Gigantesco Tavares

El Madrid gan¨® por fin fuera de casa, en Kaunas, en la pista del hasta ahora l¨ªder, y contin¨²a con su remontada en la Euroliga, a¨²n con balance negativo (3-4) pero m¨¢s cerca de los puestos de playoff. Ven¨ªa de caer abruptamente en Vitoria, Mil¨¢n y Barcelona, y pescar en el Zalgirio Arenas ante 239 espectadores le supo a gloria. Venci¨® como acostumbra, con vaivenes, algunos muy exagerados, y venci¨® por la exhibici¨®n descomunal de Tavares con 8 puntos seguidos en los dos minutos y medio finales.

El de Cabo Verde acab¨® con 22 tantos (iguala su mejor marca desde que volviera a Espa?a) sin fallar un lanzamiento (9 de 9) y atrap¨® adem¨¢s 12 rebotes de altos vuelos para concluir con 34 de valoraci¨®n. Y lo hizo tras cometer una temprana tercera falta con la que supo aguantar en cancha. Decisivo esta vez en ataque. Tanto como Campazzo en defensa en la segunda parte, con un giro de tuerca atr¨¢s que permiti¨® a su equipo resistir (eso, y 10 asistencias, tambi¨¦n 3 robos y 5 p¨¦rdidas). Entre ambos, 41 puntos y 61 de valoraci¨®n. La primera victoria lejos del Palacio; ahora llueve menos.

Que el calendario est¨¦ tan cargado y las rotaciones suelan ser tan amplias potencia que veamos un equipo y al cuarto siguiente otro completamente diferente. Es lo que le pas¨® al Madrid en Kaunas, como le hab¨ªa sucedido en Bilbao y en tantas otras tardes-noches. Hubo un quinteto, el de salida, que tras sufrir algo con los espacios y el bal¨®n en las manos encontr¨® el camino al aro. Estaban Campazzo y Carroll, 11 puntos cada uno en el primer cuarto, y andaba por ah¨ª Tavares con dos mates en dos continuaciones, tambi¨¦n Randolph y un Abalde que ayudar¨ªa luego a cerrar el partido.

El Facu embocaba tres triples y Carroll sal¨ªa bien de los bloqueos indirectos y hacia da?o con fintas y penetraciones, no con lanzamientos de tres. El Madrid volaba con 8 de 8 de dos en esos diez primeros minutos: 24-32. La diferencia toc¨® los 11 tantos (19-30) y a partir de ese momento el Zalgiris mantuvo la cadencia anotadora, incluso la elev¨®, mientras los blancos se frenaron. Se juntaron en escena Laprovittola, Taylor y Reyes, y a?adan a un Thompkins desacertado. Cuando Llull puso con un triple fin a una sequ¨ªa de seis minutos sin encestar en el segundo cuarto, el Real ven¨ªa de encajar un parcial de ?17-2!

El estadounidense Thomas Walkup, un escolta todoterreno reconvertido en base, castigaba demasiado la pobre defensa exterior merengue, que no dio un paso al frente hasta el tercer cuarto, cuando la sima era de 11 tantos y se ve¨ªa el abismo: 64-53. Ante los claros problemas ofensivos, hab¨ªa que tirar del freno de mano para detener al Zalgiris. Tavares comet¨ªa la tercera, inexistente, aunque Laso lo manten¨ªa en pista. Confianza con respuesta positiva. Era el mejor en ataque y en el rebote ya entonces. A pesar de que las fuerzas se equilibraban (19-19 en el tercer periodo), el Zalgiris conservaba la renta: 73-67.

El empuj¨®n que devolvi¨® al Madrid a la pomada lo dio Thompkins: dos triples y un tap¨®n. Un ca?onazo de Campazzo adelantaba al Real (77-79) y varias manos r¨¢pidas atr¨¢s le permit¨ªan recuperar balones y acelerar. Y frenar¡­ y arrear otra vez. El base argentino se pon¨ªa con cuatro faltas a 2:52 tras recibir una t¨¦cnica: 86-81. Contra las cuerdas, de las que le sac¨® un enorme Tavares con tres canastas (muy bien buscado y encontrado por Llull) y dos tiros libres. Ah¨ª agarr¨® la victoria. Hubo una pizca de suerte, queda claro, porque el Zalgiris marr¨® un par de canastas que parec¨ªan hechas. Pero la sombra de Tavares es alargada, incluso el d¨ªa que hace 34 de valoraci¨®n (su r¨¦cord en la Euroliga) sin colocar un solo tap¨®n. Gigantesco.