El descenso al infierno del Estudiantes: una d¨¦cada negra
Los males del conjunto colegial, reci¨¦n descendido, no comenzaron esta temporada. Lleva diez a?os sin rumbo, con una grave crisis econ¨®mica, deportiva e institucional.
Y el c¨¢ntaro se rompi¨®. El Movistar Estudiantes ha descendido a LEB Oro tras una d¨¦cada jugando sobre el alambre y deja la ¨¦lite del baloncesto espa?ol por primera vez en su historia: solo el Madrid, el Joventut y los colegiales presum¨ªan de haber disputado todas las temporadas desde el nacimiento de la Liga Nacional en 1957. En total, 27 campa?as en el torneo pre-ACB y 38 en la Liga Endesa. Una trayectoria envidiable, con tres Copas del Rey y cuatro subcampeonatos ligueros, que se ha hecho a?icos despu¨¦s de diez a?os de aut¨¦ntica pesadilla para los aficionados estudiantiles.
Porque esta no es la primera ocasi¨®n que el Estu cae a Segunda. En 2012 y 2016 se mantuvo en la categor¨ªa en los despachos, por la imposibilidad de los clubes de LEB Oro de pagar el canon de ascenso. Esta vez no ocurrir¨¢. Incluso, hay una tercera vez, si se cuenta la pasada campa?a, cuando el coronavirus par¨® una ACB con el equipo colista y cinco triunfos de 23 posibles.
La ca¨ªda al abismo esta temporada tiene un diagn¨®stico claro: el Estudiantes ha sido peor que otros 17 equipos. No hay m¨¢s vueltas de hoja. Un escenario propiciado por perder los nueve ¨²ltimos partidos de Liga, cuatro de ellos contra rivales directos por la salvaci¨®n¡ y en el WiZink Center: UCAM Murcia, Coosur Betis, Monbus Obradoiro y Urbas Fuenlabrada. Un descalabro que aprovech¨® muy bien el Bilbao, con tres victorias en las cuatro jornadas finales. Un enorme aplauso para los hombres de ?lex Mumbr¨², que nunca desfallecieron.
Si profundizamos m¨¢s, hay mucho m¨¢s, claro. Empieza en verano, con la salida de Willy Villar direcci¨®n Gran Canaria antes de concluir la planificaci¨®n de la plantilla. Y se not¨®. Con su adi¨®s, ??igo de la Villa cogi¨® las riendas de una direcci¨®n deportiva. Un ascenso que no se anunci¨®, que qued¨® sumido en la sombra, dentro de esa pol¨ªtica oscurantista que se practica en las altas esferas del Estu desde que todo comenz¨® a ir mal. Y, claro, las responsabilidades brillan por su ausencia.
El aroma de vivir en el pasado, en tiempos anteriores, de espaldas a la cruda realidad, flota en el Ramiro. Un estado de ¡°todav¨ªa somos grandes¡± que ha bunkerizado la instituci¨®n frente a los ataques (supuestos, imaginarios en la mayor¨ªa de las veces) que provienen del exterior. ¡°Somos el Estudiantes, el primer equipo de muchos, el segundo de todos¡±, es la frase m¨¢s repetida por el presidente Fernando Galindo, un as en lo econ¨®mico, pero que cojea en lo deportivo. Un dicho mentiroso, que nadie se cree y que ha sido dilapidado con el paso de los a?os.
Las claves del descenso
Dec¨ªamos que cojea en lo deportivo, porque nuevamente la planificaci¨®n deportiva no ha sido la mejor esta temporada. Comenz¨®, como apunt¨¢bamos, con el cambio en la direcci¨®n deportiva y continu¨® con la renovaci¨®n del t¨¦cnico Javi Zamora, que hab¨ªa asumido el banquillo colegial la pasada campa?a tras la destituci¨®n de Dzikic. No es ning¨²n secreto que Zamora no contaba con la confianza m¨¢xima de todo el club. Mal presagio para un a?o que se antojaba dif¨ªcil con pocos recursos, con la sombra de las pasadas temporadas y con una plantilla muy renovada.
Porque, aunque a priori la composici¨®n de la plantilla no pintaba mal, analiz¨¢ndola detenida y profundamente se encontraban agujeros que con el paso de los partidos se fueron agrandando. Desde el primer momento se vio que el Estu cojeaba en varios puestos. Jackson y Giedraitis ayudaban en el puesto de alero, pero ese no es su puesto natural. En el cuatro, Brown quedaba lejos de ser ese jugador diferencial que su plaza de extracomunitario otorga. En el cinco, Delgado tard¨® en coger la forma y partido tras partido los p¨ªvots rivales dominaban con claridad en las zonas.
