Vince Carter: el hombre que sobrevol¨® el mundo
El jugador se retira tras 22 temporadas, m¨¢s que nadie, en la NBA y con una trascendencia enorme a pesar de no haber ganado nunca el anillo.
?Qui¨¦n es realmente Vince Carter, ese jugador nacido en Daytona Beach, Florida, un 26 de enero de 1977? Y, sobre todo, ?c¨®mo puede tener su figura tanta trascendencia en el baloncesto moderno a pesar de no contar con ning¨²n anillo? Es una pregunta interesante desde el punto de vista baloncest¨ªstico, pero tambi¨¦n desde el cultural. Quiz¨¢ sea por su extraordinaria longevidad, que le ha permitido jugar hasta 22 temporadas en la NBA, m¨¢s que nadie, antes de retirarse con 43 a?os. O alomejor la natural evoluci¨®n que muchos veteranos han tenido de cara al aficionado, que ha pasado del odio al amor no de forma directa, pero s¨ª paulatina, hasta considerar casi una leyenda a alguien sin un curr¨ªculum especialmente grande pero con otras virtudes que le han permitido tener una conexi¨®n especial con el p¨²blico.
De una forma u otra, est¨¢ claro que algo de nosotros se ir¨¢ con la figura del legendario jugador, que ha ocupado dos generaciones enteras y ha visto como los que le idolatraban hace 20 a?os hoy lo siguen haciendo pero con una vida totalmente distinta. No como la suya, que sigue ligada a un deporte que ha evolucionado desde el estilo de los hombres altos (bal¨®n dentro-fuera), pasando por el pick and roll y acabando en la era de los triples. En todas esas etapas ha estado Carter, que en su car¨¢cter de n¨®mada ha dejado su huella hasta en ocho franquicias diferentes, ha pasado por Canad¨¢ y Estados Unidos, por la costa Este y Oeste y ha ido incluso a unos Juegos Ol¨ªmpicos. Una figura que ha sobrevolado el mundo entero y que ha ido dejando semillas que el tiempo han hecho florecer, siendo ovacionado en todas las ciudades en las que ha jugado. Que son muchas, desde luego.
Y hablamos de sobrevolar porque es lo mejor que se le daba a un hombre que pod¨ªa jugar de alero o de escolta indistintamente. Fue en el Concurso de Mates del 2000 cuando Air Canad¨¢, como le llamaron a partir de entonces en Toronto, dio el salto definitivo a la fama. Ya enamoraba con saltos mortales inimaginables y buenos n¨²meros en pista, pero ese concurso le elev¨® a otra dimensi¨®n. Para los anales de la historia quedar¨ªa la cara de asombro de Shaquille O'Neal, c¨¢mara en mano, cuando el alero hizo su primer mate, con giro de 360 grados incluido, con el que ya le daban como ganador. "Let?s go home! Let's go home!", excalamaba Kenny Smith, m¨ªtico comentarista del concurso. No volver¨ªa a repetir la franse hasta 2016, cuando las piernas de Aaron Gordon pasaron por encima de un bal¨®n y de la mascota que lo sujetaba. A¨²n hubo tres mates m¨¢s que no hicieron sino reafirmas su exhibici¨®n, una que le ha acompa?ado durante toda su carrera y que ha estado eternamente unida a su figura.
Esos a?os tambi¨¦n fueron los mejores de Carter a nivel individual. N¨²mero 5 del draft de 1998, logr¨® el Rookie del A?o con 18,3 puntos y 5,7 rebotes de promedio en la temporada del lockout y el siguiente se fue a los 25,7+5,8, con casi 4 asistencias de promedio. Fue el a?o del concurso de mates, el primer que disput¨® los playoffs y en el que se col¨® por primera vez en uno de los mejores quintetos, concretamente en el tercero. Y tambi¨¦n el que consigui¨® uno de sus mayores logros, el oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney, el tercer Dream Team tras las victorias de 1992 y 1996. All¨ª realiz¨® otro memorable mate, quiz¨¢ el m¨¢s famoso de la historia del baloncesto FIBA, cuando salt¨® por encima de Fr¨¦d¨¦ric Weis (2,18) para machacar el aro. "Es una de las mejores jugadas que he visto en mi vida", dijo Jason Kidd. La prensa francesa fue m¨¢s expl¨ªcita y bautiz¨® la acci¨®n como "el mate de la muerte" (le dunk de la mort).
