Los Suns se quedan petrificados
El equipo de Arizona se despide de forma muy fea de una temporada en la que su ¨²nico objetivo era el anillo. La edad de Chris Paul y la extra?a situaci¨®n de Ayton, dos asuntos delicados.
Los Suns han sido el mejor equipo de la regular season 2021-22. Eso es as¨ª, aunque ahora mismo sea m¨¢s un motivo de amargura que de felicidad para ellos y sus aficionados. Han ganado 64 partidos (64-18), cifra a lo que la franquicia nunca hab¨ªa llegado. Ni con Charles Barkley en el at¨®mico equipo de 1993 ni con Steve Nash en la nave nodriza del Seven Seconds or Less, padrino del baloncesto moderno. M¨¢s: desde que la temporada 2019-20 se reinici¨®, fracturada por la COVID, en la burbuja de Florida, los Suns han ganado casi el 76% de sus partidos de fase regular (123 de 162). Una cifra de absoluta ¨¦lite.
Pero ni siquiera han llegado a la final del Oeste porque, por tercer a?o consecutivo (Bucks, Jazz, Suns) el mejor equipo de la fase regular no ha aparecido en la pen¨²ltima ronda. El primer anillo de campe¨®n seguir¨¢ sin llegar a Arizona, uno de los lugares donde m¨¢s se ha hecho, hist¨®ricamente, por ganarlo. Creado en 1968, es el ¨²nico de los equipos que todav¨ªa no ha sido campe¨®n que ha perdido tres Finales (1976, 1993 y 2021). Las tres, adem¨¢s, por 4-2. Y la ¨²ltima, contra los Bucks, de la misma y traum¨¢tica forma que acaban de caer contra los Mavericks: tras tener un 2-0 a favor y dar una sensaci¨®n de clara superioridad en la primera tanda de partidos jugados en su pista. Desde noviembre de 2019 y hasta el 4 de mayo, los Suns llevaban 11 victorias seguidas contra los Mavericks. En los siguientes once d¨ªas han perdido cuatro partidos contra el equipo texano. En tres de ellos no han pasado de 90 despu¨¦s de promediar casi 115 en la fase regular¡ y 125 en esos dos primeros partidos de la serie.
El fin de una larga luna de miel
Los Suns se han quedado en el camino. Son cosas que pasan, desde luego. Tan cierto como que es un desastre, un pecado de esos de los que es muy probable que te acuerdes durante mucho tiempo. A veces, para siempre (o algo ciertamente parecido). Cuando eres el mejor, tienes que ganar. O perder con una coartada mejor. Cuando las lesiones no te sacuden a ti, tiene que aprovecharlo. Y es cierto que Devin Booker se perdi¨® parte de la serie contra los Pelicans y Chris Paul sali¨® cojeando de la rueda de prensa posterior al s¨¦ptimo partido. Pero no hubo durante la eliminatoria contra los Mavs malas noticias para el n¨²cleo duro de la rotaci¨®n de Monty Williams. El Oeste era el m¨¢s d¨¦bil en muchos a?os. Los Clippers estaban en a?o de transici¨®n, los Lakers en a?o de sabe Dios (o quiz¨¢ ni ¨¦l) qu¨¦ y los Warriors que esperaban en la final del Conferencia parecen lejos de su versi¨®n pluscuamperfecta. En el Este hab¨ªa ca¨ªdo Kevin Durant y los Bucks se han quedado fuera, castigados por la baja de Khris Middleton. Era un a?o ideal para que un equipo que ven¨ªa de quedarse a dos partidos de ser campe¨®n, y que reaccion¨® ganando 64, impusiera su jerarqu¨ªa hasta alcanzar el premio final. Nunca sabes cu¨¢ndo las lesiones volver¨¢n la vista hacia ti, cuando la suerte se buscar¨¢ otra acera.
