Doncic, contra aficionados y ¨¢rbitros
El esloveno se disculp¨® por querer expulsar a un aficionado contra los Suns. Sus continuas protestas y la frustraci¨®n cuando las cosas van mal hacen saltar las alarmas en Dallas.
La escena de Luka Doncic pidiendo la expulsi¨®n de un aficionado de los Suns en Dallas ha sido muy comentada. Los Mavs, que llegaron a mandar de 16, anotando 10 de sus primeros 14 intentos de triples, se hund¨ªan sin que nadie pudiera detener la sangr¨ªa y s¨®lo anotaron uno de los siguientes 16 intentos. Durante el tercer cuarto, iban 25 puntos abajo y, durante un tiempo muerto, un aficionado le dijo algo as¨ª como: ¡°?Est¨¢s cansado? S¨²bete a una cinta de correr¡±. El esloveno escuch¨® esas palabras y pidi¨® a la seguridad del estadio que le expulsara, algo que en un inicio parec¨ªa haber ocurrido. Luego se descubri¨® que simplemente le pidieron que se pusiera en otro asiento m¨¢s alejado, algo que hizo por voluntad propia. Los Mavericks cayeron de paliza (109-132) en casa, ante uno de esos rivales que te¨®ricamente tienen m¨¢s controlados. Esta vez no fue as¨ª y sumaron su tercera derrota consecutiva, adem¨¢s de la cuarta en cinco partidos. Y ya van octavos de la Conferencia Oeste, con los Lakers a dos partidos de distancia y una desesperaci¨®n m¨¢s que notoria que crece a medida que pasa el tiempo.
Esa frustraci¨®n, encarnada en la figura de Doncic, preocupa mucho en los Mavericks. La estrella se enzarz¨® luego en rueda de prensa con Tim McMahon, periodista especializado en la franquicia texana que trabaja para ESPN. Le acus¨® de poner siempre cosas malas sobre ¨¦l. Y luego asegur¨® que no le importaba tener a la opini¨®n p¨²blica en contra. Las cosas van mal para ellos: la defensa se cae por momentos, el fichaje de Grant Williams no ha funcionado, Dereck Lively ha sido un acierto que no cuenta con demasiados minutos y Jason Kidd se muestra incapaz de remontar el vuelo. Adem¨¢s, Kyrie Irving juega mejor cuando no est¨¢ Doncic y se pierde varios partidos, lo que tambi¨¦n perjudica al equipo. Y el esloveno sigue monopolizando el sistema hasta la extenuaci¨®n, cada vez m¨¢s notoria a medida que pasan los d¨ªas y especialmente en los finales de partidos.
Los Mavs tiene mucho trabajo por delante y un componente a tener en cuenta: Doncic est¨¢ en su sexta temporada en la NBA y los jugadores de su nivel exigen cambios r¨¢pidos. Las finales de Conferencia de 2022 han quedado en el olvido y ni siquiera ha habido vestigios de igualar algo semejante. Es m¨¢s, se ha producido un evidente retroceso. Por el camino, Rick Carlisle, todo un icono, sali¨® de la entidad por te¨®ricos problemas con su estrellas, mientras que Kristaps Porzingis tambi¨¦n dijo adi¨®s. De la misma forma le ocurri¨® a Haralabos Voulgaris, un directivo con una enorme influencia sobre un Mark Cuban que est¨¢ en proceso de vender la franquicia pero quiere mantener su enorme poder sobre ella. Un juego de tronos muy particular y unos Mavs que se mueven siempre a favor de Doncic, que tiene contrato con los texanos hasta 2026 y luego una player option que puede ejercer o no seg¨²n le convenga.
De Doncic se habla mucho: de su nivel, s¨ª. Pero tambi¨¦n de sus permanente protestas a los ¨¢rbitros, una constante que ha trasladado tambi¨¦n al baloncesto FIBA, con alg¨²n que otro bochorno en partidos claves y expulsiones muy sonadas. En 2020, fue el s¨¦ptimo jugador que m¨¢s t¨¦cnicas recibi¨®, con 13. En 2021 fue tercero, con 17. Y la misma posici¨®n ocup¨® en las dos siguientes temporadas, con 18 y 17 respectivamente. Este curso lleva 9, empatado con otros dos jugadores (Trae Young y Bobby Portis) y s¨®lo por detr¨¢s de las 11 de Dillon Brooks, ocupando la segunda posici¨®n. Consolidado como estrella absoluta y con la quinta selecci¨®n al All Star ya en el bolsillo, no es de extra?ar que los rivales carguen sostenidamente contra ¨¦l en los partidos, sobre todo teniendo en cuenta que el juego de los Mavs es dirigido por ¨¦l, que influye en pr¨¢cticamente todas las posesiones y no tiene apenas momentos de descanso. Los contactos recibidos sacan de quicio a Doncic, especialmente cuando no son se?alizados y su frustraci¨®n se traslada al resto del equipo.
Doncic promedia esta temporada 33,6 puntos (tope de su carrera), 8,5 rebotes y 9,3 asistencias (tambi¨¦n tope de su carrera). Tambi¨¦n roba 1,4 balones (igualando su m¨¢ximo registro), pone 0,6 tapones (lo mismo), y lanza por encima del 48% en tiros de campo, adem¨¢s de superar el 37% en triples, r¨¦cord personal. Eso s¨ª, lanza 8,9 tiros libres por los 10,5 que intentaba el a?o pasado, y en los momentos de fatiga y desesperaci¨®n suele seguir el mismo patr¨®n: intentos de triples con pocos segundos en la posesi¨®n, muchos de ellos fallados, decisiones cuestionables, p¨¦rdidas de bal¨®n (promedia 3,9 este curso) y errores desde la personal. Su nerviosismo se traslada al juego del equipo, muchas veces se queda protestando en lugar de bajar a defender y entra en una espiral de aspavientos e injurias que acaban con alguna t¨¦cnica o con todo su entorno apoyando a la estrella e imitando su comportamiento, algo que no ayuda precisamente a que el esloveno se de cuenta de que su influencia es negativa en estos casos.
La reputaci¨®n del jugador se ve perjudicada por todo esto y contrasta con el car¨¢cter sonriente y solidario que muestra la mayor parte del tiempo. Y la inercia negativa de los Mavericks potencia su lado oscuro y no le deja ver m¨¢s all¨¢, algo que puede estar tambi¨¦n ligado a su juventud (va a cumplir 25 a?os), que de hecho ya no es tanta, especialmente teniendo en cuenta su enorme experiencia. En el contexto del All Star se ha disculpado por su comportamiento y ha reconocido que hizo mal en intentar expulsar al aficionado, pero la gente no olvida. Su incapacidad de asunci¨®n y la que tiene para enfrentarse a ¨¢rbitros, fan¨¢ticos y ahora tambi¨¦n periodistas da?an su imagen. La de, recordemos, un jugador generacional llamado a marcar toda una era, que no para de batir r¨¦cords generales y de precocidad y que tiene una capacidad para jugar al baloncesto absolutamente legendaria. Algo que, ¨¦l mismo lo ha reconocido, tiene que mejorar de cara al futuro. Es una obviedad, claro.