NBA | WARRIORS 120 - MAVERICKS 110 (4-1)
Los Warriors apartan del camino a Doncic y vuelven a las Finales
Rendimiento superior de los Warriors. Una racha en el segundo cuarto les aup¨® y contuvieron el ¨²ltimo golpe de Doncic, que acab¨® cansado.

En consonancia con lo que ha sido la eliminatoria, en la que los momentos brillantes se han repartido de una forma muy poco equitativa y a favor de los Warriors, fue el ¨²ltimo partido de estas finales de la Conferencia Oeste. El tercer y el cuarto clasificado ofrecieron espect¨¢culo pero no tanto como en las anteriores series; en el caso de los locales, por igualdad; en el caso de los visitantes, por juego. De nuevo sin Otto Porter, pero con el convencimiento de que ten¨ªan que cerrarlo ya este jueves para evitar males mayores, Golden State viaja de nuevo a la lucha por el t¨ªtulo contra el ganador de la otra parte del cuadro. Aquella maravilla de 2015 a 2019, la de los tres t¨ªtulos y el cambio de juego para siempre, est¨¢ otra vez entre nosotros con una imagen renovada pero con el nombre intacto. Los de Kidd pudieron levantarles un partido, el anterior, pero en el quinto se volvieron a situar en una posici¨®n inferior y no alcanzaron a pasar de ah¨ª.
Los californianos se llevaron el ¨²ltimo punto de la serie que les hac¨ªa falta, el cuarto, para cerrarla en 4-1. Lo consiguieron firmando un 120-110 que ilumina su escudo como el primero de los dos contendientes al trofeo Larry O'Brien a partir de junio. Una racha matadora en el segundo cuarto abri¨® una brecha que ni una resurreci¨®n cristiana de Doncic en el tercero ni un partido florido de Dinwiddie cerraron hasta que son¨® la bocina que puso fin al enfrentamiento.?
De nuevo volvi¨® a contar el Wiggins (18) machacante en defensa aunque no estuviera acertado en los tiros. Para esas tareas ya estaban otros. Thompson (32), por ejemplo, fue el que mejor lo personific¨®. Pero las rachas de los Warriors en ese segundo periodo m¨¢gico, con Poole (16) y haciendo que el acierto de Moody estirara el descanso de Curry, valieron en colectivo. Como casi siempre.
Se cerr¨® la defensa en la primera parte sobre un Doncic (28) desaparecido, noqueado y exhausto. El esloveno irrumpi¨® en la segunda mitad con un par de triples seguidos que le animaron y sirvieron para cerrar con un poco de gallard¨ªa. Dinwiddie (26) fue el mejor del conjunto. Volvieron a aparecer goteras gordas, como que Looney (10) campara a sus anchas por las dos zonas. Pero no hay m¨¢s.
Las hostilidades se abrieron con Looney mandando a paseo la apertura de Kidd en la pintura. El t¨¦cnico volvi¨® a protegerse quitando Dwight Powell, falto de efectividad ante un Kevon crecido desde la pasada eliminatoria, e hizo que se redujeran las primeras distancias al meter a Maxi Kleber. Con ese ajuste y el que vino despu¨¦s en la persona de Spencer Dinwiddie, suplente de lujo para los texanos y hoy m¨¢s que nunca, se acabaron las subidas de hasta nueve y siete puntos que tuvieron los Warriors en la primera manga. Lo que s¨ª se mantuvo m¨¢s all¨¢ de esos minutos fue la mano caliente de Klay Thompson, principal jugador en el que fijar los elogios esta jornada en el Chase Center. Las idas y venidas fueron menos despu¨¦s de que el mencionado Dinwiddie encadenara dos triples al final del del cuarto, el segundo sobre la bocina, para que los locales s¨®lo dominaran por cinco tantos.
El segundo periodo fue muy distinto. A machete sali¨® Jordan Poole y los dem¨¢s se amoldaron a su ritmo fren¨¦tico para poner a bailar a los Mavericks. En el descanso de Looney se qued¨® Green con plenos poderes en la pintura y ah¨ª resurgi¨® esa versi¨®n de acierto pasador y anotador con la que ejerce de navaja suiza para los suyos. El bal¨®n se movi¨® de forma vertiginosa y los Warriors tuvieron ese momento de lucidez de tiempos pret¨¦ritos que ahora, de nuevo en las Finales, reviven. Tanto fue as¨ª que, en lo que la mu?eca de Klay no daba opci¨®n al enfriamiento, apareci¨® ese elemento sorprendente que siempre puede serlo en esta estructura tan bien formada. Moses Moody, con sus siete puntos apretados en un soplido, puso a los suyos besando los veinte. De no ser por otros dos triples de Dinwiddie, aut¨¦ntico salvavidas, los Mavs se podr¨ªan haber dejado ir ah¨ª. Curry s¨®lo figuraba porque se hizo da?o en el tobillo en los primeros minutos, pero ten¨ªa guardaespaldas, siendo el caso de Doncic mucho menos bonito: 2/12 en tiros y actitud de desesperaci¨®n por sus malas decisiones.
Tras el descanso, hubo una m¨ªnima conjura. Los resultados para Dallas, eso s¨ª, no llegaron inmediatamente. Brunson busc¨® las primeras oportunidades de salida y hall¨® algo en ataque. El cambio deb¨ªa venir, como en muchas de estas ocasiones, en defensa. Poniendo m¨¢s manos y con la permisividad de los ¨¢rbitros, que bajaron el list¨®n para que hubiera m¨¢s contactos, los de Kidd comenzaron a parecerse a los que durante los ¨²ltimos meses tanto han incomodado a los que se pon¨ªan delante. Doncic se moj¨® el pelo para despertar del letargo y vaya si lo hizo: num¨¦ricamente arregl¨® un partido que para ¨¦l, hasta ah¨ª, estaba siendo un desastre. Un par de triples suyos, vali¨¦ndose primero de zarpazos bien dados en defensa, pusieron color a un parcial que se convirti¨® en capital: 0-15 a los locales para dejarlo todo a decidir.
Contra la mayor¨ªa de pron¨®sticos en esa franja, ya que parec¨ªa que pod¨ªamos estar los ¨²ltimos momentos de la temporada de los Mavs y as¨ª se confirm¨® al final, lo que vinieron despu¨¦s no fueron fuegos artificiales. Todo se mantuvo. Uno de los culpables principales fue Kevon Looney, que estuvo m¨¢s acompa?ado por Bjelica que por Green por las faltas de ¨¦ste y se vio agrandado en su racha de rebotes. El p¨ªvot le dio a los Warriors much¨ªsimas oportunidades, especialmente en el ¨²ltimo cuarto, para tirar y tirar. As¨ª es como se consigue una superioridad. De ese embrollo, con m¨¢s canastas de Thompson o Curry, no salieron los texanos. Bandera blanca a dos minutos del final y maquillaje al casillero de un Doncic que, pese a este peque?o borr¨®n, se puede ir orgulloso. Estos Warriors tienen su aqu¨¦l y qu¨¦ mejor que verlo en primera persona.