La luna de miel acaba aqu¨ª. Monty Williams, reci¨¦n nombrado Entrenador del A?o, ha estado mal como gestor en el primer atisbo de crisis. Al equipo se le han visto costuras, la rotaci¨®n ha hecho aguas y los planes B y C no han existido, fiado todo a un A que es muy bonito (realmente lo es) pero que habr¨ªa necesitado v¨ªas de escape. Opciones. Los campeones siempre las tienen. Los Suns parec¨ªan temibles en el arranque de curso, pero hab¨ªa dos asteriscos: la edad de Chris Paul y su salud cuando llegaran los playoffs y la capacidad del grupo para endurecerse, aprender de los golpes y saber ganar de muchas maneras. Resiliencia, si se quiere. Los dos asuntos se han acabado demostrando problem¨¢ticos. Y los Suns se han parecido, en el momento de la verdad, m¨¢s a ese proyecto de los Jazz que se est¨¢ disolviendo precisamente ahora (tambi¨¦n tras perder con los Mavs), baloncesto est¨¦tico pero de sal¨®n, perfecto para la regular season pero vulnerable en playoffs, que a algo parecido a una dinast¨ªa. A los Warriors que emergieron en 2015, por poner el ejemplo m¨¢s obvio... y m¨¢s dif¨ªcil de emular.
A vueltas con Chris Paul y su legado
La derrota, es obvio, se?ala a Chris Paul y reabre los debates sobre su legado. No ha dejado de ser esta semana uno de los mejores bases de la historia, pero ha vuelto a estar horrible, irreconocible, en el momento de evitar la derrota. El d¨ªa del tercer partido cumpli¨® 37 a?os. El exceso de exigencia f¨ªsica de los playoffs le ha vuelto a devorar. Si realmente acab¨® lesionado, parece en su caso m¨¢s una circunstancias agravante que atenuante. Es un problema que no va a mejorar de aqu¨ª en adelante, si acaso todo lo contrario. Y menos ya en una edad en la que solo un jugador ha sido all star y campe¨®n: Kareem Abdul-Jabbar. Chris Paul se ha pasado la vida siendo un jugador de leyenda pese a su 1,83. Al final, parece que ser un jugador de leyenda pese a su 1,83 exige un desgaste que es el cobrador del frac en playoffs. Siempre aparece para cobrar las facturas.
Paul, con Devin Booker lesionado, contuvo la rebeli¨®n de los Pelicans. Y dio una exhibici¨®n catedralicia en el partido definitivo: 33 puntos y 14/14 en tiros de campo. En los dos primeros choques contra los Mavs, caz¨® a Luka Doncic, domin¨® el juego y acab¨® el segundo (un 2-0 que parec¨ªa un oc¨¦ano) con 28 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias. Y en el tercer partido cumpli¨® 37 a?os. Y en ese y los cuatro siguientes, los cinco del 1-4, ha promediado 9,4 puntos, 5,8 asistencias y 3,6 p¨¦rdidas. Ha sumado 27 asistencias por 22 p¨¦rdidas y 17 canastas por 20 faltas personales. Acosado por el f¨ªsico de los Mavs y perseguido por Reggie Bullock despu¨¦s de haber sido perseguido por Jose Alvarado y Herb Jones. Demasiado castigo, un final horrible, un cuerpo que parec¨ªa haber tomado de pronto conciencia de su desgaste, sus cicatrices, su carga de a?os y partidos.
Por primera vez, un jugador pierde cinco eliminatorias de playoffs (a siete partidos) que hab¨ªa comenzado 2-0. Solo ¨¦l ten¨ªa cuatro y con tres le sigue Blake Griffin¡ con el que se dio varios costalazos, mano a mano, en los Clippers. Por primera vez, un jugador deja escapar cinco series seguidas en las que su equipo ha estado por delante en el marcador de victorias en alg¨²n punto. Ha perdido, adem¨¢s, cuatro s¨¦ptimos partidos de forma consecutiva. Es tan obvio que su legado ir¨¢ m¨¢s all¨¢ como que todo eso afecta, claro que s¨ª. En una escala de grises, sin visiones maniqueas. Pero afecta. Y el anillo de campe¨®n sigue sin llegar con, adem¨¢s, la fea sensaci¨®n de que quiz¨¢s ya le hemos visto lo m¨¢s cerca que va a estar nunca: en ese 2-0 de las Finales 2021, antes de que arreciera la ira de Giannis Antetokounmpo.
El pasado verano, los Suns acordaron con Paul que no se acogiera a su player option de 44,1 millones de d¨®lares. A cambio, le firmaron 120 por cuatro temporadas, con protecciones: la pr¨®xima cobrar¨¢ 28,4, pero en la 2023-24 solo tiene garantizados 15,8. El resto, hasta 30,8 (empezar¨¢ con 38 a?os) se materializar¨ªa el 28 de junio de 2023. Sus 30 millones de la 2024-25 (con 39) est¨¢n totalmente pendientes de ser garantizados, con tope en el 28 de junio de 2024. El contrato de Paul, que dio estabilidad, redobl¨® la apuesta por el anillo y permiti¨® invertir en fondo de armario (ha cobrado esta temporada 30,8 millones y no esos iniciales 44,1), puede acabar siendo un problema, un exceso. La ventana sigue abierta, pero es obvio que el gran tren, a priori, pasaba esta temporada por la estaci¨®n de Phoenix. Y todo iba bien, de? maravilla de hecho, hasta hace solo unos d¨ªas.
