Lillard: historia, drama y derrota
Doce triples, r¨¦cord absoluto en playoffs, y 55 puntos para Damian Lillard. Una actuaci¨®n de leyenda que, sin embargo, no fue suficiente: los Nuggets ganaron tras dos pr¨®rrogas.


Hay que frotarse los ojos. Damian Lillard es un jugador distinto a casi, casi todos los que han pisado las pistas en toda la historia de la NBA. Tal vez sea lo m¨¢s parecido a Stephen Curry, por ¨¦tica y sobre todo por est¨¦tica. Una nueva raza, jugadores imposibles ni siquiera de imaginar hace no tanto. De videojuego, de pel¨ªcula, de fantas¨ªa. Lillard lleva en la NBA desde 2012, ha llegado a los 30 a?os y no ha hecho m¨¢s que repetir que quiere seguir en Portland Trail Blazers, ganar con Portland Trail Blazers. Forjado en la parte dura de la Bah¨ªa de San Francisco, precisamente la que levant¨® el culto a Stephen Curry antes de la fuga de Oakland, es una estrella leal y de vieja escuela¡ cuya mentalidad de roca va camino de ser probada otra vez despu¨¦s de una temporada, una m¨¢s, en la que los Blazers pueden quedarse cortos: un 147-140 tras dos pr¨®rrogas dram¨¢ticas, desde ya un cl¨¢sico moderno de playoffs, pone a los Nuggets 3-2, a tiro de segundan ronda y con el hipot¨¦tico s¨¦ptimo de vuelta en Denver si no cierran la serie ma?ana, en Oreg¨®n. Pero cuidado: hace dos a?os, en semifinales de Conferencia, la situaci¨®n era id¨¦ntica y los Blazers escaparon vivos con dos triunfos seguidos, el ¨²ltimo en las Rocosas. Hay mucho que jugar todav¨ªa y si hay s¨¦ptimo es dif¨ªcil apostar ah¨ª, en la hora de los asesinos, contra Damian Lillard.
Es curioso: los Blazers arrasaron a los Nuggets en el cuarto partido con solo 10 puntos y una canasta de Lillard (un triple de seis intentos). Los de Michael Malone, satisfechos por el 2-1 que ya ten¨ªan y por el factor cancha recuperado, se esforzaron menos de lo debido (lo dijeron ellos mismos) y anotaron 95 puntos contra la porosa defensa de su rival. Esta vez, con dos pr¨®rrogas, fueron 147. En total, 52 m¨¢s. Y, por eso, los Blazers que hab¨ªan sabido ganar con 10 puntos de Lillard no pudieron sacar adelante un partido en el que su base, su estrella, su jugador franquicia, su todo, anot¨® 55 puntos, reparti¨® 10 asistencias y revent¨® el r¨¦cord de triples en una noche de playoffs: 12. La mejor marca hasta ahora eran los 11 de Klay Thompson hace cinco a?os, en la legendaria remontada de los Warriors en OKC. Despu¨¦s de esos doce y esos once, Lillard tiene tambi¨¦n las dos siguientes marcas, diez y nueve.
No fue solo eso. Lillard acab¨® con un 17/24 en tiros, un sobrenatural 12/17 en triples, un 9/10 en tiros libres, una sola p¨¦rdida y ni una falta personal en m¨¢s de 52 minutos en pista. Nadie, fase regular o playoffs, hab¨ªa sumado m¨¢s de 50 puntos, 10 asistencias y 10 triples en un partido. Nadie hab¨ªa anotado tanto con menos tiros (24). Nadie hab¨ªa hecho 55 puntos con casi un 97% en true shooting percentage (el baremo que cruza todos los tiros realizados en todos los puntos sumados). Entre los pasados playoffs, los de la burbuja, y estos, los Nuggets han sobrevivido en dos partidos en los que se han llevado 57 puntos de Donovan Mitchell y 55 de Lillard. Son las dos cifras m¨¢s altas en una derrota en playoffs solo por detr¨¢s de los 63 de Michael Jordan en el Boston Garden, contra los Celtics. La noche en la que Larry Bird dijo que hab¨ªa visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto. Hoy cualquiera en Denver, incluidos los m¨¢s de 10.500 aficionados que alucinaban en las gradas, podr¨ªa repetirlo sin que suene a herej¨ªa: estaban viendo a Dios disfrazado de jugador de baloncesto.
