Entre pol¨¦micas y talento: Houston cree en Kevin Porter Jr.
Los Cavs se desprendieron del joven jugador, que agot¨® su paciencia. Tras arrasar en la G League, el escolta ilusiona, pero no se aleja de los problemas.
![Houston Rockets assistant coach John Lucas talks to guard Kevin Porter Jr. (3) during the third quarter of the team's NBA basketball game against the Denver Nuggets on Friday, April 16, 2021, in Houston. (Mark Mulligan/Houston Chronicle via AP)](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/MNA5CV45OVOBNI5XAVFKGQYDZQ.jpg?auth=385208efa19c49565df702bdebf489a867c8e4595231b2d6b211c162f85296ba&width=360&height=203&smart=true)
"?Alguna vez hab¨¦is querido ver el final de vuestra vida?". Kevin Porter Jr. hizo saltar las alarmas hace poco m¨¢s de un a?o. Su mensaje, publicado en su cuenta personal de Instagram junto a una foto completamente en negro, vaticinaba lo peor. "Mantente fuerte, hermano, y borra esto de las redes", "la gente te quiere, aunque t¨² no lo creas, y no quieren ver esto, estoy aqu¨ª contigo, aunque no me conozcas", "borra esto, te queremos, eres demasiado importante para esta mierda", se pod¨ªa leer en sus comentarios. Las oficinas de Cleveland, su equipo por aquel entonces, tampoco se quedaron quietas. Pocos instantes despu¨¦s de la publicaci¨®n, el joven escolta, de 20 a?os, recibi¨® la llamada del general manager de la franquicia, Koby Altman, el entrenador, J.G. Bickerstaff, y la asistente Lindsay Gottlieb. Al colgar, el mensaje ser¨ªa borrado. En su lugar, aparecer¨ªa el siguiente: "Son lo peor. Amo a los que me rodean y me siguen cada d¨ªa. Agradezco las oraciones y su preocupaci¨®n, pero no se trata en absoluto de todo esto. Estoy bien. Ya he pasado mis peores ¨¦pocas, nada puede ser peor. Os amo, y gracias".
Sus peores ¨¦pocas han sido muchas. Esta temporada, los Cavaliers le apartaron del equipo tras un accidente de coche. En el interior del veh¨ªculo, marihuana y armas de fuego por las que fue arrestado. Todos los cargos fueron desestimados cuando se determin¨® que, tanto el coche como el arma, no estaban resigtrados a su nombre. Sin embargo, tuvo que pagar una fianza de 4.000 d¨®lares. Ya en la universidad, sus problemas extradeportivos tomaron serias alturas. Siendo jugador del USC Trojans, fue suspendido indefinidamente en su primer a?o por problemas de conducta. Finalmente, le acarrear¨ªa solamente dos partidos, aunque se perder¨ªa otros nueve por lesi¨®n. Cuestiones similares fueron las que llevaron en Cleveland a prescindir de ¨¦l. La llegada de Taurean Prince, efecto colateral del megatrespaso que llev¨® a James Harden hasta Brooklyn, hizo que su taquilla fuera cambiada de sitio. Se sinti¨® se?alado y, fruto de su cabreo, se gener¨® un clima de tensi¨®n amamantado en episodios anteriores. Hasta l¨ªmites insostenibles.
Tanto que le regalaron. Literalmente. Ha llegado a los Rockets por una segunda ronda de draft. Una miseria. Muy por debajo de su talento, conocido por todo el mundo, hasta por Altman o Bickerstaff; pero insuficiente, seg¨²n su criterio, para compensar todo lo que el jugador ha supuesto, y puede suponer, extradeportivamente. Fue seleccionado en 30? posici¨®n por Milwaukee Bucks en 2019 para ser inmediatamente traspasado a Detroit y, sin respiro, a Cleveland. Siempre ha sido, y por aquel entonces marc¨® su posici¨®n, una inc¨®gnita. Destac¨® desde temprana edad. En el instituto, en el Rainier Beach High School de Seattle, promedi¨® 27 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias. Con ese cartel lleg¨® a la educaci¨®n superior para, con todo lo explicado anteriormente, terminar jugando 21 partidos y promediar 9,5 puntos, 1,4 asistencias y 4 rebotes. La nebulosa del robo siempre impregn¨® su figura, dif¨ªcil de interpretar y, por eso mismo, tachada como uno de esos talentos an¨¢rquicos, impredecibles y, a veces, fugaces.
