Luc Longley, el jugador olvidado
El que fuera p¨ªvot de los m¨ªticos Bulls de Jordan no sali¨® en The Last Dance. En Australia, preparan su propio documental. En su curr¨ªculum, tres anillos de campe¨®n.
La NBA se basa en nombres convertidos en leyendas. Estrellas extraordinarias que han dejado su huella, han conseguido escribir las mejores p¨¢ginas de un deporte llamado baloncesto, que han trascendido m¨¢s all¨¢ de la pista y resuenan constantemente, positiva o (a veces) negativamente, en los albores de la opini¨®n p¨²blica, ese lugar en el que se libran las batallas que deciden las guerras. Bill Russell y Wilth Chamberlain, h¨¦roes casi prehist¨®ricos, siguen en la boca del aficionado, al igual que un pionero como George Mikan, el logo de Jerry West, la gloria ignorada de los 70 o los duelos entre Magic Johnson y Larry Bird, una d¨¦cada m¨¢s tarde. Son parte esencial e imprescindible de una competici¨®n que ha convertido dichos hombres en aut¨¦nticas deidades, ha potenciado su leyenda y en estos nuevos tiempos, ha sabido adaptarse a nivel social, racial y cultural, ha conseguido que emerjan estrellas una tras otra y se han basado en el discurso y la narrativa que les acompa?a casi de forma inherente, para expandirse a todos los rincones del planeta.
En toda esa historia, forjada por hombres hist¨®ricos, emergen de cuando en cuando h¨¦roes inesperados, entrenadores legendarios, figuras tit¨¢nicas y segundas espadas trascendentales. Y tras todo ello, tenemos una ristra enorme de jugadores olvidados, a veces ignorados, pero siempre existentes en cualquier equipo ganador, ya sea como testigos directos o como participantes de momentos que han quedado grabados en la retira de los aficionados. Siempre hay alguien que no cuadra ente tanto nombre reverencial, que son meros acompa?antes pero que han estado ah¨ª, en el momento de la verdad, formando parte de franquicias que han tocado la gloria o se han quedado realmente cerca de ella. Aunque en este caso, y para entrar en esa consabida historia, tocar la gloria en forma de anillos suele ser esencial para marcar una ¨¦poca y trascender m¨¢s all¨¢ de lo meramente anecd¨®tico.
Entre esos campeones no tan famosos, que han sido testigos directos o participantes activos de momentos esenciales para entender la NBA, se encuentra Luc Longley. Nacido en Australia un 19 de enero de 1969, el p¨ªvot emigr¨® pronto a Estados Unidos, donde se form¨® en la Universidad de Nuevo M¨¦xico. Lleg¨® a la NBA en 1991, en el puesto 7 de la primera ronda del draft, para recalar en una franquicia de solo dos a?os de existencia, los Timberwolves, que aterrizaron en la NBA con la expansi¨®n de 1989. Sin embargo, y a pesar de llegar en un puesto alto del draft, el p¨ªvot no destac¨® especialmente en sus primeros a?os en la competici¨®n norteamericana. En la 1993-94, fue traspasado a unos Bulls que se encontraban en su primer a?o post Jordan. Y ah¨ª su vida profesional cambi¨® de forma gradual, paulatina, sin grandes alardes pero siendo un martillo pil¨®n que se convirti¨® en una figura esencial en el esquema de Phil Jackson y su afamado tri¨¢ngulo, creado por Tex Winter y perfeccionado por la eterna (y eternizada) figura del Maestro Zen.
Un jugador de rol convertido en ¨ªdolo
Longley era un jugador de cualidades peculiares, muy apreciadas por Phil Jackson pero con poca cabida en una NBA donde los p¨ªvots dominantes (Robinson, Olajuwon, Shaquille, Ewing...) y los ala-p¨ªvots talentosos (Barkley, Malone...) eran las figuras que mandaban y predominaban. Longley med¨ªa 2,18 y pesaba en torno a 120 kilos cuando estaba en forma, pero no ten¨ªa una gran capacidad de salto ni un cuerpo atl¨¦tico o explosivo. Nunca pas¨® de los 6 rebotes por partido de media, ni de los 2 tapones. Ni ten¨ªa unos movimientos extraordinarios en el poste o facilidad para el mate. Sin embargo, cumpl¨ªa en defensa y s¨ª se adaptaba muy bien al tri¨¢ngulo. Hac¨ªa de v¨¦rtice interior del mismo cuando era necesario, favorec¨ªa muy bien a la circulaci¨®n del bal¨®n, resolv¨ªa bien y sin grandes alardes cerca del aro y cumpl¨ªa en defensa. Estas caracter¨ªsticas eran muy valoradas por el Maestro Zen, que siempre ha explotado en sus equipos a jugadores que otros no consideraban tan talentosos. Pas¨® en ese momento con Longley y tambi¨¦n, a?os despu¨¦s, con hombres como Derek Fisher o, en menor medida, Luke Walton.
