No solo el '23': ?por qu¨¦ ha lucido Jordan el '12' y el '45' en la NBA?
A lo largo de su carrera, Michael Jordan ha llegado a lucir hasta tres dorsales en la NBA. Te contamos los motivos y la historia de cada uno de ellos.
Michael Jordan estar¨¢ siempre asociado a su m¨ªtico n¨²mero ¡®23¡¯. El, para la inmensa mayor¨ªa, considerado mejor jugador de la historia del baloncesto es una de esas figuras que trasciende el mundo del deporte. Un icono universal al que generaciones nacidas a?os despu¨¦s de su ¨²ltima retirada siguen idolatrando. No vamos a descubrir ahora lo mucho y tan bueno que hizo sobre una cancha de baloncesto. Su curr¨ªculum habla por s¨ª solo: 6 veces campe¨®n de la NBA en otras tantas Finales disputadas, 6 veces MVP de las Finales, 5 veces MVP, 3 veces MVP del All Star Game, 10 veces incluido en el mejor quinteto de la temporada (All NBA), all star en cada una de las 14 temporadas completas que disput¨® en la Liga, 2 oros ol¨ªmpicos, campe¨®n de la NCAA en 1982¡
Logros todos ellos unidos a su caracter¨ªstico ¡®23¡¯ con la excepci¨®n de sus dos aventuras ol¨ªmpicas. Se present¨® tanto en Los ?ngeles como en Barcelona luciendo el ¡®9¡¯ a la espalda porque la normativa de la FIBA imped¨ªa lucir otros dorsales que no fueran del ¡®4¡¯ al ¡®15¡¯. Su carrera NBA al completo la desarroll¨® con su n¨²mero habitual¡ salvo dos excepciones. Vamos con ellas.
Michael Jordan, el ¡®12¡¯ de los Bulls en Orlando
¡°Por favor, tengan presente que Michael Jordan llevar¨¢ est¨¢ noche el n¨²mero 12¡±, anunci¨® el speaker del Orlando Arena (el O-Rena) el 14 de febrero de 1990. En la primera temporada de Phil Jackson como entrenador, los Bulls visitaron en San Valent¨ªn por segunda vez a un equipo que se acababa de estrenar en la NBA en esa misma campa?a 1989-90. Como se imaginar¨¢n, aquel encuentro pas¨® a la historia como aquel en el que Air jug¨® con el ¡®12¡¯ y sin nombre ni apellido en la espalda. Pero, ?por qu¨¦?
28 a?os despu¨¦s, continuamos sin una resoluci¨®n oficial al respecto. En el ¨²ltimo compromiso de una gira de dos semanas y seis partidos fuera de Chicago, la camiseta con el '23' de Jordan a la espalda desapareci¨®. Los encargados de material de los Bulls no llevaban una de repuesto, pero s¨ª una de emergencia sin nombre y con el ¡®12¡¯. Todas las hip¨®tesis apuntan a un robo de la prenda, pero nadie ha sido capaz a¨²n de se?alar al ladr¨®n.
La hora del comienzo se acercaba, as¨ª que el personal de los Bulls trat¨® de buscar entre el p¨²blico r¨¦plicas de la camiseta del escolta. El vistazo dio resultados, aunque no positivos. Ninguna de las el¨¢sticas le valdr¨ªa a alguien de 198 cent¨ªmetros. Descartado el plan A, lleg¨® el momento de pasar al B. Turno para el equipo de seguridad. Tal como public¨® entonces el Orlando Sentinel, los vigilantes interrogaron al personal del pabell¨®n. No hubo suerte. El culpable nunca apareci¨® y el mejor jugador de todos los tiempos disput¨® el partido con el '12' a la espalda.
En una serie de 21/43 en tiros de campo, incluido un 0/2 en triples (entre ambas franquicias contabilizaron un 8/20, eran otros tiempos), el de Brooklyn se fue hasta los 49 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias sin p¨¦rdida alguna. Los toros llegaron a tener una ventaja de dobles d¨ªgitos en el tercer cuarto, pero acabaron cayendo 129-135 en la pr¨®rroga ante los de Florida.
