo definitivamente al pozo, derrota tras derrotas y sin play in.
Tampoco ha sido f¨¢cil ver a las tres solo supuestas estrellas en pista, juntas: Beal se ha perdido 28 partidos en once tandas distintas, y ha tenido lesiones de codo, gemelo, cadera, dedo, tobillo e isquios. En pista, su rendimiento ha sido generalmente penoso. Como el del equipo. En defensa, sin f¨ªsico y sin especialistas en roles b¨¢sicos (protecci¨®n del aro, defensa exterior sobre la bola: point of attack), el desastre ha sido absoluto. Con un experto en ese apartado como Vogel, los Suns sostuvieron la decimotercera mejor defensa del pasado curso, justo por encima de la media. En este es la pen¨²ltima, la peor en las ¨²ltimas semanas incluidos los equipos que est¨¢n perdiendo deliberadamente con la mente puesta en el draft. Pero es que el ataque, en teor¨ªa la joya de la corona, no ha sido tampoco nada especial, por segundo a?o consecutivo en torno al d¨¦cimo mejor net rating y con el libreto de Budenholzer (m¨¢s eficiencia, m¨¢s triples abiertos y tiros cerca del aro) olvidado en cuanto vino el primer rev¨¦s. Regresaron los vicios y las zonas de confort, con tres anotadores que prefieren generarse sus tiros y que adoran la media distancia.
Ni un solo jugador de los Suns est¨¢ entre los 70 primeros de la NBA en n¨²mero de tiros cerca del aro, apartado en el que el equipo es, claro, el peor de la competici¨®n. Tambi¨¦n es, y eso contando con que Durant y Booker amasan cifras decentes, uno de los diez perores (21?) forzando tiros libres. Muy pocos puntos f¨¢ciles y poco orden: Tyus Jones llegaba para poner cerebro en la direcci¨®n pero su rendimiento ha sido calamitoso. Budenholzer ha tenido dudas permanentes con los rookies (Ryan Dunn, Oso Ighodaro, Collin Gillespie), el contrato de Jusuf Nurkic se convirti¨® en un pufo tan t¨®xico que los Suns soltaron una primera ronda para deshacerse de ¨¦l. Y otros secundarios que ten¨ªan que ser importantes tampoco han brillado, por decirlo suavemente: ni Grayson Allen, con su extensi¨®n de cuatro a?os y 70 millones firmada a todo correr (otra vez, las prisas) antes de que saliera al mercado, ni un defensor de energ¨ªa como Josh Okogie que ha jugado 25 partidos y cuya renovaci¨®n por dos a?os y 16 millones fue otro dispendio enorme. Esta temporada, a su salario de 8 millones sum¨® 47 extra en multas. As¨ª que son 55 por un contrato seis veces m¨¢s bajo y que ni ha ayudado en pista ni sirvi¨®, en invierno, como comod¨ªn en otras operaciones.
?Y ahora? Ishbia no ha negado muchos de los rumores que rodean al equipo pero s¨ª sali¨® al paso de uno: Devin Booker (que lleva en la franquicia desde que fue drafteado, en 2015) no ser¨¢ traspasado. Palabra de propietario. Parece obvio que Durant s¨ª cambiar¨¢ de equipo (ya se sabe: Spurs, Rockets, Wolves, Heat o Knicks, seg¨²n su lista) y un veterano de la prensa de Arizona, John Gambadoro, ha asegurado que los Suns no quieren ni ver despu¨¦s del verano a Beal y que incluso se plantean buscar un acuerdo de buyout que ser¨ªa hist¨®ricamente alto. Obligar¨ªa, ahora mismo, a pagar a un jugador que estar¨ªa ya en otro equipo m¨¢s de veinte millones anuales de dinero muerto durante cinco temporadas. Algo tan brutal que exigir¨ªa otros ajustes porque, sumados a otros flecos que ya se invierten en salarios menores que fueron cortados, supera el 15% del cap, el m¨¢ximo que un equipo puede destinar a adioses prorrateados en un curso.
As¨ª de t¨®xica es la cosa. Todav¨ªa peor: seguramente, ni siquiera Devin Booker deber¨ªa ser intocable. En el inicio de la pr¨®xima temporada cumplir¨¢ 29 a?os, y todo apunta a que los Suns van a meterse en un arduo proceso de reconstrucci¨®n que puede separarse totalmente del arco de carrera prime del escolta. Este, en un escenario as¨ª, podr¨ªa acabar en una situaci¨®n similar a la de Damian Lillard en los Blazers; Un final infeliz, feo, desanimado, apretando para ser traspasado y, seguramente, con un valor de mercado much¨ªsimo menor que el que tendr¨ªa este verano. Parece que Ishbia no quiere ni o¨ªr hablar de esta posibilidad, y no es dif¨ªcil ver por qu¨¦. Pero tarde o temprano tendr¨¢ que derribarlo todo, cerrar este proyecto y recuperar capital de draft. Sobre todo, si se presenta la ocasi¨®n, esas rondas propias que tienen unos Rockets que, ejem, ejem, quieren a Durant y/o Booker.
Habr¨¢ que ver tambi¨¦n si el futuro es con Budenholzer o con otro entrenador, que ser¨ªa el cuarto en otras tantas temporadas. Y m¨¢s ceros en una cuenta disparatada de dinero invertido en salarios y finiquitos. Y habr¨¢ que ver si el que da (lo justo) la cara en los despachos sigue siendo un James Jones que, o esa sensaci¨®n da, apenas alza la voz y se limita a sobrevivir en su puesto, algo que no es f¨¢cil cuando un equipo cambia de propietario. El nuevo suele llegar con su gente. Y sus ideas. Jones, presidente de operaciones y general manager, acept¨® que se diluyera su poder entre la entrometida mano de Ishbia y el peso del protegido, y fichaje, de este: Josh Bartelstein, el CEO contratado solo un mes despu¨¦s de la compra de una franquicia que ha intentado ganar a lo grande, desafiando al sistema. Y que est¨¢ comprobando que los errores, en casos as¨ª, acaban siendo del mismo tama?o que la ambici¨®n: descomunales. Un agujero negro que deshizo un pasado prometedor, ha arruinado el presente y desdibujado completamente lo poco que se puede atisbar del futuro. Un fracaso, este del tramo 2023-25, la era Ishbia, absolutamente monumental. Hist¨®rico. Y car¨ªsimo.
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