La alargada sombra del asunto Deandre Ayton
Devin Booker tiene 25 a?os. Le quedan dos a?os de extensi¨®n rookie pero puede firmar este verano una nueva prolongaci¨®n contractual que, si como parece entra en los quintetos All NBA, podr¨ªa ser (formato supermax) de cuatro a?os (a partir de la temporada 2024-25) y 211 millones. Parece una decisi¨®n obvia, aunque el escolta estuvo muy por debajo de su nivel, descentrado y excesivamente ansioso, en los dos ¨²ltimos partidos de la eliminatoria. Despu¨¦s de su burla a Doncic con el ya famoso ¡°The Luka Special¡± cuando el quinto estaba ya resuelto, el esloveno sum¨® 68 puntos con un +52 en pista y ¨¦l, 30 con un -60.
Mikal Bridges (25 a?os) es el otro pilar con el futuro asegurado (firm¨® en octubre una extensi¨®n de cuatro a?os y 90 millones de d¨®lares). A partir de ah¨ª, las cosas se complican. Es el verano de le extensi¨®n rookie de Cam Johnson (26), el fino alero del que se esperaba m¨¢s en playoffs. Las cuentas se complicar¨¢n para un equipo que se ver¨¢ obligado a meterse en impuesto de lujo por primera vez desde 2010. Tiene invertidos ya casi 129 millones en salarios para la pr¨®xima temporada¡ y eso antes de afrontar el peliagudo caso Deandre Ayton.
El p¨ªvot (23 a?os), que se presentaba en la eliminatoria como una de las armas clave para contrarrestar las virtudes de los Mavericks, fue a menos hasta acabar en 17 minutos y desaparici¨®n en s¨¦ptimo partido. La explicaci¨®n de Monty Williams, ¡°motivos internos¡±, no aclara nada y enturbia mucho. Ayton, n¨²mero 1 del draft de 2018 en el que Luka Doncic fue 3, acaba muy tocado despu¨¦s de una muy buena temporada que jug¨® conteniendo reacciones destempladas despu¨¦s de no cerrar su extensi¨®n rookie el pasado verano. Los Suns no quisieron darle entonces los 177 millones por cinco a?os que amarraban su futuro a Arizona y el jugador no quiso conformarse con menos. Este desenlace complica todav¨ªa m¨¢s las cosas, con un debate reabierto sobre si Ayton es jugador de m¨¢ximo (parec¨ªa una certeza hace no tanto) y si ser¨¢ tan incidente cuando el declive de Chris Paul, el gran generador, se nos eche definitivamente encima. Antes del 29 de junio, eso parece obvio, los Suns le ofrecer¨¢n los 16,4 millones con los que le convierten en agente libre restringido. A partir de ah¨ª, ser¨¢ una cuesti¨®n de voluntad¡ y mercado.
Hay serias dudas en la rotaci¨®n. Poco dinero libre para unas necesidades muy obvias en el banquillo, especialmente ante el baj¨ªsimo rendimiento de jugadores como Cameron Payne o Landry Shamet o la fea situaci¨®n de Dario Saric tras su grave lesi¨®n de rodilla, hace casi un a?o. Monty Williams est¨¢ siendo cuestionado por primera vez, aunque todav¨ªa (solo faltaba) no a voz en grito. Devin Booker queda pendiente de aprender un par de lecciones que Doncic le ha ense?ado por las malas. Y Chris Paul termina metido en su laberinto m¨¢s ¨ªntimo y con unas dudas muy serias sobre su capacidad para ser determinante cuando lleguen los pr¨®ximos playoffs¡ y sobre hasta d¨®nde puede llegar su equipo si no puede vivir tanto como hasta ahora de su caudal de juego. El caso es que un sue?o se convirti¨® en pesadilla y una temporada que pod¨ªa haber sido perfecta para Phoenix Suns acaba con sensaciones muy malas, m¨¢s miedo que esperanza y el terrible vac¨ªo que dejan las oportunidades perdidas. Especialmente, una tan grande como esta. Una con forma de anillo.