Estaba claro que hab¨ªa que reaccionar y mirar al mercado. Movistar Estudiantes lo hizo, mejor¨® su plantilla con Gentile, un alero puro (que vino a sustituir a Jackson, lesionado de larga duraci¨®n), y con Koumadje, una torre de 2,24 que se convirti¨® en el techo de la Liga. Gentile s¨ª aport¨® lo que se esperaba de ¨¦l, pero con Koumadje, que vino con un contrato de dos meses, qued¨® la sensaci¨®n de que Zamora ni siquiera le prob¨®. Motivos, se ha de suponer, habr¨¢ o deber¨ªa haberlos, pero muy lejanos quedan esos grandes minutos del africano en Sevilla, determinante para la victoria por uno ante Coosur Betis.
Las victorias, con Gentile tomando responsabilidad, con Avramovic de l¨ªder y con la explosi¨®n de Giedraitis, empezaron a llegar. Con cuentagotas, eso s¨ª, y tres de ellas por un punto. La situaci¨®n no era la id¨®nea, los roles en la plantilla con Zamora continuaban sin estar del todo definidos, pero la sensaci¨®n era que hab¨ªa plantilla para no pasar apuros. Sin embargo, un brote de coronavirus en la plantilla puso todo patas arriba. Todo el mes de enero sin competir. Vuelta a empezar.
La llegada de Barea
En el regreso, ya en febrero, nuevo chico en la oficina. JJ Barea, todo un campe¨®n NBA. Qu¨¦ podr¨ªa salir mal, pensar¨ªa la afici¨®n estudiantil. De primeras, ya hab¨ªa un borr¨®n. Se fichaba a un base cuando ya se ten¨ªan dos en plantilla (Roberson y Cvetkovic), en una muestra m¨¢s que en el Ramiro se ficha por oportunidad de mercado m¨¢s que por necesidad de plantilla. Era mucho m¨¢s ¨²til traer un jugador interior, pero el que se puso a tiro fue Barea, que condicion¨® y enturbi¨® el vestuario.
Al tercer partido de Barea, Estudiantes toc¨® fondo. Derrota en San Sebasti¨¢n ante el colista Acunsa GBC. Se acab¨® la paciencia. Destituci¨®n de Zamora. Lleg¨® Jota Cuspinera, un hombre de la casa, un t¨¦cnico con experiencia, car¨¢cter y aparentemente una buena elecci¨®n. El cambio en el banquillo se not¨®. Volvieron las victorias, cuatro en ocho partidos, y la sensaci¨®n de que el Estu compet¨ªa en cada uno de ellos. Jackson volvi¨® a jugar y, aunque no estaba fino, aportaba ese punto de experiencia y madurez. Delgado era por fin el p¨ªvot que se esperaba, se abona al doble-doble. Avramovic continuaba a gran nivel. Vicedo era aquel canterano que mereci¨® la renovaci¨®n por cuatro a?os. Djurisic, un cuatro solvente.
Las lesiones del ¨²ltimo tramo de temporada
La temporada parece que va a terminar tranquila despu¨¦s de todo, pero llegaron nuevamente las lesiones y en el club no supieron calibrar la magnitud del problema. Lesionado nuevamente Jackson, con Giedraitis fuera de juego desde hace meses y con Gentile con secuelas post-COVID, la situaci¨®n requer¨ªa una respuesta a la altura del problema. Con una victoria m¨¢s, hubiera sido suficiente (teniendo Murcia, Betis, Fuenlabrada y Obradoiro en casa), pero la soluci¨®n fue traer a Laksa y Sakic. Dos jugadores a los que no les pod¨ªas pedir m¨¢s de lo que han dado. Para m¨¢s inri, Roberson tambi¨¦n cay¨® a cinco jornadas del final, Vicedo a cuatro del ep¨ªlogo y Barea se fug¨® a falta de un partido aludiendo motivos familiares.
La situaci¨®n era la que era. Se compiti¨® contra Baskonia, Valencia, Manresa y Fuenlabrada. Incluso ante los dos ¨²ltimos se tiene posesi¨®n para ganar. Pero la plantilla qued¨® muy mermada y casi sin mimbres para competir. Era en ese momento cuando se esperaba un arranque de orgullo, fe, verg¨¹enza torera o incluso cantera. Pero nada de eso parece quedar en el Magari?os, sumido en una grave depresi¨®n. El final, el que muchos supon¨ªan, tras una terrible planificaci¨®n deportiva que ha acabado con el descenso final.
