Estados Unidos evita el cataclismo ante Argentina
Campazzo, Scola, Laprovittola, Vildoza y compa?¨ªa pagan los platos rotos de unos estadounidenses en versi¨®n acertada (44,8% en triples).


El partido amistoso entre Estados Unidos y Argentina, correspondiente a la preparaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos que est¨¢ teniendo lugar en Las Vegas, era lo menos parecido a un amistoso en el pa¨ªs norteamericano. Despu¨¦s de perder con Nigeria y Australia, una tercera derrota seguida habr¨ªa supuesto un cataclismo en el baloncesto estadounidense. Lo nunca visto para un equipo que, sin varios de su mejores jugadores (LeBron, Curry, Kawhi, Davis...), sigue siendo el favorito n¨²mero uno al oro en Tokio y que no puede tener otro objetivo. Por historia y por recursos de una plantilla que est¨¢ muy lejos de estar coja. M¨¢s lejos que ninguna otra. Esta vez se vieron las grandes virtudes y apenas aparecieron los pocos defectos de EE UU, que gan¨® con tremenda superioridad a Argentina (108-80), una selecci¨®n que, recordemos, es la actual subcampeona del mundo.
Una subcampeona del mundo, eso s¨ª, que no parece llegar en el mejor momento a estos Juegos. Se podr¨ªa pensar que no liga bien con Estados Unidos y su superioridad f¨ªsica, terreno donde se manejaron sin despeinarse los nigerianos hace unos d¨ªas. Pero Argentina ya ha perdido con Australia y con Nigeria (de 22), las mismas derrotas que su rival de esta noche. Si esto fuese una liguilla estar¨ªamos ante el duelo de colistas, pero s¨®lo los argentinos ejercieron como tal. Si en los dos partidos anteriores Estados Unidos hab¨ªa sufrido por dentro (Popovich s¨®lo ha reclutado a tres interiores puros: Adebayo, Green y Love), Argentina se lo puso m¨¢s f¨¢cil que nadie hasta ahora. Luis Scola hace lo que puede, que con 41 a?os es mucho, pero la edad se nota bastante. Marcos Delia es un currante al que no se le puede pedir genialidades. Y Francisco Caffaro promete pero est¨¢ a¨²n verde para estos lances (s¨®lo jug¨® 2 minutos).?
Sin la preocupaci¨®n de sufrir por dentro, Estados Unidos sac¨® su versi¨®n demoledora en FIBA. Esa en la que anotan y anotan desde fuera a un ritmo imposible de seguir por los rivales, que salen perdiendo en el intercambio de canastas de dos propias por las de tres ajenas... Cuando consiguen anotar de dos. En la primera parte s¨ª y se fueron al descanso s¨®lo 16 abajo. En la segunda mitad poco a poco los argentinos se dejaron llevar por el correcalles en el que tambi¨¦n se maneja su rival cuando le entran los tiros y eso fue su perdici¨®n. Ya hab¨ªan mostrado s¨ªntomas de perder el control en el segundo cuarto, cuando Facundo Campazzo no jug¨® ni un minuto por un golpe en el costado. Para cuando el Facu volvi¨® a pista tras el descanso el partido se les hab¨ªa ido de las manos. Los cinco titulares estadounidenses (Lillard, Beal, LaVine en sustituci¨®n de Tatum, Durant y Adebayo) estaban en una misi¨®n. Salvar a su pa¨ªs de tropezar tres veces seguidas con la misma piedra. Y vaya si lo consiguieron.
Los cinco acabaron con dobles d¨ªgitos de anotaci¨®n, los tres con +/- superiores a los 20 tantos. Durant (17 puntos, 66,7% en tiros de campo, 60% en triples) y Beal (17 tantos, 62,5% en tiros de campo, 50% en triples) demostraron porqu¨¦ son dos de los mejores anotadores de la NBA, castigando a la defensa argentina desde todos los ¨¢ngulos. LaVine, novedad en la alineaci¨®n titular, no desenton¨® para nada e incluso dej¨® la jugada de la noche con un impresionante mate con p¨®ster incluido. Los ¨²ltimos minutos, con el partido ya visto para sentencia, sirvieron para que Luca Vildoza se reivindicase ante los espectadores norteamericanos (a¨²n espera su debut con los Knicks) y para que Leandro Bolmaro se dejase ver con varias jugadas de fantas¨ªa marca de la casa. Sin embargo, si alguien tiene que sentarse en el div¨¢n esta noche son los argentinos, que a¨²n est¨¢n por ganar un partido. Los estadounidenses pueden dormir tranquilos, de momento. El viernes juegan de nuevo con Australia y el domingo contra Espa?a en el ¨²ltimo aperitivo, veremos si envenenado, antes de poner rumbo a Jap¨®n.