Un borr¨®n "horrible" de los Mavs

Este partido se ten¨ªa que haber jugado el 19 de febrero, cuando lo aplaz¨® la inhabitual tormenta de nieve que cubri¨® Texas. Y all¨ª parecieron quedarse los Mavericks, un espectro que nunca asumi¨® que le tocaba jugar, como si se guiara solo por el calendario original y este mi¨¦rcoles no hubiera partido, fuera la realidad lo tozuda que quisiera ser. Igual era cosa de cabal¨ªstica: los Mavs llevaban cinco victorias seguidas y no sumaban seis desde el 8 de abril de 2016. Justo hoy se cumple un lustro. Y as¨ª seguir¨¢, por ahora. Porque los Mavs jugaron un partido horripilante y cayeron en Houston (102-93). Los Rockets hab¨ªan enlazado, el reverso de su vecino, cinco derrotas seguidas. Solo hab¨ªan ganado 13 partidos antes de este (ahora 14-37, un triunfo m¨¢s que los Timberwolves) y no es llevaban un final igualado desde, glups, el 28 de enero.

En la NBA hay derrotas malas. Por calendario, por rival, por circunstancias. Esta es una derrota mala para los Mavericks, que ven¨ªan lanzados y que ahora quedan (28-22) a dos partidos de los Blazers (sextos del Oeste) y a tres y medio de los Lakers (quintos) en su carrera por intentar evitar el play in en el que hacen frontera (s¨¦ptimos), de pronto con m¨¢s aire delante que detr¨¢s, donde aprietan los Grizzlies (26-23). Si los de Rick Carlisle quieren evitarse esa ronda previa, no pueden perder partidos como este. Ni pueden jugar as¨ª de mal. Se quedaron en un 37,9% en tiros (33/87), un 25% en triples (10/39, terrible 6/23 al descanso) y apenas dieron 16 asistencias por sus 9 p¨¦rdidas. Carlisle avis¨® despu¨¦s del partido de que la defensa hab¨ªa sido tan decepcionante como el ataque, aunque una zona colaps¨® a unos Rockets que no met¨ªan por fuera cuando la diferencia era de 13 puntos, ya en el tercer cuarto.

Tim Hardaway Jr reconoci¨® el jarro de agua fr¨ªa: "No s¨¦ si la gente se ha fijado, pero Portland hab¨ªa perdido el d¨ªa antes y ten¨ªamos que ganar este partido". Y mientras que Luka Doncic se centr¨® en la teor¨ªa del d¨ªa para olvidar ("Todo el mundo puede tener un mal d¨ªa, ?no? Fue un d¨ªa horrible para el equipo"), Kristaps Porzingis fue m¨¢s all¨¢ cuando se le pregunt¨® por qu¨¦ no hab¨ªa tenido ni un tiro en el ¨²ltimo cuarto: "Buena pregunta. Son las jugadas que ejecutamos... y es algo que ya ha pasado antes". Y reconoci¨®, otra mala noticia, que sus problemas de mu?eca no se van a ir por arte de magia: "Tendr¨¦ que lidiar con ello cuando acabe la temporada, por ahora tengo que seguir y espero poder sobrellevarlo".

As¨ª que para los Mavs, que llegaban en estado de plena felicidad, mejor que este partido se hubiera quedado en febrero. Porque, para colmo de males, la pifiaron cuando parec¨ªan a punto de arreglarlo en el ¨²ltimo cuarto despu¨¦s de convertir un 78-69 en un 89-89 con dos minutos y medio por jugar. Entonces les cayeron nueve puntos seguidos (98-89) de los Rockets, siete de un John Wall que volvi¨® como cicl¨®n tras cuatro partidos de baja: 31 puntos, 7 asistencias, 4 robos. Christian Wood acab¨® con 22 puntos y 10 rebotes, Olynyk cogi¨® 18 rebotes y Kevin Porter Jr, un gran talento con muy mala cabeza, particip¨® en ese despegue final con un tap¨®n y un mate y cerr¨® el partido en 14 puntos. Una alegr¨ªa inesperada para los Rockets en una temporada terrible para ellos y su entrenador, un Stephen Silas que salt¨® al puesto de head coach desde el puesto de ayudante¡­ de Rick Carlisle en los Mavericks.

Doncic tuvo una de sus peores noches de la temporada: 23 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias pero 5 p¨¦rdidas, 9/26 en tiros y 1/9 en triples. Porzingis acab¨® con en 23+12 pero frustrado en los ¨²ltimos minutos, y en un d¨ªa g¨¦lido de Richardson (un jugador sin t¨¦rmino medio y demasiados d¨ªas malos) y Melli, empujaron desde el banquillo Hardaway Jr (18 puntos) y uno que casi nunca falla, Jalen Brunson (14). Pero fue demasiado poco, incluso contra un rival bajo m¨ªnimos. Y los Mavericks de repente ven todo un poco menos luminoso. Pero esto es la NBA, y las oportunidades de revancha llegan por la v¨ªa r¨¢pida. Esta noche, en back to back, los Bucks. Un rival tremendo para volver a sonre¨ªr¡­ o torcer un poco m¨¢s el gesto.