NBA | NETS 103 - CELTICS 109 (0-3)
Los Celtics preparan las escobas
Ejercicio monumental de impotencia de Kevin Durant y Kyrie Irving y victoria incontestable de los Celtics, que dominan a los Nets 3-0 y pueden sentenciar ma?ana la eliminatoria.
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Escobas preparadas: el experimento/megaproyecto/entidad abstracta/colectivo deportivo-social-espiritual de Brooklyn Nets puede acabar ma?ana con barrida: flus, flus. Los Celtics dominan 3-0 una serie que con optimismo se pod¨ªa esperar legendaria¡ y con realismo se pod¨ªa imaginar exactamente as¨ª antes del primer partido. Una diferencia brutal entre quien respeta el juego y act¨²a con seriedad y quien se salta todas las normas y no se toma en serio ni a s¨ª mismo, ni a sus rivales ni a la competici¨®n.
El 103-109 del primer partido de la serie en Nueva York acab¨® con gritos de M-V-P para Jayson Tatum y con c¨¢nticos de Let¡¯s Go Celtics para el equipo visitante. Los Nets salieron disparados hacia la oscuridad de su vestuario en cuanto el tiempo expir¨®. Es un equipo que, o eso parece se mire como se mire, firmar¨ªa no tener que jugar otro partido. Aunque, as¨ª ha querido que sean sus cosas, tiene ahora un par de d¨ªas para alimentar debates sobre si Ben Simmons, que no juega desde que los Sixers fueron eliminados de playoffs la pasada temporada, debuta o no debuta en lo que huele a ¨²ltima funci¨®n. Es un sarcasmo tragic¨®mico que define perfectamente lo que est¨¢n siendo estos Nets 2021-22. Uno de los mayores fracasos de la historia del deporte profesional estadounidense.
No es el d¨ªa para hablar de Boston Celtics, el ejecutor. Un equipo superlativo del que hablaremos mucho, much¨ªsimo, seguramente hasta junio. Una m¨¢quina de asfaltar rivales en la segunda mitad de la temporada, un caso ¨²nico de c¨®mo coser y construir sobre la marcha, a partir de lo que llegaron a parecer ruinas. La ant¨ªtesis de su rival en esta eliminatoria. Los Celtics ni siquiera hicieron gran cosa en este tercer partido. Solo pasar por all¨ª, soplar y derribar lo que tienen enfrente, al menos hasta el lunes: un decorado de cart¨®n piedra. Hablaremos mucho de ellos porque son tan favoritos al anillo como cualquiera, o quiz¨¢s m¨¢s que nadie ahora mismo. Hablaremos de ellos cuando toque hablar de los que son buenos de verdad, cuando acabemos de despedir a los que han dimitido, a los que eligieron romper todos los espejos de la habitaci¨®n cuando no les gust¨® el reflejo al que se enfrentaban. Los Celtics, tambi¨¦n en una situaci¨®n cr¨ªtica, se miraron y se miraron, seguramente hasta que les sangraron los ojos. Y hoy son un equipo may¨²sculo, con una defensa trascendental y el suficiente talento para competir siempre en ataque. Esa f¨®rmula, la historia de la NBA te lo dir¨¢ cada vez que le preguntes, gana campeonato. O te hace, como m¨ªnimo, merecedor de ganarlos.
Los Nets, en cambio, no merecen nada. Hay pocos espect¨¢culos menos edificantes que seguir la bola al que despilfarra. Que re¨ªrle las gracias al que decide que est¨¢ por encima del bien y del mal; que buscarle las excusas o justificarle las narrativas a quien no tiene tiempo para trabajar ni inter¨¦s en disimular su colapso, gal¨¢ctico. Son tres temporadas ya con Kevin Durant (no jug¨® la primera, claro) y Kyrie Irving. Durante una (m¨¢s o menos) tambi¨¦n estuvo James Harden. Los agentes libres en rol de especialista y los grandes nombres del mercado de buyouts corrieron a ese obvio im¨¢n: Brooklyn como mercado, megaestrellas generacionales como puente hacia el anillo. Luego vinieron las cosas de la vacuna de Kyrie, los problemas personales con Harden, la permisividad de la franquicia, en manos de sus estrellas, con todo lo que suced¨ªa. La incapacidad para darse cuenta (no hay peor ciego que el que no quiere ver) de que Steve Nash no parec¨ªa tener ni el background, ni desde luego el ecosistema apropiado ni seguramente el verdadero inter¨¦s por ser el entrenador de un equipo del que Kyrie dijo que no tendr¨ªa entrenador. O que lo entrenar¨ªan todos. O que seg¨²n el d¨ªa. Total, para qu¨¦.