¡°La frustraci¨®n viene de haber perdido un partido que ten¨ªamos que haber ganado. Me importa un bledo c¨®mo haya jugado. Tuvimos oportunidades para ganar que ten¨ªamos que haber aprovechado¡±, coment¨® despu¨¦s el ¡®12¡¯ por ese d¨ªa. ¡°Nunca me hab¨ªa ocurrido algo as¨ª antes. Resulta muy molesto porque uno est¨¢ acostumbrado a hacer ciertas cosas y no le gusta que se las remplacen¡±, prosigui¨® en la zona mixta. Unos comentarios con los que dej¨® patente su superstici¨®n. Tal era su enfado, que la rumorolog¨ªa apunt¨® que se march¨® sin firmar un solo aut¨®grafo.
Su primer regreso, portando el ¡®45¡¯
D¨ªas despu¨¦s de ganar su tercer anillo y cerrar el primer threepeat de los Bulls, James R. Jordan, su padre, era asesinado en el ¨¢rea de servicio de una autopista. Un triste suceso que acabar¨ªa teniendo su peso en la primera de sus dos retiradas no definitivas, anunciada al mundo el 6 de octubre de 1993. Un a?o y medio despu¨¦s, His Airness volv¨ªa a pisar un parqu¨¦ de la NBA con la gran novedad del n¨²mero de su camiseta. Hab¨ªa regresado como el ¡®45¡¯ de los Bulls.
¡°Cuando volv¨ª no quer¨ªa jugar con el dorsal con el que mi padre me vio jugar por ¨²ltima vez. Con ¨¦l ausente, pens¨¦ en un nuevo comienzo¡±, desvel¨®. Se hab¨ªa decantado por el n¨²mero con el que se hab¨ªa dejado ver durante su incursi¨®n en el b¨¦isbol, el mismo que llev¨® siendo un ni?o hasta que coincidi¨® son su hermano mayor, Larry, en el instituto. Como este ya portaba el ¡®45¡¯ decidi¨® dividirlo entre dos. As¨ª fue c¨®mo comenz¨® la leyenda del ¡®23¡¯, el n¨²mero que volver¨ªa a lucir precisamente en el partido n¨²mero 23 desde su vuelta.
Todo cambi¨® en el primer partido de las semifinales de la Conferencia Este ante, precisamente, los Magic. Orlando se apunt¨® el primer envite de una eliminatoria que se acab¨® llevando 4-2 con un robo decisivo de Nick Anderson a Jordan que desemboc¨® en un mate de Horace Grant al contraataque en los ¨²ltimos segundos. ¡°El n¨²mero ¡®45¡¯ no es el ¡®23¡¯. Al ¡®23¡¯ no le podr¨ªa haber hecho eso¡±, explic¨® ante la prensa Anderson. En el partido siguiente, tambi¨¦n en Orlando, cuando Michael se desprendi¨® la camiseta de calentamiento volv¨ªa a lucir el ¡®23¡¯, dorsal que hab¨ªa sido retirado por la franquicia despu¨¦s del anuncio de su primer adi¨®s. Michael firm¨® una hoja estad¨ªstica de 38 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias, 4 robos y 4 tapones y los de Illinois igualaron a uno la serie.
Nunca m¨¢s volvi¨® a lucir otro dorsal, tampoco durante su ¨²ltima etapa en los Wizards. Los Bulls fueron multados con un total de 125.000 d¨®lares por permitir en plenos playoffs un cambio que se convirti¨® en el gran centro de inter¨¦s. Una cantidad que seguramente pagaron gustosos. Arreglado el asunto de cara a la siguiente temporada, Air volvi¨® a brindar otros tres t¨ªtulos a Chicago. Todos llevaron el sello del, probablemente, dorsal m¨¢s conocido en la historia del deporte.