"Quiero hablar de un jugador de baloncesto, mi hermano"
Luis P¨¦rez Su¨¢rez es el primer m¨¦dico del Summa 112 fallecido a causa del virus. Jug¨® en la selecci¨®n j¨²nior con Romay y Llorente. Su hija, Marta, milita en el Barakaldo.
Luis Antonio P¨¦rez Su¨¢rez ten¨ªa 61 a?os y falleci¨® el pasado domingo a causa del coronavirus. Fue el primer doctor del Servicio de Urgencias M¨¦dicas de Madrid (SUMMA) en perder la vida a causa del virus. Trabajaba en el Hospital Vall¨¦s de Alcal¨¢ de Henares y lo compaginaba con la atenci¨®n domiciliaria del Summa 112 de El Molar (Madrid). Despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os de carrera m¨¦dica, se le consideraba uno de los pioneros en la atenci¨®n de emergencias en Madrid.
Deja mujer, que ejerce como ginec¨®loga, y tres hijos, uno de ellos traumat¨®logo y la mediana, Marta P¨¦rez, de 25 a?os, futura MIR y jugadora de baloncesto en el Barakaldo de la Liga Femenina 2. Como lo hab¨ªa sido su padre, un prometedor base que lleg¨® a entrar en la convocatoria de la selecci¨®n j¨²nior junto con Romay, Jos¨¦ Luis Llorente, Indio D¨ªaz... Luego milit¨® en la Primera B con el Complutense de Alcal¨¢ de Henares, el germen del Cajamadrid de la ACB.
"Ten¨ªa una alteraci¨®n cong¨¦nita en el coraz¨®n y lo mandaron a trincheras", explica su hija, que recuerda lo que su padre le escribi¨® antes de morir: "Algo he hecho mal para infectarme. He fracasado. No puedo ayudar y he arriesgado a mi familia". Marta le lanza esta promesa: "Voy a ser tu voz y la de todos los enfermos que se han ido".
Enrique, hermano de Luis, lo recuerda con este art¨ªculo: "Quiero hablar de un jugador de baloncesto, mi hermano".
El art¨ªculo de Enrique P¨¦rez Su¨¢rez dedicado a su hermano Luis
Quiero hablar de un jugador de baloncesto, mi hermano, Luis Antonio P¨¦rez Su¨¢rez, m¨¦dico del Summa 112 de la unidad de atenci¨®n domiciliaria de El Molar, que falleci¨® este pasado domingo 5 de abril de Covid-19.
Imaginen hace 43 a?os a un joven de 18, a un base de 1,92 m que manejaba el bal¨®n como si midiera 1,50, con una visi¨®n del juego que recuerda al mejor Magic Johnson "sin florituras". Ten¨ªa muchos argumentos. Su facilidad en el dribling y su asombroso cambio de ritmo nos dejaban a todos con la boca abierta y a sus rivales yendo siempre a su rebufo. Su visi¨®n en la distribuci¨®n del juego era prodigiosa. Hac¨ªa que hasta los compa?eros m¨¢s despistados se colocaran en su sitio.
Se prodigaba poco con los tiros a larga distancia, que entonces no sumaban tres puntos, pero con una efectividad que asombraba. "Pero tira t¨²", le dec¨ªamos desde la grada. Su punto fuerte en ataque era el pase. Colocaba el bal¨®n donde nadie lo esperaba. Hasta sus p¨ªvots se sorprend¨ªan con aquellos balones imposibles, con aquellas asistencias que por s¨ª solas val¨ªan dos puntos. Sus pases eran dirigidos por tecnolog¨ªa digital y ten¨ªan una trayectoria tan oculta e impensable, que siempre provocaba la misma expresi¨®n: "?Por d¨®nde lo ha colado?".
Imaginen a un chaval de complexi¨®n ast¨¦nica y de unos brazos tan largos que en su sombra se proyectaba la imagen de un extraterrestre. En su posici¨®n defensiva era un gran muro. Con los brazos como un pulpo incomodaba tanto a los bases rivales que les obligaba a dar su primer pase desde el mediocampo. Su balance defensivo era muy bueno y siempre bloqueaba el rebote para secar a sus oponentes.
Otra buena faceta de su juego era su transici¨®n. Ped¨ªa la pelota y r¨¢pidamente se colocaba en campo contrario. S¨²menle a todo esto una elegancia en el correr y en el jugar que recordaba a la del futbolista Laudrup.
Mi hermano estuvo en la selecci¨®n j¨²nior en una convocatoria con Romay, L¨®pez Iturriaga, Sibilio y en una preselecci¨®n con Llorente, Arcega, Indio D¨ªaz. Jug¨® torneos con la selecci¨®n espa?ola j¨²nior e incluso recuerdo un partido en nuestra ciudad, Alcal¨¢ de Henares. Finalmente, fue descartado por el seleccionador y entones decidi¨® ir cambiando el baloncesto por la medicina.
A mi hermano le ocurri¨® como al futbolista argentino Trinche Carlovich, que no pas¨® de la segunda divisi¨®n y del que se dec¨ªa: "El que no lo vio se lo perdi¨®". Siempre me ense?¨® que es m¨¢s bello un buen pase, una buena asistencia, que apoyarse en el tablero a medio metro y sumar dos puntos. La est¨¦tica de un buen pase por encima de la efectividad. Nunca ha estado bien valorada la discreci¨®n. Era muy callado.
Mi hermano, adem¨¢s, era muy buena persona y un gran m¨¦dico, pero esto merece un cap¨ªtulo aparte. DEP.
Enrique P¨¦rez Su¨¢rez