NBA | MAVERICKS 117 - BLAZERS 112
Doncic se recupera: cafe¨ªna, energizante y 42 puntos
Volvi¨® el Doncic que aspira al MVP de la NBA despu¨¦s de dos partidos sin ser reconocible. Dallas dio cuenta de Portland con triple-doble del esloveno.
Se le hab¨ªa atragantado a los Mavericks el paso por la Conferencia Este en el que cayeron contra Magic y Wizards de manera consecutiva. Se acusaba, primero, cansancio en piernas y ideas de Luka Doncic y, como consecuencia, se preguntaba cualquiera si el chaval ten¨ªa que hacerlo todo para que el equipo gane. Despu¨¦s de la reflexi¨®n y de pasar por el American Airlines Center las aguas se calman. Los texanos se midieron en la noche del s¨¢bado a uno de los equipos m¨¢s sorprendentes del inicio de curso, Portland Trail Blazers, e hicieron inservible la condici¨®n de la clasificaci¨®n de conferencia en la que a¨²n les superan para llevarse el partido.
Despu¨¦s del r¨¦cord de temporada de Kyle Kuzma con el que se top¨® en el ¨²ltimo encuentro, Doncic vio tambi¨¦n en las l¨ªneas enemigas c¨®mo Jerami Grant llegaba a su mejor marca de la campa?a teni¨¦ndole enfrente: 37 puntos. Fue el mejor de los visitantes, donde tambi¨¦n destacaron los exteriores Damian Lillard (29) y Anfernee Simons (24). El esloveno hizo lo suyo, un triple-doble con 42 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias, y adem¨¢s tuvo consigo el acierto anotador de Dinwiddie, Hardaway y el regresado Wood. Como dijo Kidd al terminar el partido, ¡°un peque?o paseo por el parque¡± para el bueno de Luka. Este 117-112 muestra que los problemas con los que se hab¨ªan encontrado ¨²ltimamente, aunque no desaparezcan, se pueden mitigar si aparecen m¨¢s compa?eros que se al¨ªen con Doncic. El ¡®77¡ä de los Mavs atribuy¨® su mejora f¨ªsica a ¡°dos, tres o cuatro sorbos de un ¡®espresso¡¯ y un Red Bull¡± y, claro, a haber descansado despu¨¦s de un viaje que hab¨ªa despertado alguna duda sobre el juego del equipo.
No es balad¨ª eso de repensar c¨®mo ajustar los roles en un conjunto que mantiene el bloque pero tiene dos misiones primordiales por probar: c¨®mo responde a la salida de Brunson y qu¨¦ hueco le queda en el esquema a un Wood que lleg¨® para ser importante en ataque. Un Doncic en plenitud ayuda a mitigar los posibles dolores de cabeza que produzcan estos ajustes, pero tambi¨¦n se achacaba en las dos derrotas de las que ven¨ªan la poca ayuda al jugador de Liubliana. No hay nada como ir todos en la misma direcci¨®n, la de la s¨¦ptima victoria de la temporada, para acallar todo ese ruido y seguir progresando sobre esos mencionados cambios.
Enfrentamiento en el que hab¨ªa ganas por hacerlo bien y se not¨® la alegr¨ªa con la que los dos conjuntos combinaron en ataque. La noche comenz¨® con Dallas aprovechando las virtudes de Dinwiddie: tiros cuando est¨¢ solo y lectura de juego cuando el defensor no es el adecuado. Doncic fue el que se preocup¨® de estar en todos los lados. Las jugadas que realiz¨® con Wood, que se lo puso f¨¢cil con las continuaciones tras bloqueo, fueron las que impulsaron en el marcador a los Mavs durante el primer cuarto para llevarles once puntos por encima de su oponente. Se lleg¨® al +16 tras uno de los seis triples encestados por Dinwiddie, pero habr¨ªa respuesta. En siete minutos, con una direcci¨®n magistral de Lillard, los Blazers se pusieron en cabeza antes de que llegara el descanso despu¨¦s de un tiro de tres de Grant (55-57). En el tercero los de Oreg¨®n volvieron a refrendar una idea: les entraban de todos los colores. Portland amas¨® una distancia de +7 durante tres momentos de ese cuarto, aunque le falt¨® despu¨¦s lo que s¨ª le vino bien a Dallas: que participaran m¨¢s jugadores de la fiesta. Al minuto del ¨²ltimo periodo un triple del renacido Josh Green dejaba todo en empate (90-90). Los de Billups ofrecieron esa buena cara hasta los ¨²ltimos tres minutos, en los que les cay¨® una encima que no esperaban. Doncic lider¨® haciendo uso de su cuerpo ante defensores menores, como Lillard y Simons, y desde esas posiciones anot¨® o empez¨® ataques que terminaron en canasta. El movimiento de bal¨®n en esas acciones decisivas llev¨® a una r¨¢faga de cuatro triples que devor¨® la esperanza de Portland: tres seguidos de Dinwiddie y uno, a modo de guinda, de Finney-Smith. La diferencia fue ¨¦sa.