Ime Udoka, asistente de los Nets la pasada temporada, est¨¢ dando un repaso monumental a Nash, que b¨¢sicamente mira los partidos como el que ve pasar el tren. La extraordinaria defensa de los Celtics tritura cualquier intento de reacci¨®n individual de un rival que tira desde donde ellos quieren que tire y que pone la bola en las manos que ellos eligen. En ataque, los Celtics sencillamente pasan por encima, sin esfuerzo, de un sistema inexistente. Ni por f¨ªsico ni por alma ni desde luego por conceptos y trabajo. Los Nets son una mascarada de saldo, un trampantojo sin estilo, un comediante sin gracia. Jayson Tatum les hizo 36 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 6 robos, en otra exhibici¨®n de su fascinante madurez, y Jaylen Brown acab¨® con 23+4+5 y una serie inmaculada de buenas decisiones en los pocos momentos en los que subi¨® la temperatura en el pabell¨®n. Para colmo de las buenas noticias, por lo que est¨¢ por venir (contra rivales de verdad, los que merece un grand¨ªsimo equipo de verdad como ellos) regres¨® Robert Williams, casi un mes despu¨¦s de su lesi¨®n de rodilla. Los Celtics parec¨ªan un proyecto en quiebra antes de Navidad. Ahora tienen todo el derecho a sentirse el mejor equipo de la NBA. As¨ª que hablaremos de ellos, mucho, en cuanto fulminen a esa farsa inoperante que son los Nets. El imperio que nunca fue.
Kevin Durant, en otro d¨ªa trist¨ªsimo, acab¨® con 16 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias, 6 p¨¦rdidas, solo 11 tiros (6/11), solo dos desde la l¨ªnea de personal y ninguno en los ¨²ltimos 11 minutos. En esta serie ha metido 66 puntos en tres partidos. Muchos habr¨ªan pensado que era m¨¢s f¨¢cil que llegara al cuarto partido con uno de 66 puntos que con 66 en total. Los Celtics han absorbido su energ¨ªa, ocupado sus espacios, cambiado la direcci¨®n de sus movimientos en pista. Los Nets no han tenido ninguna respuesta, no han planteado ning¨²n ajuste serio¡ y ¨¦l tampoco ha respondido con ning¨²n atisbo de rebeli¨®n ni grandeza. No esta vez. Y, cuando te llamas Kevin Durant, hay cosas que tienes que hacer pase lo que pase y est¨¦ quien est¨¦ enfrente. Puedes no ganar la serie, pero jam¨¢s deber¨ªas perderla as¨ª.
Kyrie, despu¨¦s de su monumental primer partido en Boston, ha desaparecido: esta vez 16 puntos en 17 tiros y un 0/7 en triples. Bruce Brown (26 puntos, 8 rebotes) lanza m¨¢s que ellos dos porque parece el ¨²nico net con cierto inter¨¦s por jugar pero, sobre todo, porque eso es exactamente lo que quiere que suceda el que marca las normas, el que escribe el guion, el que elige qu¨¦ hace qui¨¦n y c¨®mo lo hace en esta serie: Boston Celtics.
Durante la temporada fuimos asumiendo que lo m¨¢s normal era que las cosas acabaran as¨ª para estos Nets. Pero eso no sirve como justificaci¨®n ni coartada, no hace menor el disparate. Todo lo contrario: lo acent¨²a. Esto no es un golpe de mala suerte, un giro equivocado en el peor momento. Este es el resultado de meses y meses de sabotaje interno. De complacencia en pleno naufragio, de complicidad con las miserias de un megaproyecto de ambici¨®n desbocada¡ solo en verano, solo antes del primer d¨ªa de trabajo. Despu¨¦s, la nada. Y en el futuro, ahora mismo, solo una cosa: Boston Celtics con las escobas. Ma?ana, cuarto partido, flus flus.