?Qu¨¦ fue de Pinone? El Oso del mejor Estudiantes de siempre
John Gabriel Pinone Jr. (Hartford, Connecticut, 1961) es una de las grandes leyendas de la Liga ACB y del conjunto colegial, donde estuvo 9 temporadas.
Ni muy alto ni muy atl¨¦tico para ser p¨ªvot. Ni un francotirador ni un machacador de aros. Sobraban kilos y faltaban cent¨ªmetros. John Gabriel Pinone Jr. (Hartford, Connecticut, 1961) era as¨ª, un c¨®ctel imperfecto de jugador de baloncesto, el lado oscuro de los estadounidense que dominaban la ACB en la d¨¦cada de los ochenta. Pero, aun as¨ª, con todos esas cualidades que le dar¨ªan menos de 70 en cualquier videojuego, se convirti¨® en uno de los grandes de la historia de la ACB. Una leyenda indiscutible del baloncesto espa?ol.
Aunque en el Ramiro es mucho m¨¢s que eso. Pinone fue una fractura en el destino del Estudiantes. Un cambio brusco en la historia colegial junto a David Russell, primero, y Rickie Winslow, despu¨¦s. No era el mejor (y era muy bueno, que no quepan dudas), sino el gran l¨ªder de un equipo que sum¨® dos de sus cuatro t¨ªtulos de siempre con ¨¦l: la Copa Pr¨ªncipe de Asturias en 1986 y la Copa del Rey en 1992, la segunda en el palmar¨¦s estudiantil 30 a?os despu¨¦s de levantar la primera (1963). Sin olvidar, claro, de aquel fant¨¢stico viaje a Estambul (chimp¨²n) para disputar la Final Four de la Euroliga en 1992 y que acab¨® con dos derrotas y cientos de dementes borrachos por las calles de la capital turca. Balance positivo para la animada afici¨®n colegial.
Inicios en Villanova
Pero antes de esos d¨ªas de vino y coca-cola, en 1979, cuando el Ayatol¨¢ Jomeini se convert¨ªa en L¨ªder Supremo de Ir¨¢n tras la revoluci¨®n contra el Sha (todas las fechas encajan para un Demente), Pinone comenz¨® su carrera universitaria. Su sue?o, la NBA. El medio, Villanova, que retir¨® su 45 en 1995. Rivales, nada f¨¢ciles: la Universidad de Houston de Hakeem Olajuwon; North Carolina con Michael Jordan, James Worthy y Sam Perkins. ¡°Nos quedamos a las puertas de la Final Four mis dos ¨²ltimas temporadas, pero es que nos tocaron dos equipos tremendos (¡). En cualquier caso, fue una gran experiencia, eso es con lo que me quedo: jugar contra todos esos grand¨ªsimos jugadores y saber que pod¨ªa competir con ellos, que estaba a su nivel¡±, asegur¨® Pinone en una entrevista en Jot Down hace dos a?os.
No todo fueron derrotas. Fue escogido como parte del tercer mejor equipo universitario del pa¨ªs en su a?o de s¨¦nior y estuvo con Estados Unidos en el Mundial de Colombia de 1982. Medalla de plata en Cali tras caer por un punto frente a la URSS (95-94) y paso a la NBA de la mano de Atlanta Hawks como n¨²mero 58 del draft (3? ronda) al siguiente verano. Una experiencia, la de la Liga norteamericana, r¨¢pida y poco glamurosa: siete partidos con 2,9 puntos y 1,4 rebotes de media y puerta de salida en Navidad.
Aterrizaje y debut ante el Madrid
Y lleg¨® Barajas, Madrid, el Estudiantes. Todo en 1984. ¡°No sab¨ªa nada del club ni de jugar en Europa. Yo quer¨ªa jugar en la NBA, ese era mi sue?o¡±. Fueron finalmente nueve temporadas con los colegiales: ¡°Despu¨¦s del primer a?o sab¨ªa que quer¨ªa seguir aqu¨ª¡±. Ah¨ª residi¨® una de las grandezas de Pinoso, su fidelidad a la camiseta colegial, la ¨²nica que visti¨® como profesional hasta su retirada en 1993 con 32 a?os y como Jugador Hist¨®rico de la ACB tras disputar 12.305 minutos (33? en el r¨¢nking) y anotar 6.175 puntos (16?). Casi nada.
