Los Jazz van muy en serio

Mitchell fue el desatascador tras el primer tropiezo y el cuchillo en los siguientes asaltos. Tras anotar 109 puntos en el encuentro inicial, el promedio con ¨¦l subi¨® hasta 127,3 en el resto de partidos. Ah¨ª marc¨® el list¨®n y ah¨ª lo ha mantenido hasta acabar con Memphis Grizzlies (126-110). Hoy, 30 puntos, 6 rebotes y 10 asistencias con un 5 de 8 en triples (62,5%). Sublime. Director y ejecutor. Un jugador de la gama alta de la NBA, aunque cueste situarlo tan arriba. Se enfad¨® por su no presencia en el encuentro inicial y ha ido justificando el porqu¨¦. ?l sab¨ªa lo que se tra¨ªa entre manos. Y eso mismo, esta madrugada, no ha permitido a los Ja Morant y compa?¨ªa ponerse por delante en el marcador ni una sola vez. Victoria de principio a fin, sin matices, sin respuestas, sin grises. Blanca, muy blanca para los locales; aunque no negra para los visitantes, que se llevan muchas cosas de provecho.

Los Jazz llegaban avisados. En el corto y en el largo plazo. En la memoria y en el presente. 3-1 y la posibilidad de rememorar recuerdos horrendos para sus intereses. "Obviamente, recordamos ese sentimiento y no es algo que queramos volver a experimentar", confesaba Mike Conley en la previa. La misma ventaja que, en los anteriores playoffs, en los 475 puntos de Mitchell y Jamal Murray (al que se echa de menos por aqu¨ª), se hab¨ªa esfumado con tres derrotas seguidas. Una distancia que, ante la mirada depredadora de Ja Morant o Dillon Brooks no pod¨ªa estar a salvo. Porque, s¨ª, es un marcador, hist¨®ricamente, dif¨ªcil de salvar; pero s¨ª, tambi¨¦n son unos rivales que s¨®lo viven el presente, lo que han conocido y lo que han exprimido en todos los partidos de la serie, resucitando una y otra vez (aunque de manera insuficiente) en los ¨²ltimos cuartos de desventajas que alcanzaban los dos d¨ªgitos. El escenario fue ese al llegar al cuarto definitivo (con hasta 35 puntos de diferencia durante el partido), pero no se pudo alzar el vuelo como en otras ocasiones, ni para unas cosquillas.

Morant y Brooks, eso s¨ª, lo intentaron, con 27 puntos cada uno y una aut¨¦ntica exhibici¨®n desde el triple (5 de 9 y 3 de 5 respectivamente), pero no hubo manera. Ni con la compa?¨ªa de Jaren Jackson Jr. (15+7) y Jonas Valenciunas (18+6). Delante, el dominio se extend¨ªa por todos los campos. En el juego interior y en el per¨ªmetro, en la circulaci¨®n y en el acierto, que se situaba, en general, en ¨ªndices a evaluar. 24 puntos para Clarkson, de oficio microondas, y reparto de tareas entre el resto: 23+15 para Rudy Gobert, 17+6 para Royce O'Neal, 17+8 para Bojan Bogdanovic... La ¨²nica noticia negativa, unas molestias de Conley que, de cara a los pr¨®ximos desaf¨ªos, puede suponer un salto significativo en la dificultad. Abandon¨® el parido a nueve minutos del descanso y no volvi¨® por un dolor en los isquiotibiales. "En el primer cuarto, sent¨ª s¨®lo un peque?o tir¨®n, avis¨¦ al personal m¨¦dico, pero me dol¨ªa cada vez m¨¢s a medida que corr¨ªa, as¨ª que decidieron que abandonara el partido", declar¨® el base tras eliminar a sus ex.

"No hay nada de lo que sentirse frustrado cuando est¨¢s peleando as¨ª contra el mejor equipo de la NBA. Tienen respuesta para todo y estamos dando todo lo que tenemos", hab¨ªa asegurado Taylor Jenkins en la previa. Ni a Utah ni a Memphis. Nadie ha regalado nada a ninguna de las dos franquicias. Si los de Quin Snyder llegaban como primeros a la fase final era gracias a un sistema que funcionaba. Al poder interior de Gobert, como planeta y fuerza de gravedad, y a la voracidad ofensiva del per¨ªmetro, poblada de sat¨¦lites orbitando alrededor (Bogdanovic, Ingles...). A la frescura de Clarkson, el Mejor Sexto Hombre de la competici¨®n y, en gran medida, al talento de un Conley, por fin, All Star y de un Micthell haciendo valer su papel de estrella, aunque sea en un equipo tan coral. Y si los de Jenkins lo hac¨ªan tras superar a San Antonio Spurs y a Golden State Warriors en el play-in era por su descaro, su nada a perder y un arsenal f¨ªsico y de posibilidades que parece no tener fin. Los ¨²ltimos pueden estar orgullosos y, los primeros, deben sacar su orgullo para seguir demostrando que lo de la temporada regular no era una broma, que van muy en serio.