?A lo Jordan-Wilkins! Jones gana a Gordon un concurso legendario
Espectacular Concurso de Mates resuelto en el tercer intento de desempate de la final. Aaron Gordon vuelve a quedarse a las puertas del t¨ªtulo.
Ten¨ªa que ser en Chicago, claro. Donde Michael Jordan y Dominique Wilkins firmaron en 1988 la final del concurso de mates que llen¨® de p¨®steres las paredes de tantas habitaciones por todos los rincones del mundo. Ten¨ªa que ser esta ciudad, esta vez el United Center y no el vetusto Stadium, de fr¨ªo, nieve y vientos helados del Lago Michigan. Esta que llevaba 32 a?os sin un All Star Weekend y que nos volvi¨® a hacer contener el aliento. Saltar, llevarnos las manos a la cabeza y gritar. Mirarnos asombrados, frotarnos los ojos y creer que lo imposible, aunque solo sea un pu?ado de veces, sucede en ocasiones justo delante de nosotros.?Eso es la magia en su estado m¨¢s esencial.
En su mejor versi¨®n, eso son los concursos de mates. Una m¨ªstica ¨²nica, una mezcla de plasticidad de museo y fuerza extra¨ªda del reino animal. El hombre contra sus l¨ªmites, el baloncesto hecho m¨¢quina de generar un espect¨¢culo que derriba cualquier frontera, real o imaginaria. Showtime. Seres humanos que vuelan y fotograf¨ªas que seguiremos viendo durante a?os. Un gran concurso de mates hace olvidar todas las malas ediciones, los fallos garrafales, los ejercicios poco imaginativos o los excesos de atrezzo. Un gran concurso de mates cambia el latido de todo un All Star Weekend y lo cuela en los libros de historia. Chicago 1988. Okland 2000. Toronto 2016... y Chicago, otra vez, 2020.
Gan¨® Derrick Jones Jr, adem¨¢s en el d¨ªa en el que cumpl¨ªa 23 a?os. Poco menos de dos metros de fibra angulada, un jugador que hace cosas incre¨ªbles de pronto, en combusti¨®n en pleno partido, y que qued¨® segundo en 2017 con la camiseta de Phoenix Suns. Ahora, en 2020, se coron¨® con la de Miami Heat (que ya se hab¨ªa llevado el concurso de habilidades con Bam Adebayo) y honr¨® un apodo que ahora todo el mundo entender¨¢ sin duda: 'Airplane Mode' (el modo aeroplano). Perdi¨® la final Aaron Gordon, que pudo ganar como pudo ser campe¨®n en 2016. El ala-p¨ªvot de los Magic no ha ganado nunca este concurso y ha hecho, la paradoja es tremenda, algunos de los mejores mates de la historia del evento. En 2016 le gan¨® Zach LaVine, esta vez Derrick Jones. Y no s¨¦ todav¨ªa si es justo o si importa siquiera. Ambos, como Jordan y Dominique en el Stadium, hicieron en el United Center algo que no olvidaremos jam¨¢s. Hay campeones del concurso de mates que apenas situamos en el tiempo, que requieren una visita a YouTube para refrescar la memoria. Con Aaron Gordon no existe ese riesgo: aunque no vuelva a participar, ya es una leyenda de esta concurso. Aunque no lo haya ganado. Y por eso no le olvidaremos jam¨¢s.
Primero cayeron Dwight Howard, con referencia a Kobe Bryant y con la capa de Superman en su segundo mate, y Pat Connaughton, la turbina de los Bucks con una elevaci¨®n vertical imponente. Los dos estuvieron bien, especialmente Connaughton. En muchas ediciones habr¨ªan sido finalistas, pero en Chicago 2020 el nivel era exagerado, estratosf¨¦rico, hist¨®rico. Jones y Gordon se metieron en la final con dos mates de puntuaci¨®n perfecta (50 puntos) y en ella y despu¨¦s de los dos primeros de rigor se fueron a tres de desempate tras enlazar otros cuatro de 50 cada uno. En ese tercer desempate, ya casi sin ideas y con cada vez menos fuerzas, Derrick Jones hizo 48 saltando desde casi la l¨ªnea de personal, muy sobrado, y Aaron Gordon se qued¨® en 47 tras elevarse, otro momento para el recuerdo, por encima de los 226 cent¨ªmetros de Tacko Fall. Para entonces, el United Center era una fiesta desatada, un manojo de nervios, un escenario feliz.
En ese trance de cincuentas inacabables, pudo haber puntuaciones infladas o pudo no haberlas. No importa, en realidad. El jurado tambi¨¦n entr¨® en trance. Vimos a Wade alucinado, a Dominique con cara de pasmo, a Julius Erving dando su bendici¨®n... y a Shaquille con la c¨¢mara de v¨ªdeo, como en Oakland 2000 en plena explosi¨®n de Vince Carter. Los mates son de v¨ªdeo: todos. Gr¨¢ciles, violentos, creativos, imposibles. Como tiene que ser. Balones al canto del tablero que luego pasaban por debajo de las piernas en giros de 360 grados, saltos sobre invitados con recorridos imposibles del bal¨®n, jugadores suspendidos en el aire en tramos de tiempo il¨®gicos, coreograf¨ªas absurdas y, precisamente por eso, perfectas.
Jones Jr y Gordon fueron al l¨ªmite y firmaron un concurso de mates para la historia, un cl¨¢sico de nuevo cu?o. Y solo por eso, solo por esa final con cinco mates y cuatro cincuentas por cabeza, Chicago 2020 ha merecido la pena. En su mejor versi¨®n, la NBA sue?a y hace so?ar, se eleva como un espect¨¢culo ¨²nico, construye leyendas sobre los hombros de quienes hab¨ªan hecho las suyas para generaciones anteriores. Chicago, de 1988 a 2020. Del Stadium al United Center. De Michael Jordan y Dominique Wilkins a Derrick Jones Jr y Aaron Gordon. Gan¨® el primero pero cuesta no ver claro que ganaron los dos. Y la NBA. Y todos nosotros. Maravilloso, maravilloso concurso. Para el recuerdo.