La 2000-01 fue la mejor temporada a nivel estad¨ªstico de Carter, que se fue a los 27,6 puntos por partido y fue incluido en el Segundo Mejor Quinteto de la temporada. Su buena actuaci¨®n durante la regular season y su segundo All Star consecutivo (ue un fijo hasta 2007), fueron antesalas de su c¨²lmen baloncest¨ªstico, los 50 puntos que anot¨® a los Sixers en el tercer de una semifinales de Conferencia excepcionales, un cuerpo a cuerpo constante en el que Philadelphia sali¨® vencedora merced al tiro errado por la estrella en el s¨¦ptimo y definitivo duelo. Antes de eso, en el tercero, se alcanz¨® su cl¨ªmax con una actuaci¨®n asombrosa que incluy¨® 19 de 29 en tiros de campo y un excepcional 9 de 13 en triples. A¨²n se fue a los 39 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y 4 robos en el sexto, en el que empat¨® la eliminatoria con 17 de 31 en tiros de campo. En el ¨²ltimo se hundi¨® con 6 de 18, incluido el lanzamiento que habr¨ªa dado el pase a su equipo.
Desde entonces, Carter dej¨® de ser, como muchos, el hombre llamado a llenar el hueco dejado por Michael Jordan, con quien fue comparado en sus inicio. No volvi¨® a ser incluido en los mejores quintetos, como tampoco volver¨ªa al Concurso de Mates ni a los Juegos Ol¨ªmpicos, y solo super¨® los 25 puntos por partido una vez m¨¢s. Fue en los New Jersey Nets, equipo al que forz¨® el traspaso con un comportamiento muy cuestionado en la 2004-05, cuando cansado de pedir refuerzos pidi¨® marcharse de Canad¨¢ y mostr¨® su descontento con un pobre nivel en pista: 15,9 tantos de promedio en los 20 encuentros que disput¨® esa temporada, muy en contraste con los 27,5+5,9+4,7 de los 57 partidos restantes, ya con su nuevo equipo, con el que consigui¨® la clasificaci¨®n a los playoffs en el ¨²ltimo partido de temporada. En enero de 2005, estall¨® la pol¨¦mica en una entrevista publicada con John Thompson, en la TNT, en las que aseguraba no haberse esforzado en sus ¨²ltimos a?os como raptor ni en los 15 duelos disputados al inicio de ese curso. Aunque el periodista trat¨® de defenderle, sus palabras de filtraron a Sports Illstrated, ESPN y Toronto Star y la afici¨®n de la franquicia canadiense le se?al¨® como su enemigo n¨²mero 1, algo que se encargaron de demostrar cada vez que visitaba la ciudad que le vio nacer.
La sensaci¨®n de llegar siempre tarde
Cuando Carter protagoniz¨® su primer traspaso, puso la primera piedra en su reputaci¨®n de n¨®mada. Nunca estuvo m¨¢s de las seis temporada y media que permeneci¨® en Canad¨¢, aunque estuvo casi cinco en los Nets. All¨ª fue donde le empez¨® a perseguir la fama de llegar tarde a los sitios. Esa capacidad que tuvieron gente como Steve Kerr o Robert Horry para poner rumbo a franquicias ganadoras en el momento oportuno fue la que le falt¨® al alero. A los Nets llegaba dos a?os despu¨¦s de las Finales de 2002 y 2003, que apunto hab¨ªan estado en 2004 de eliminar a los Pistons, a la postre ganadores, en semifinales del Este (3-2 arriba con match ball en New Jersey). Con la nueva adquisici¨®n en pista y el big three que form¨® con Richard Jefferson y Jason Kidd nada volver¨ªa a ser igual. Sudaron para clasificarse para playoffs en 2005, algo que hicieron en el ¨²ltimo encuentro de temporada regular en el Boston Garden (con 37 puntos de Carter), antes de ser barridos por los Heat (4-0) en primera ronda.
Quiz¨¢ fue la marcha de Byron Scott, que abandon¨® la franquicia en 2004 y cuya ausencia dej¨® al equipo m¨¢s tocado de lo que parec¨ªa en un inicio. Al fin y al cabo, ha sido un entrenador mucho mejor que lo que demuestran sus ¨²ltimas aventuras, en Cleveland y Los ?ngeles. O alomejor, la dupla Carter-Kidd daba m¨¢s espect¨¢culo que resultados. De una forma u otra, Carter nunca fue el problema, pero tampoco la soluci¨®n; promedi¨® 24 y 25 puntos por encuentro las siguientes dos campa?as, en las que cayeron en semifinales del Este ante los campeones Heat, esta vez en cinco partidos y con 30 puntos por partido de la estrella, y los Finalistas Cavaliers de LeBron en una serie algo m¨¢s disputada (4-2) pero en la que no tuvieron opciones de victoria en ning¨²n momento. La 2006-07 fue la de su ¨²ltimo All Star y a¨²n aguant¨® un a?o m¨¢s en Nueva Jersey en un curso aciago en el que, traspaso de Kidd a los Mavericks mediante, se quedaron sin playoffs a pesar de los 20,8 puntos por partido de Carter, una estrella que empezaba a perder luz y que no volver¨ªa a superar la veintena de promedio.
