Tarde fatal en Zaragoza
Espa?a, 23 p¨¦rdidas de bal¨®n, cae con claridad (69-80) ante la Polonia de Slaughter y Santi Yusta se lesiona, aparentemente de gravedad. La clasificaci¨®n no peligra.


Las sospechas de Sergio Scariolo eran fundadas. Polonia era peligrosa. Tanto que se llev¨® por delante a la Selecci¨®n a lomos de un Slaughter imperial. Desnortada en sus propias p¨¦rdidas (extravi¨® 23 balones), la tarde que ya pintaba a gris por la derrota, sin da?os irreparables en la clasificaci¨®n, vir¨® a negra con la lesi¨®n de Santi Yusta, que dej¨® en silencio el Pr¨ªncipe Felipe y termin¨® por darle un sabor cien por cien amargo al d¨ªa en Zaragoza.
Varias claves llevaron el partido a una situaci¨®n inc¨®moda ya al descanso (35-38). Especialmente, el apag¨®n ofensivo del segundo cuarto, en el que Espa?a perdi¨® ocho balones que anularon su superioridad en el rebote en la primera parte (22-13). Despu¨¦s de que un par de canastas de Yusta y un contragolpe de Barreiro situasen un marcador holgado (28-19), la Selecci¨®n se atasc¨® gravemente. Polonia, que hasta entonces no hab¨ªa considerado sus opciones en el partido, creci¨® a trav¨¦s de Slaughter, escolta del Coosur Betis y trotamundos de nivel que le hizo un agujero a una Selecci¨®n que hab¨ªa perdido el hilo y que, como en Cluj, se bas¨® en el coraz¨®n de Sebas Saiz y los puntos de Dani D¨ªez y Brizuela, que jug¨® demasiado poco en la primera parte. Apenas 4:47.
Un dato no habl¨® bien de Espa?a. En el primer cuarto dej¨® a Polonia en 15 puntos, pero en el segundo le dej¨® ir hasta los 23 y en el tercero, a los 27. En alg¨²n momento, los automatismos defensivos dejaron de funcionar y la Selecci¨®n empez¨® a hacer aguas preocupantemente. Mientras, su producci¨®n ofensiva no result¨® suficiente. De aquel lejan¨ªsimo 28-19 del ecuador del segundo cuarto, m¨¢xima diferencia de Espa?a, se pas¨® al 53-64, un resultado de ciencia ficci¨®n si se advierte que Espa?a doblaba en rebotes a Polonia al final del tercer cuarto (32-16). Pero lo peor estaba por llegar. A 7:32 del final, la rodilla izquierda le fall¨® a Santi Yusta. Por entonces, Espa?a ya estaba desbordada por un gran Slaughter y le hab¨ªa perdido el hilo al partido. Todos los ojos se fueron entonces al ir y venir de m¨¦dicos y fisios. Fue algo m¨¢s que una derrota, una tarde triste.