Blake Griffin: del mate sobre un coche a no hacer ninguno
El ala-p¨ªvot de los Pistons ha transformado tanto su juego para evitar m¨¢s lesiones que su se?a de identidad durante tantos a?os ha desaparecido.
La carrera profesional de Blake Griffin est¨¢ alcanzando tintes poco esperados si viajamos en el tiempo y nos situamos en 2008. Estrella en la Universidad de Oklahoma, se preparaba para el gran salto. Las predicciones le colocaban en el n¨²mero uno de su promoci¨®n, la de 2009. En aquella camada de la que tanto se habla a?os despu¨¦s, por delante de James Harden, Stephen Curry, Ricky Rubio y otros jugadores de menor recorrido y exposici¨®n, Blake era el mejor seg¨²n lo que eligieron los Clippers. Un portento en lo f¨ªsico, una m¨¢quina de hacer dinero y un jugador con limitaciones pero mucho potencial. No jug¨® el primer a?o por una fractura en la rodilla izquierda, un severo aviso. Debut¨® finalmente en 2010 siendo considerado todav¨ªa un novato por la Liga al haberse pasado la temporada anterior en blanco. Empezaron a llover los puntos, las jugadas espectaculares, el dinero y, en su caso, toneladas de portadas en el papel cuch¨¦. Acoplado bien a la vida en Los ?ngeles y siendo uno de los abanderados de un estilo propio en los Clippers junto a Chris Paul, DeAndre Jordan, Jamal Crawford y dem¨¢s todo pintaba bien. Pero ese aviso iba a reproducirse con los a?os y a dejarle anestesiado de realidad, la de la exigencia f¨ªsica del deporte de alto nivel.?
En 2011, en la temporada de debut en la que tanto sorprender¨ªa al ser Novato del A?o y dejar p¨®steres para la historia, un acontecimiento sobresali¨®. Y no tuvo nada que ver con los Clippers ni con lo que aconteci¨® en una campa?a en la que se acab¨® el reinado de los vecinos, los Lakers, y se subieron al trono los veteranos Mavericks. Al final de aquel invierno el aliento de los aficionados de L.A. calent¨® cual caldera el Staples Center en el All-Star, disputado all¨ª, cuando vieron lo que hizo Griffin en el Concurso de Mates. JaVale McGee, DeMar DeRozan y Serge Ibaka comprobaron at¨®nitos un vuelo que recorrer¨ªa los telediarios de medio mundo horas despu¨¦s. Blake se llev¨® el trofeo como ganador de la contienda. La leyenda dice que la NBA ya hab¨ªa decidido el vencedor con anterioridad y se indujo a que se diera tal resultado. La acci¨®n en cuesti¨®n fue un machaque por encima de un coche, s¨ª, pero por la parte de menor altura, el cap¨®, que dej¨® a los aficionados con sensaciones encontradas: el mate era muy vistoso, pero la dificultad quiz¨¢ no era tanta como para ganar. La pol¨¦mica vino porque KIA, la marca de veh¨ªculos, fue la que puso el coche; la NBA cuenta con ella como patrocinador desde 2008. Los minutos de publicidad no son gratuitos y menos a tal escala.?
El caso es que a Blake Griffin no le ha sonre¨ªdo toda aquella suerte, basado en un buen trabajo de acondicionamiento y de lectura de juego, que jug¨® de su parte en su primer a?o. Las lesiones, ese aviso que le toc¨® en el momento de aterrizar en la liga mayor, han sido una constante. En 2012 se perdi¨® los Juegos Ol¨ªmpicos por ello, aunque los verdaderos problemas empezaron cuando rivalizaban en el Oeste con los poderosos Warriors de Steve Kerr. Cu¨¢driceps izquierdo, rodilla derecha, dedo pulgar del pie derecho, rodilla izquierda, y porque acab¨® traspasado. Con los Clippers, por lesionarse, hasta se fractur¨® una mano por meterle un pu?etazo a un utillero en un restaurante. Pero la racha ha seguido en los Pistons, a los que lleg¨® en 2018 y donde sigue sin ver un rumbo fijo que no sea otro que el de terminar su contrato y seguir amasando fortuna. Tobillo derecho y rodilla izquierda en hasta tres ocasiones. La cuenta, desgraciadamente, no para en lo que a frenazos se refiere.?
En 2020 lleg¨® el cambio de mentalidad. No quer¨ªa lesionarse m¨¢s y busc¨® autoprotegerse. Nunca ha destacado por sus lanzamientos desde m¨¢s all¨¢ de los cuatro o cinco metros. Su mec¨¢nica de tiro era demasiado rob¨®tica. Pese a que no ha cambiado mucho, ahora mete triples. Como muchas estrellas, se ha tenido que adaptar a estos nuevos tiempos en los que el tres vale por dos. Lo que ha buscado es alejarse del aro, le ha venido bien seguir la corriente. Menos contactos, menos riesgos. As¨ª quiere alargar su carrera. Tiene s¨®lo 31 a?os y, aunque arrastra un buen contrato, en verano ser¨¢ agente libre. El que un d¨ªa fue el rey de los mates ya no lo es, pero tampoco pr¨ªncipe o infante. No ha hecho ni un mate en lo que va de temporada y en su caso ya son doce partidos. En sus cuatro primeros a?os acumul¨® 784 volcadas s¨®lo en la fase regular de la NBA y ahora el contador est¨¢ en 0. En su primer a?o un 0,1% de sus tiros eran triples y ahora el volumen es de 59,4%, por lo que lanza m¨¢s de tres que de dos. Una metamorfosis que ni Franz Kafka.