El "4", en honor a su padre
Poco despu¨¦s de llegar a los Trojans, uno de los entrenadores asistentes, Martin Bahar, se refiri¨® a ¨¦l simplemente como "Kevin Porter". "Porter Junior", replic¨®, inmediatamente, Kevin, tal y como relata Dustin Watson en The Ringer. Hubo un Kevin Porter antes que ¨¦l y tambi¨¦n fue baloncestista, hasta que las calles de Seattle le engulleron. Porter Jr. le recuerda a menudo en sus redes sociales. Creci¨® sin su figura paterna desde los cuatro a?os, n¨²mero que ha serigrafiado su espalda durante toda su carrera (en Houston no ha sido posible), y a la vera de una madre, Ayanna, que tuvo que multiplicarse para sostener econ¨®micamente el hogar.
"Aqu¨ª, si no juegas al baloncesto, est¨¢s en peleas entre pandillas, porque necesitas esa protecci¨®n", explica Oliver para el propio Watson. Conoci¨® a Kevin en una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro para j¨®venes en riesgo de Seattle y fue uno de los tantos que le acompa?aron durante su infancia y juventud. Uno de los tantos que luch¨® por alejarle de aquello que hab¨ªa arrastrado a su padre hasta la tragedia. Porter Sr. creci¨® en unas calles, seguramente, a¨²n m¨¢s duras. En 1993, cuando ten¨ªa 19 a?os, fue acusado de asesinato por la muerte a quemarropa de una ni?a de 14. El ¨²nico testigo, que primero declar¨® en su contra, termin¨® retract¨¢ndose para terminar describiendo un tiroteo no intencionado. La sentencia fue de cuatro a?os y medio de prisi¨®n por homicidio involuntario. Tras cumplirla en su totalidad, se convirti¨® en padre joven e intent¨® reconducir su vida. Hasta 2004. Seg¨²n Ayanna, Porter Sr. estaba tratando de ayudar a alguien que estaba siendo golpeado en un bar cuando le dispararon cinco veces y lo asesinaron.
![Kevin Porter Jr. en direcci¨®n a canasta ante Jaylen Brown y Jayson Tatum.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/RZAAGCRYJFMJ7EKQJXFX5DQLO4.jpg?auth=5adafc7142ad6bbf03a630d040185914c7de701c00e528742a0bb5a9aedf43d9&width=360)
Terremoto en la G League y esperanza en Houston
Y la anarqu¨ªa tom¨® el poder. En su primera temporada en la NBA, Porter Jr. no firm¨® grandes n¨²meros, aunque dio muestras de lo especial que es la idiosincrasia de su juego. 10 puntos, 3,2 rebotes y 2,2 asistencias que se han desencorsetado este a?o, dando uno de esos pasitos atr¨¢s que permiten coger impulso. Y, sobre la pista, Kevin cambia de ritmo como pocos. "Necesitaba ponerse en forma", declar¨® el general manager de Rockets, Rafael Stone, tras el buen debut del escolta con la franquicia. El pasado 11 de marzo, un mes y medio despu¨¦s de su fichaje. Entre una cosa y la otra, un transbordo en la liga de desarrollo de la NBA, la G League, que se qued¨® muy peque?o. "No hab¨ªa estado entrenando y lo necesitaba. La semana que ya estuvo con nosotros fue muy buena. Inteligente. Trabaj¨® duro. Hicimos todo lo que le pedimos que hiciera, hasta hoy. Hubiera sido un proceso mucho m¨¢s largo sin la G League. Fue una excelente manera de ponerlo al d¨ªa, algo que discutimos con ¨¦l y estuvo a favor ", explic¨® Stone.