El car¨¢cter agradable de Longley y su bonach¨®n f¨ªsico causaron sensaci¨®n en el United Center. Andr¨¦s Montes, por su origen australiano, le apod¨® Cocodrilo Dundee en referencia a la pel¨ªcula, y la afici¨®n coreaba eso de "Luc, Luc Luc" cada vez que recib¨ªa el bal¨®n. Longley disput¨® 62, 59 y 58 partidos en las tres temporadas del ¨²ltimo three peat de los Bulls, y fue titular en todos y cada uno de ellos, demostrando as¨ª que se hab¨ªa ganado la confianza de Phil Jackson. Promedi¨® 9,1 puntos en esas dos primeras campa?as, y 11,4+5,9 en el ¨²ltimo curso, topes de su carrera y ¨²nica vez que consigui¨® dobles d¨ªgitos en anotaci¨®n. Y se llev¨® tres anillos, claro, lo mejor de su curr¨ªculum y unos campeonatos que te aseguran la gloria eterna y justifican cualquier paso por la mejor Liga del mundo. Tras esos a?os, pas¨® por Phoenix tras el desmantelamiento del proyecto de los Bulls en los Knicks, en la 2000-01. Pero su fama siempre se bas¨® en sus a?os en Chicago, en su conexi¨®n con el p¨²blico y en el hecho de haber formado parte de uno de los mejores equipos de la historia. El del 72-10, el 69-13, las Finales contra los Jazz, compartiendo equipo con Jordan, Pippen, Rodman, Harper, Kerr...en fin. Casi nada.
The Last Dance
Longley, mucho tiempo despu¨¦s de su retirada y de sus consabidos a?os de gloria, ha vuelto a ser protagonista en sus ¨²ltimas fechas. Y ha sido precisamente por su ausencia en el documental con el que Michael Jordan amenaz¨® la cuarentena mundial que se produjo por culpa de la pandemia del coronavirus. En un espectacular art¨ªculo publicado en la ABC por Greg Hassall y Caitlin Shea, se relatan las molestias que ha ocasionado a Longley el hecho de no aparecer en el documental a pesar de estar presente en casi la totalidad de las im¨¢genes hist¨®ricas recabadas. Algo extra?o si adem¨¢s tenemos en cuenta que el documental, si bien repasa la carrera de His Airness, se centra en la temporada 1997-98, la mejor a nivel estad¨ªstico de un Longley que era, adem¨¢s, uno de los favoritos de la afici¨®n y alguien cabal y agradable en el vestuario. El hecho de no estar ha sorprendido a muchos, y se ha querido reivindicar su figura en este art¨ªculo en incluso se ha hablado de sacar su propio documental en Australia.
"Sentado en el sof¨¢ y viendo como no estaba a medida que pasaban los cap¨ªtulos, me fuis desanimando", ha admitido el antiguo p¨ªvot. Steve Kerr, su compa?ero de equipo por aquel entonces, not¨® la ausencia de Longley: "S¨¦ que le molest¨®". "Lo peor para ¨¦l era que el tel¨¦fono no paraba de sonar para que le preguntaran por qu¨¦? no hab¨ªa salido", aseguraba la mujer de Luc. Jordan, por su parte, se ha quejado de lo ocurrido y ha reconocido que fue un error, y que si pudiera cambiar algo ser¨ªa para incluir al que fuera su compa?ero. Jason Heir, director de la serie, se excus¨® en la log¨ªstica para justificar la omisi¨®n de Longley, que ni siquiera fue entrevistado. Seg¨²n Heir, esto es debido a la lejan¨ªa que hay entre Estados Unidos y Australia, un viaje que no compensaba para hablar con un jugador que, a pesar de ello, esperaba salir m¨¢s en el documental.
De una forma u otra, la historia de Longley ha vuelto a salir a la luz precisamente por esto, y su no inclusi¨®n en The Last Dance no esconde la realidad: la de ese ni?o que quer¨ªa ser arquitecto subacu¨¢tico, se dedic¨® profesionalmente al baloncesto por obra y gracia de su entrenador Adrian Hurley, pas¨® "el a?o m¨¢s horrible" de su vida en Minnesota y, al final, hizo historia. La hizo siendo el primer asutraliano en firmar un bono de un mill¨®n de d¨®lares, pero tambi¨¦n siendo el ¨²nico de su pa¨ªs en ganar m¨¢s de una vez el anillo de la NBA. Y fue pionero de una generaci¨®n que hoy cuenta con nombres ilustres como Patty Mills, Andrew Bogut, Aaron Baynes o Matthew Dellavedova. Un hombre hist¨®rico, dentro de su nivel, y que no ha salido en un documental que ha trascendido hasta niveles insospechados. Pero cuya ausencia en el mismo, claro, no significa que no estuviera all¨ª. Luc Longley, Cocodrilo Dundee, fue el p¨ªvot de los tres ¨²ltimos anillos de los Bulls de Jordan. Y eso, ya se sabe, es para siempre.