Dinero, enga?os y leyenda negra: Eddy Curry, un juguete roto de la NBA, confiesa su enorme calvario
El n¨²mero 4 del Draft NBA 2001, Eddy Curry, no triunf¨® en el baloncesto. Tras a?os de burlas por ello se ha animado a contar su tenebrosa historia.
Eddy Curry es uno de los jugadores a los que en la NBA se califica como juguete roto. Y la leyenda que se cierne sobre ¨¦l va en dos direcciones: su carrera como jugador fue en claro declive y muy por debajo de las expectativas, ya que hablamos de un hombre que fue n¨²mero 4 del 'draft' (2001) y que fue incluso campe¨®n (2012) pasando sin pena ni gloria por el equipo con el que lo logr¨®, y su vida fuera de la gran liga ha sido harto complicada. Sobre esta parte, la extradeportiva, poco se sab¨ªa...
Curry, en una desgarradora carta abierta publicada en The Players' Tribune, desgrana las partes m¨¢s oscuras de su vida con la finalidad de que el aficionado medio entienda a qu¨¦ se debe la ca¨®tica f¨¢bula que define su nombre.
El ya ex-jugador de la NBA pas¨® de jugar en los Bulls posteriores a Michael Jordan a unos Knicks donde no brill¨® demasiado, a ser campe¨®n con los Heat de LeBron James, a terminar su etapa en Estados Unidos en los Mavericks y a acabar jugando, tras un lustro sin actividad baloncest¨ªstica, en una liga asi¨¢tica con equipos de Taiw¨¢n, Hong Kong y Macao para luego retirarse definitivamente.
A continuaci¨®n, la traducci¨®n de su texto al espa?ol:
"La gente siempre bromea. Toda la gente. Y pasan los d¨ªas y siguen. Cuando el tema es Eddy Curry, las bromas salen f¨¢cil. Y lleva siendo as¨ª m¨¢s de una d¨¦cada. E incluso con tantos a?os con los que llevo fuera de la Liga, cuando mi nombre sale online o en las redes sociales, la gente sale con sus bromas. Es como... '?Eddy Curry? ?Recuerdas lo gordo que estaba? ?C¨®mo puede ser que te quiten la casa mientras juegas en la NBA?'. Y as¨ª es como b¨¢sicamente todo el mundo se r¨ªe a mis expensas. Tengo ya 37 a?os, soy un t¨ªo con el culo pelado y la gente puede decir lo que quiere y yo puedo vivir con ello, pero a la vez... la gente tiene saber algo. No todo es broma, no todo es gracioso. Os cuento..."
"24 de enero de 2009. Estoy en los Knicks. Jugamos fuera de casa, en Filadelfia. Estoy sentado en el banquillo en mitad del partido, con ropa de calle, cuando alguien me da una palmada en el hombro. 'Ey, Eddy, te necesitan dentro. Tienes que ir a la sala de masajes'. Supon¨ªa que era porque no estaba jugando o algo as¨ª, pero cuando llegu¨¦ all¨ª me encontr¨¦ a uno de mis amigos llorando. No sab¨ªa qu¨¦ pasaba. S¨®lo me pudo decir que llamara a mi asistente, pero nada m¨¢s. Agarr¨¦ el tel¨¦fono, le llam¨¦, le pregunt¨¦ qu¨¦ pasaba y hubo un par de segundos de silencio. 'Hermano, Nova est¨¢ muerta. La han matado'. Oyes esas palabras y la situaci¨®n se aleja bastante de la broma. 'Estoy aqu¨ª, en la escena del crimen. Parece que el beb¨¦ podr¨ªa estar muerto tambi¨¦n'. Todo era un mierda"
"Mucha gente no sab¨ªa qui¨¦n era Nova. Me vi con ella durante a?os cuando estaba en los Knicks. Tuvimos dos hijos juntos. El d¨ªa en la que la tirotearon en Chicago una de las que no sab¨ªa nada de ella era mi mujer, Patrice. Ella tampoco sab¨ªa de los ni?os que ten¨ªa con ella: Ava, de diez meses, y Noah, su hermano de tres a?os. Lo guard¨¦ en secreto durante a?os. As¨ª que ah¨ª estoy, sabiendo que mi peque?a hija y su madre acaban de ser tiroteadas y especulando con que mi matrimonio de casi cuatro a?os de duraci¨®n tambi¨¦n est¨¢ a punto de acabar. Ya no pod¨ªa ocultar todo eso m¨¢s. El tiempo empez¨® a pasar a mil por hora: el tel¨¦fono sonando, toda la informaci¨®n fluyendo, el funeral, etc. Muy pronto me vi en un avi¨®n de vuelta a Nueva York. Me dijeron que mi hijo Noah tambi¨¦n estaba en la escena del crimen con su madre y su hermana, pero que era tan peque?o que no entendi¨® lo que pasaba; trat¨® de despertar a su madre tras la balacera, vio que no pod¨ªa y, como crey¨® que estaba durmiendo, se acurruc¨® y se qued¨® dormido en su regazo"
"Cuando le pregunt¨¦ a la Polic¨ªa si sab¨ªa qui¨¦n lo hab¨ªa hecho, entend¨ª que el sospechoso era el abogado de Nova. Hab¨ªa empezado a salir con ¨¦l. El t¨ªo se llev¨® una pistola al 'baby shower' de Ava porque cre¨ªa que yo iba a estar all¨ª. Era peligroso..."?