La llegada a los Magic en 2009 estaba llena de promesas, pero el equipo que hab¨ªa llegado a las Finales unos meses antes no fue capaz de repetir la gesta con ¨¦l, que de nuevo lleg¨® tarde. Al proyecto de Howard y Van Gundy le faltaba coacci¨®n en una lucha por el t¨ªtulo que habia llegado demasiado pronto, pero los fichajes, que te¨®ricamente iban a mejorar al equipo (Jasn Williams, Matt Barnes), quitaron protagonismo a Howard e impidieron el asalto al t¨ªtulo. Carter puso rumbo a Phoenix a mitad de la temporada siguiente para repetir la historia, pero la franquicia que puso a los ¨²ltimos Lakers campeones en las finales del Oeste del 2010 se qued¨® sin playoffs sin la (ya cada vez menos) estrella en el equipo.
Evidentemente, echar la culpa a Vinsanity de estos fracasos es atrevido y el an¨¢lisis se queda corto acotamos los motivos de los fails a la presencia de la estrella. Los Suns sin ir m¨¢s lejos, se hab¨ªan dejado a un hombre de una importancia capital en verano de 2010,?Amar'e Stoudemire, que puso rumbo a los Knicks. Pero tambi¨¦n es imposible ignorar la escasa influencia positiva en el juego que tuvo Carter en los equipos por donde pas¨®, m¨¢s all¨¢ de su papel de mentor en los ¨²ltimos a?os de su carrera. En los Mavericks, a los que lleg¨® despu¨¦s del anillo de 2011, le pas¨® lo mismo: dos eliminaciones en primera ronda con una temporada sin playoffs entre medias. Y los Grizzlies, que alcanzaron su tope hist¨®rico con la final de Conferencia de 2013, contaron con Carter de 2014 a 2017 e hicieron una segunda ronda y dos primeras. Desde luego, el legado del jugador de Florida va m¨¢s all¨¢ de los ¨¦xitos de sus equipos, pero ignorar este hecho es dif¨ªcil y ha sido una t¨®nica en una carrera que es, y de esto no hay duda, hist¨®rica.
?Es Carter una leyenda?
Es dif¨ªcil saber que criterios seguir a la hora de dar a alguien esta nomenclatua. Est¨¢ claro que el curr¨ªculum de Carter no es comparable al de otras estrellas de su generaci¨®n, ya sean Kobe, Duncan, Garnett o cualquier otro con nombre m¨¢s modesto pero una mejor carrera. El alero vha vivido todav¨ªa dos aventuras m¨¢s en las que ya es dif¨ªcil exigirle nada, con 40 a?os y un papel irrisorio en los Kings y su pantagru¨¦lica crisis o la reconstrucci¨®n de los Hawks. En ambos casos ha actuado de mentor, un papel que ya desarroll¨® de manera obvia en los Grizzlies y parcialmente en los Mavericks, cuando todav¨ªa dej¨® alg¨²n que otro destello. All¨ª fue donde vivi¨® su ¨²ltimo gran momento de gloria, el triple ganador que hizo estallar al American Airlines Center en el tercer partido de una primera ronda donde los Spurs tuvieron m¨¢s dificultades que en ninguna otra en lo que ser¨ªa el camino al quinto anillo de su espectacular dinast¨ªa.
Es casi imposible situar a Carter dentro de un top 50 hist¨®rico, y cuesta verle dentro de los 100. Tampoco tiene anillos, ni MVPs, ni selecciones en el Mejor Quinteto. No es un gran defensor, ni un gran pasador ni especialmente bueno reboteando. Y, con todo esto, ?por qu¨¦ es tan querido? ?Por qu¨¦ le aplauden, all¨ª incluso en Toronto, d¨®nde se repiten los homenajes a pesar de haber sido el m¨¢s odiado, como si de una leyenda se tratase? Al final mirando en retrospectiva, muchos se acuerdan de como cedi¨® su puesto de titular a Michael Jordan en el ¨²ltimo All Star de este, all¨¢ por 2003. Tambi¨¦n sus exhibiciones tempranas, en la que le compararon incluso con el astro de los Bulls. O por el buen nivel mostrado en Carolina del Norte, donde pas¨® su etapa universitaria. O quiz¨¢ simplemente, sea por el papel de mentor que ha interpretado el ¨²nico hombre capaz de jugar en cuatro d¨¦cadas diferentes y de ser una referencia para chavales a los que saca m¨¢s del doble de su edad. Con la duda de si disputar¨¢ alg¨²n partido m¨¢s (?lo permitir¨¢ el coronavirus?), Vince Carter dejar¨¢, m¨¢s all¨¢ de su curr¨ªculum, una de las mejores actuaciones que se recuerdan en un Concurso de Mates y una personalidad magn¨¦tica y did¨¢ctica que, junto a su impresionante longevidad, le convierten en parte de la historia de la NBA. No es para menos.