Amarga vuelta a pista de Doncic, final revitalizante para los Jazz
La eliminatoria queda empatada. Doncic regres¨® de su lesi¨®n y jug¨® un partidazo, pero los Jazz minimizaron errores y van hacia arriba.


Las estrellas no son infalibles. Luka Doncic es lo es. En su regreso a las pistas, pese al aura de Midas que desprende, no pudo convertir en oro un resultado que para ellos es medalla de plata. Porque tuvo m¨¦rito el recuperarse en un mal inicio y acabar compitiendo hasta el final del encuentro. Lo que tiene el resultado es que para los Jazz, adem¨¢s de la medalla, se siente como si ese oro fuera de 24 quilates. En su caso la recuperaci¨®n no responde al propio partido sino al completo de la eliminatoria: estaban dando una imagen muy mala, rozando lo p¨¦simo porque no ten¨ªan delante al principal jugador del rival e iban perdiendo, y ahora afrontan los dos siguientes encuentros con unas sensaciones mucho m¨¢s elevadas en temperatura y calidad que las que ten¨ªan horas antes de este cuarto choque.
Utah Jazz venci¨® 100-99 en un final con mucho a repasar. Rudy Gobert por fin hizo da?o en la zona, con sus rebotes ofensivos en el ¨²ltimo cuarto y con un alley-oop ganador a pase de un Mitchell con el que las malas lenguas dicen que se lleva mal y que no le pasa el bal¨®n (esto ¨²ltimo s¨ª es veraz). Powell, que no pudo cubrir al franc¨¦s en la zona, se llevar¨¢s las cr¨ªticas m¨¢s feroces: su entrada fue floja y en el ¨²ltimo minuto se coron¨®, en el mal sentido, al fallar dos tiros libres que hubieran sentenciado casi la victoria de los suyos. Doncic no pudo ejecutar el ¨²ltimo tiro al ser defendido en doble y Dinwiddie, al que le cay¨® el bal¨®n, err¨®. Porque no todos los d¨ªas sale todo.
Los m¨¢s viejos del lugar ya lo ve¨ªan. Luka Doncic tendr¨ªa una restricci¨®n de minutos pero, por lo que le conocemos, se crece en estos ambientes y parece como si el dolor se evaporara de su cuerpo cual sudor. El esloveno se fue por encima de la media hora de juego y aport¨® 30 puntos a la causa de sus Mavericks. La pena para ¨¦l fue esa posesi¨®n final en la que se vio impedido, porque ven¨ªa de encestar un triple a medio minuto del final que se daba como sentencia. Se le vio ¨¢gil pese a que la lesi¨®n en el gemelo no estar¨¢ curada del todo. Le han recuperado y ahora vienen dos encuentros en los que querr¨¢n cerrar la serie antes que jug¨¢rsela a la carta, como el a?o pasado, del s¨¦ptimo y definitivo. Encaminados a ese escenario vamos.
Doncic abri¨® juego con dos canastas y una asistencia a Powell, su mejor socio en la zona. Iba a hacer falta meterle en partido porque Maxi Kleber, h¨¦roe en el segundo y tercer encuentro con sus triples y la rotura del efecto matador de Gobert en la zona, no tuvo su d¨ªa: cuatro faltas en cinco minutos acabaron pr¨¢cticamente con su participaci¨®n antes del descanso. Pero en el bando de Snyder hab¨ªa respuestas. La cr¨ªtica le hab¨ªa hecho reaccionar y ni siquiera iba a ser con esa alineaci¨®n de bajitos y Eric Paschall de p¨ªvot, o d¨¢ndole la oportunidad a un apartado Rudy Gay, para nada, tocaba pelear con lo que ya ten¨ªan y les ha dado r¨¦dito todo el a?o. Ajust¨¢ndolo, claro. Bojan Bogdanovic, aquel que dec¨ªan que no defend¨ªa, se puso a presionar? a toda pista a Brunson para cansarle y tener que forzar m¨¢s a Doncic. Dentro el que hac¨ªa de pared era Hassan Whiteside, que deb¨ªa demostrar su utilidad como suplente de Gobert. Con todo ello los Jazz empezaron a construir desde la defensa y sacaron la garra de un p¨²blico que les empuj¨® bien toda la noche. La comuni¨®n estaba hecha. Contado todo esto, para ver lo dif¨ªcil que lo ponen los Mavs, los Jazz s¨®lo lograron ponerse por delante en la ¨²ltima jugada del cuarto inicial.

Clarkson se convirti¨® en el arma m¨¢s potente de los Jazz en la primera parte. Abr¨ªa el campo y lo cerraba ante s¨ª para meter la mayor¨ªa de balones que a ¨¦l llegaban. Dec¨ªa mal de Mitchell, que otro d¨ªa m¨¢s tard¨® en llegar al partido, y de un Conley que no es ni la sombra de s¨ª mismo. Con el escolta de origen filipino a tope s¨ª se consigui¨® revertir la tendencia. El control estaba ahora en manos de Utah, que se marchaba en el marcador con distancias de diez puntos o superior. La entrada de Doncic en el tramo final del segundo periodo fue la calma necesaria para los Mavs, que en ese punto se llegaron a perder seriamente. La defensa local les estaba matando y ni a Bullock ni a Bertans ni -sobre todo- a Dinwiddie, hoy suplente, les entraban los tiros de otros d¨ªas. Al descanso, +12 para Utah.
Dallas es un equipo perro, sabe sacar lo mejor de sus circunstancias para hacerse valer. En una noche de bajo acierto sigui¨® apostando por los valores seguros, como Brunson, y que ellos dirigieran las operaciones hasta llegar al final. En el momento de banquillo de Doncic en el tercer cuarto todo salt¨® por los aires: cuatro triples, dos de Jalen y dos de Dorian, tiraron abajo la desventaja y pusieron arriba otra vez a los texanos. En el momento de las sorpresas que agradan a los ojos apareci¨® Juancho Hernang¨®mez para sostener ese arre¨®n en los Jazz con un tiro de tres de su cuenta y dos defensas buen¨ªsimas. Y ah¨ª, al filo de la media noche en Espa?a, todo parec¨ªa preparado para un final de ¨¦sos en los que no puedes pesta?ear. As¨ª fue. Gobert empez¨® a ser un tormento en la captura del rebote, donde se infl¨®, pero no lo convert¨ªa en tantos puntos porque fallaba en la l¨ªnea de personal. Doncic, que sabe c¨®mo es, intent¨® sacarle alguna falta de m¨¢s y que se picara con ¨¦l. Frente al largo galo, con un paso atr¨¢s que tan bien hace y mir¨¢ndole a los ojos advirti¨¦ndole segundos antes, encest¨® ese tiro frontal con el que casi le da la victoria y una ventaja enorme en la serie a los Mavs. Pero, no, el que iba a fallar los lanzamientos en parado iba a ser otro. Dwight Powell no acert¨® con sus dos oportunidades en el minuto final y Rudy Gobert contest¨® en una acci¨®n r¨¢pida y mal defendida.