Tambi¨¦n lleg¨® el Magata y el Ramiro, un choque absoluto para un jugador que se hab¨ªa forjado en las nobles instalaciones de los Wildcats y hab¨ªa tocado las infraestructuras NBA de Atlanta. Ahora, rodeado de ni?os, entrenaba con fr¨ªo en un parqu¨¦ con truco y jugaba bajo el humo del tabaco en las gradas. Costumbres y cultura nuevas en un Madrid que respiraba tras 40 a?os de dictadura y se quitaba los temores del 23-F.
Su estreno como estudiantil ya marc¨®. Fue contra el Madrid, en la tercera jornada de Liga y en la antigua Ciudad Deportiva. El resultado, la constante en esos a?os, victoria blanca por 98-86, pero dejando marca: desquicia a Fernando Mart¨ªn, que acaba eliminado por cinco faltas. ¡°Este p¨ªvot bajo, m¨¢s bien pasado de kilos y con pinta de oso, no para de hacer gestos a Vicente Gil para que le d¨¦ la bola teniendo a Fernando Mart¨ªn delante, como si llevar¨¢ toda la vida¡±, cuenta Pablo Mart¨ªnez, exbase colegial, que dijeron en la retransmisi¨®n televisiva sobre ¨¦l en su primer derbi ante el eterno rival. Fue solo el principio. El Estu, que llegaba de salvarse in extremis de no descender ante el Huesca por la labor de Pedro Rodr¨ªguez y Terry Sttots (s¨ª, el actual entrenador de Portland Trail Blazers), cerr¨® con 20 victorias en 33 partidos y billete para el playoff. En cuartos, caer¨ªa frente al Madrid, pero forzando el ¨²ltimo encuentro (116-98 para los blancos).
As¨ª jugaba John Pinone
N¨²meros y partidos. Victorias y derrotas. Pero qu¨¦ hac¨ªa a Pinone tan irresistible para la afici¨®n colegial. Primero, su insistencia en reinar bajo los aros con solo 202 cent¨ªmetros de altura ante rivales m¨¢s altos, m¨¢s fuertes, m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s guapos que ¨¦l. Y lo consegu¨ªa por inteligencia. Colocaci¨®n para recibir el bal¨®n y para lanzar de mil y una formas para evitar que el rival pudiera rechazar su tiros. De semigancho, tiros de cuatro metros, lanzamientos contra el tablero superando a sus marcas¡ Sab¨ªa pasar. Dominaba los tiempos y el rebote. Mataba desde fuera de la zona, organizaba como un base. Y sacaba una Zarpa que daba miedo para arrebatar cualquier tipo de bal¨®n. Era cerebral, magn¨¦tico con la afici¨®n. Era un p¨ªvot sin altura de p¨ªvot jugando de p¨ªvot. Un c¨®ctel loco que enamoraba a los chicos de la chilaba y el turbante.
As¨ª promedi¨® m¨¢s de 20 puntos (estad¨ªsticas ACB) en cuatro de sus primeras cinco temporadas antes de comenzar un descenso progresivo hasta su adi¨®s en 1993, donde firm¨® 12 tantos. Nunca llegar¨ªa a disputar una final de la ACB: las semifinales fueron su frontera. Pero la Copa del Rey en Granada liderando a un equipo de ensue?o (Azofra, Herreros, Orenga, Winslow...) como MVP y la Final Four de la Euroliga tras dejar en la cuneta al todopoderoso Maccabi (?bendito resbal¨®n, Jamchi!) son hitos may¨²sculos en un club que naufraga ahora en una infinita d¨¦cada ominosa.
Su marcha la marc¨® el padre tiempo. Y el descenso de rendimiento que va ligado a la edad. La llegada de una nueva generaci¨®n influy¨® igualmente: dejen salir antes de entrar. Las leyendas llegan y se van y Pinone volvi¨® a Estados Unidos junto a su esposa Annmarie y su dos hijas para dedicarse a entrenar a j¨®venes estrellas de instituto y trabajar en el sector financiero. Con el dinero tuvo alg¨²n susto: en 2010 fue declarado culpable de falsificaci¨®n de impuestos con una condena de seis meses de reclusi¨®n domiciliaria, seis de libertad vigilada y 10.000 d¨®lares de multa. Hasta el mejor escribano hace un borr¨®n.