"Una de las cosas que la gente me dice siempre es: 'Nadie dijo que tuvieras que ser famoso. T¨² lo quisiste, t¨² elegiste esto. Ya sab¨ªas de lo que iba la NBA'. Pues s¨ª, tiene sentido, pero quiz¨¢s no todo es tan sencillo. Honestamente, de ni?o ni siquiera quer¨ªa jugar al baloncesto. Siempre hay chicos que machacan en una canasta de pl¨¢stico tan pronto como se ponen a andar, chicos de los que sabes a qu¨¦ se van a dedicar: no era mi caso, el baloncesto no era mi sue?o vital. Cuando era ni?o, jugaba a videojuegos o sal¨ªa en bici con mis amigos. Hasta evitaba el baloncesto. Pero en la escuela mis amigos me presionaban para jugar. 'No puede ser que alguien como t¨² no juegue al baloncesto', me dec¨ªan. Era m¨¢s alto que los profesores. As¨ª que s¨ª, acab¨¦ jugando. Fui a hacer una prueba y lo hice terrible. Probablemente, el peor jugador de la historia en un equipo de middle-school... pero es que era alto"?
"Cuando el avi¨®n de los Knicks que ven¨ªa de Filadelfia aterriz¨® y llegu¨¦ a mi casa, Patrice estaba... Sinceramente no s¨¦ ni c¨®mo describirlo. Estaba exactamente como piensas que estar¨ªa una buena mujer que se acaba de enterar de que su marido la ha estado enga?ando durante a?os. Y no la culpo. Fui un marido penoso durante mucho tiempo. En aquella ¨¦poca viv¨ªamos en los apartamentos?Ritz-Carlton de Westchester (Nueva York), donde mi chico Quentin Richardson ten¨ªa varios alquilados; cuando se me dio a entender que no era bien recibido en casa esa noche, me fui a uno de los apartamentos de Q y, bajando las escaleras, iba traumatizado. Estaba all¨ª y ya, sin luces ni televisi¨®n ni nada, todo era oscuridad"?
"Me culpo de aquello. Todav¨ªa lo hago. Como padre y como hombre eres responsable de las personas que traes al mundo y da igual cu¨¢l sea la situaci¨®n. Ten¨ªa que proteger a mi hija y no lo hice. Sentado en ese apartamento me puse a pensar en bucle en todos los supuestos"?
"Cuando enterr¨¦ a mi hija, todo lo que me rodeaba era mal¨ªsimo: estaba sentado al final del banquillo en Nueva York, mi cuenta bancaria estaba tiritando, iban a subastar mi casa de Chicago y mis amigos de toda la vida me ment¨ªan y robaban. Y, desde ese punto, las cosas se pusieron todav¨ªa peor. Tuve que denunciar a mi agente porque estaba firmando cosas a mi nombre sin mi consentimiento. Tuve que pagar dos millones de d¨®lares a un tipo al que no conoc¨ªa de nada. S¨ª, apesta que la gente me robara dinero, pero tengo que ser sincero y admitir que el mayor problema financiero era mi propia personalidad; si alguien ten¨ªa una historia triste, no pod¨ªa decir que no; estaba pagando funerales, facturas de tel¨¦fono, pagos de letras de coches y no pod¨ªa decir que no. Luego descubr¨ªa que la mayor¨ªa eran mentiras. Y Patrice... estaba a todo, me trataba de advertir"?
"Por ejemplo, cuando contrat¨¦ a un chaval muy majo para hacer de ch¨®fer y me dijo que era una muy mala idea: 'Ha estado en la c¨¢rcel por robo con violencia'. Y le dije: 'Ha cambiado. ?Todo va bien!'. Estuvo conmigo durante a?os, le sali¨® una oportunidad de trabajo con la que no ten¨ªa que ir y volver a Chicago, escrib¨ª una carta de recomendaci¨®n y le contrataron, pero luego descubrieron su pasado y le echaron, yo no le volv¨ª a contratar y, como ni yo ni mis amigos le respond¨ªamos, decidi¨® subir el nivel. Una noche jug¨¢bamos contra los Mavericks en Dallas y un reportero me pregunt¨®: '?Qu¨¦ piensas de la querella que hay contra ti que dice que eres gay y que intentaste forzar a tu ch¨®fer a tener sexo con ¨¦l?'. La denuncia fue desestimada y nos llevaron a la conciliaci¨®n, donde tuve que acabar pag¨¢ndole cientos de miles de d¨®lares. Cuando se hab¨ªa acabado el acto, el juez nos dej¨® solos en la habitaci¨®n. Empez¨® a llorar. Me dijo: 'Lo siento, hermano, no quer¨ªa hacerte esto. Estoy en mal momento, necesito el dinero'. Me qued¨¦ en silencio y le espet¨¦: '?Entonces qu¨¦ me est¨¢s diciendo, que no tengo que pagarte?'. Y se sec¨® los ojos y me respondi¨®: 'Oh, no, sigo necesitando el dinero'. Y lo sent¨ª..."?
"Cuando me draftearon, no sab¨ªa c¨®mo manejar el dinero, protegerme de los buitres o construir una relaci¨®n mon¨®gamas saludable... C¨®mo ser un buen hombre, vamos. Me hubiera encantado, pero as¨ª es la vida"?
"Y Patrice es una hero¨ªna. Me pod¨ªa haber dejado unas cuantas veces, pero sigue ah¨ª. Llevamos 15 a?os casados y es la mejor persona que conozco, nunca me ha dado la espalda. Es una madre incre¨ªble de siete hijos, y eso incluye al Noah. Ahora tiene 14 a?os y no es sangre de su sangre y lleg¨® a su vida en probablemente el momento m¨¢s complicado, pero le quiere con todo su coraz¨®n. Esa relaci¨®n es la que me inspira"