L¨ªder en puntos (24,1) y segundo en asistencias (7,3). Inapelable. A la pregunta de si ser¨ªa capaz de trasladarlo a la NBA, respuesta contundente: en su segundo partido, frente a Utah Jazz, la franquicia con el mejor r¨¦cord de la competici¨®n, 27 puntos y 8 asistencias. Actualmente, un 15,5+3,8+6,2 de promedio que se ha visto menguado por dos actuaciones, de 2 y 4 puntos, acometidas con problemas f¨ªsicos. Despu¨¦s de tres partidos parado para recuperarse, 25 puntos frente a Minnesota Timberwolves y media de 16,5. Todo en orden en lo deportivo. Junto al rookie Jae'Sean Tate y, por supuesto, Christian Wood, se ha convertido en parte de la ¨ªnfima esperanza que le queda a una franquicia, ahora mismo, a la deriva. Hu¨¦rfana de James Harden, ha podido recuperar en Porter Jr., al menos, la esencia de su juego. Obviamente, a a?os luz de sus resultados. "Es mi hermano mayor", confiesa Kevin. "Le admiro miro mucho. Hablamos mucho. Me da consejos para que pueda tener ventajas. Siento que jugamos de manera similar. Creo que es porque los dos somos zurdos y a los dos nos gusta ese paso atr¨¢s. Sin embargo, soy mucho m¨¢s atl¨¦tico. Me impregnar¨¦ de James ".
En lo extradeportivo, todo lo estaba, hasta ahora. "Hace jugadas para los dem¨¢s. Es un aprendiz dispuesto, un gran chico. Es agradable estar cerca de ¨¦l", declar¨® Stephen Silas tras su debut como jugador de Houston. Tras otro par de partidos, incidi¨® en ello: "Nos preocupamos por ¨¦l como jugador de baloncesto, pero tambi¨¦n nos preocupamos por ¨¦l como persona. Es un proceso diario. La confianza no se construye en solo un d¨ªa o una semana. Se construye d¨ªa tras d¨ªa, semana tras semana y mes tras mes. Parece que va en una direcci¨®n bastante buena. Y Kevin lo percibe. Y lo agradece: "Se aseguraron de que estuviera en un buen estado mental y en una buena situaci¨®n fuera del baloncesto. Siempre nos cuidan. John, Silas y Stone se aseguraron de que me estaba preparando para volver a ser parte de ellos ". Porque lo necesita. Despu¨¦s de un mes y medio en la disciplina de los Rockets, ninguna pol¨¦mica hab¨ªa vuelto a salpicar su nombre. La metamorfosis parec¨ªa real, pero demasiado sencilla. Kevin es un tipo complejo. Estuvo presente en la pelea de su compa?ero de equipo, Sterling Brown, que termin¨® con el jugador de los Rockets en el hospital, gravemente herido; ahora, se encuentra en los protocolos de salud y seguridad de la NBA. No ten¨ªa permiso para estar donde estaba, en un club de estriptis; pero, de momento, Silas no parece que vaya a tomar cartas en el asunto en forma de castigo. Pondera m¨¢s el talento y sigue confiando en ¨¦l. "Es un gran chico".
La figura de John Lucas
Est¨¢ donde debe estar. Metaf¨®rica y literalmente hablando. Y no es casualidad que John sea el primer nombre que mencione en su lista. A John Lucas, se refiere. Actualmente, entrenador asistente de la franquicia, aunque lleg¨®, incluso, a sonar para ocupar la posici¨®n actual de Silas, con una aprobaci¨®n generalizada del vestuario. De Harden incluido. En el pasado, baloncestista profesional, con promedios de 10,7+2,3+7, All Rookie en la 1976-77 y un peculiar recuerdo en Texas: firm¨® un encuentro de 0 puntos... y 24 asistencias, el r¨¦cord de la franquicia. Y super¨® su adicci¨®n a las drogas, haciendo p¨²blico su caso y, posteriormente, ayudando a m¨²ltiples jugadores en situaciones similares a la suya.
Pas¨® de ser suspendido por los propios Rockets por consumo de coca¨ªna a comprar un equipo para ofrecer formaci¨®n y alternativas a j¨®venes en situaciones de riesgo. Bajo su tutela,?Keith Closs, p¨ªvot de los a?os 90, dej¨® atr¨¢s una situaci¨®n extrema: "Beb¨ªa en el banquillo durante los partidos y fumaba marihuana a escondidas en los descansos". O Lloyd Daniels, otro genio de esp¨ªritu libre cuya adicci¨®n al crack le atrap¨® en los ambientes m¨¢s hostiles: sobrevivi¨® a tres tiros en una reyerta relacionada con las drogas, pero los trozos de metal que le quedaron en el hombro no le impidieron pasar por varios equipos de la NBA en la misma d¨¦cada que Closs. "John es un gran hombre y estoy feliz de que est¨¦ a m¨ª lado", dice ahora Porter Jr. Y el mundo del baloncesto, Kevin.