La d¨¦cada p¨¦rdida
Pero no todo es esta temporada. No. Todo tiene un origen y en el caso del Estudiantes es a caballo entre 2010 y 2011. Tras cerrar la fase regular de 2011 en 12? posici¨®n con un balance de 16-18, todo se acelera. Luis Casimiro, el ¨²ltimo entrenador en meter al equipo en el playoff (2010), es invitado a dejar el banquillo. Su sustituto, Pepu Hern¨¢ndez, toda una leyenda en el club. El exseleccionador nacional dura 22 partidos, aunque ¨¦l deseaba salir con insistencia mucho antes. Trif¨®n Poch llega a un rescate que no se produjo y se consumi¨® el primer descenso.
En esos momentos, el club ya estaba inmerso en una grave crisis econ¨®mica derivada de los felices a?os del principio del siglo XXI. En marzo de 2010, se aprueba un concurso de acreedores voluntario por la abultada deuda de casi 11 millones de euros que arrastra la instituci¨®n. Se sale de ella el 14 de octubre de 2011, pero el elefante sigue en la habitaci¨®n. El acuerdo con Hacienda por la deuda privilegiada y general (7,5 millones de euros) se divide en 10 a?os, con pagos anuales de medio mill¨®n durante los seis primeros y de 1,2 millones los cuatro ¨²ltimos. El Estu obedece durante tres: en octubre de 2014 no se puede hacer frente al pago. Se rebaja la deuda 1,5 millones y hasta 2017 no se alcanza otro acuerdo con Hacienda, que establece un nuevo calendario desde 2018 hasta 2023. El pago, 1,4 millones por los intereses cada a?o. Un castigo a las arcas del club que ahora se trata de renegociar: m¨¢s tiempo de devoluci¨®n, menos presi¨®n para esos 5 millones que se contabilizaban a finales de 2019 antes de una pandemia que ha dejado tiritando las fuentes de financiaci¨®n colegiales.
El ox¨ªgeno artificial se consigue, en parte, gracias a Movistar, el patrocinador del club desde 2014, que se mantendr¨¢ hasta 2025 y que se ha hecho de facto con todas las se?as de identidad de club: el m¨ªtico Magari?os (un parque de atracciones con caf¨¦ y polideportivo) es ahora el Movistar Academy Magari?os y el logo de la compa?¨ªa telef¨®nica ha reemplazado al escudo cl¨¢sico en todos los espacios. Solo sobrevive en la parte superior de las camisetas. Una claudicaci¨®n ante las profundas grietas del edificio.
Sin playoff en once a?os
Estos problemas presupuestarios abren una v¨ªa de agua en los ramire?os, que se desorientan y entran en un bucle de ca¨ªda en la d¨¦cada de los 10. No hay un rumbo fijo. Ni proyecto ni futuro. Todo son bandazos. Y el mal se acumula. Por los despachos, han pasado cinco directores deportivos (Azofra, Himar Ojeda, Eduardo Pascual, Willy Villar e ??igo de la Villa) desde la 2011-12. Y por el banquillo, una decena de entrenadores: Pepu, Poch, Vidorreta, Ocampo, Valdeolmillos, Maldonado, Berrocal, Dzikic, Zamora y Cuspinera. Solo Vidorreta y Maldonado aguantaron m¨¢s de una temporada. El primero, tres (2012-14) con la ¨²ltima participaci¨®n por m¨¦ritos propios en la Copa en 2013. La segunda en estos diez a?os fue en 2019 como anfitri¨®n. El segundo estuvo dos y alcanz¨® los mejores resultados con dos 11? posiciones y el ¨²nico a?o con equilibrio entre victorias (17) y derrotas (17).
En el resto de campa?as, siempre por debajo del 50% de triunfos para un balance final de 116-213 en 329 partidos (del 2011 al 2021). Un rid¨ªculo 36,6% en una decena de temporadas que ha dado para solo dos clasificaciones para Europa, en la Champions, aunque en la segunda fue eliminado en la segunda ronda de acceso ante un desconocido Polski Torun, y claro cero playoff. Es el conjunto de la presente ACB que m¨¢s tiempo lleva sin clasificarse para las rondas por el t¨ªtulo: 2010. El siguiente en la lista, el Acunsa GBC en 2012. Un largo descenso hacia el infierno de tiempo indeterminado y de consecuencias inciertas.