Un Dios vengativo, salvaje, de belleza y crueldad. Como sucede con Curry, las r¨¢fagas de triples imposibles de Lillard tienen un efecto psicol¨®gico devastador en el rival, que siente que haga lo que haga, va a perder. Que con ninguna ventaja est¨¢ a salvo, que siempre tendr¨¢ un cuchillo en la espalda. Ese es el gran m¨¦rito de los Nuggets, que salieron en estampida, corrigiendo su falta de actitud del anterior partido, y amasaron un 54-32 que amenazaba paliza en el segundo cuarto. Pero los Blazers revivieron con un +17 en seis minutos (6-23) y convirtieron un 59-39 en el 65-62 del descanso. El escenario para el drama estaba listo.
Lillard forz¨® la primera pr¨®rroga con un triple a falta de tres segundos. En la segunda firm¨® un ejercicio de escapismo incre¨ªble: 132-123 en el ecuador y 12 puntos del base para el 135-135 final. En la segunda pr¨®rroga puso a su equipo por delante (138-140) pero ya no pudo m¨¢s. Y nadie le ayud¨®: los Nuggets anotaron los ¨²ltimos nueve puntos, incluido un triple vital de Michael Porter Jr (143-140) mientras los compa?eros de Lillard eran incapaces de hacer el m¨ªnimo. En el ¨²ltimo minuto, y todav¨ªa a tiro, Covington fall¨® un mate y McCollum pis¨® la l¨ªnea. El desastre. Los Nuggets ganaron con un Nikola Jokic extraordinario (38+11+9) y una ayuda esencial de Morris (28 puntos) y Porter Jr (26 y 12 rebotes con un 10/13 en tiros). Incluso sin Jamal Murray (y sin Will Barton) est¨¢n a un paso de la segunda ronda. El m¨¦rito es bestial.
Cuando pase la admiraci¨®n, si es que pasa, a lo que ha hecho Lillard, se hablar¨¢ m¨¢s de lo que no hicieron sus compa?eros. Sobre todo si este partido acaba siendo bisagra y los Blazers vuelven a caer en primera ronda (ser¨ªa la quinta vez en siete a?os: por ah¨ª est¨¢ el nivel del equipo, por lo tanto). Esta vez Lillard anot¨® 55 puntos y todos sus compa?eros, 85. Meti¨® un 70,8% de sus tiros y los dem¨¢s, el 38% (30/79). Sum¨® un 12/17 en triples por un 9/31 de los Blazers sin ¨¦l. En las pr¨®rrogas su equipo acab¨® con 19 puntos totales. Lillard anot¨® 17. 6/8? en tiros ¨¦l¡ 1/19 los dem¨¢s. En cierto modo, una cruel met¨¢fora de lo que son estos Blazers. Ni Powell (13 puntos, 14 tiros) ni McCollum (18 y 22) ni Carmelo (8 y 11)¡ Lillard solo necesitaba una m¨ªnima ayuda. Y no la encontr¨®.
Lo que queda, finalmente, es un partido para el recuerdo, de leyenda. Una resoluci¨®n apasionante y una demostraci¨®n individual de otro mundo, culminada de forma il¨®gica con el amargo sabor de la derrota. Y queda el punto ¨¢lgido de un drama que se puede cerrar ma?ana (02:00), en Portland... o lanzarse a las calderas del s¨¦ptimo. Y queda Damian Lillard, siempre Damian Lillard. Un asesino al que nunca hay que descartar. Jam¨¢s. As¨ª que, por encima de todo, queda eliminatoria.