COPA DEL REY | REAL MADRID 91 - 68 VALENCIA
El Madrid pasa el rodillo y jugar¨¢ la final de la Copa del Rey
Los blancos, con un Tavares decisivo y un Campazzo en modo MVP, jugar¨¢n su s¨¦ptima final seguida. El Valencia, anulado. El Facu sum¨® 9 asistencias y 7 robos para 31 de valoraci¨®n.
No por repetido deja de ser elogiable. El Madrid, a la final de Copa, otra vez, la d¨¦cima en los ¨²ltimos once a?os. Desde 2010 solo ha faltado en 2013 y tras caer ante el Bar?a en cuartos despu¨¦s de dos pr¨®rrogas. Para que se hagan a la idea, en las 16 temporadas previas (1994-2009) ¨²nicamente alcanz¨® el encuentro decisivo tres veces y no venci¨® en ninguno. A la final, decimos, y pasando el rodillo ante el que era el nuevo equipo de moda en M¨¢laga tras abatir a un Bar?a Mirotizado. No hubo color, ni tensi¨®n ni emoci¨®n. Solo un fogonazo de Abalde y un frenazo blanco nos hicieron ver partido donde no lo hab¨ªa (la m¨¢xima, 78-48). No con un Madrid tan s¨®lido, y a¨²n menos con un Tavares decisivo y un Campazzo, otra vez, s¨ª, en modo MVP. Laso vuelve a abrazarse a su torneo fetiche. Una victoria m¨¢s, les dice ahora a los suyos.
Con el Valencia erigido durante 48 horas en la nueva gran amenaza de la Copa, el Madrid sali¨® m¨¢s que centrado, muy motivado y con el guion aprendido al dedillo. La defensa blanca colaps¨® por completo al tercer mejor ataque de la ACB, tanto que los de Ponsarnau alcanzaron el descanso a gatas, a punto por minuto. Con unos paup¨¦rrimos 20 tantos encestados, nueve en el segundo cuarto, la sorpresa era que el coraz¨®n taronja a¨²n palpitara, poco pulso aunque vivo: 34-20.
El Madrid nunca vol¨® en ataque en una primera parte de poco ritmo, pero Campazzo se adue?¨® del duelo en est¨¢tico. Tuvo paciencia para mover el bal¨®n y acert¨® de tres. Le respaldaban Deck, que cargaba al poste y abr¨ªa as¨ª espacios; un Randolph muy metido y Tavares, que barr¨ªa los rechaces. Atr¨¢s, el caboverdiano pon¨ªa un cerrojo gigante imposible de forzar.
Campazzo, formidable
El Valencia solo cole¨® con un arre¨®n de Abalde para cerrar el primer cuarto y luego llegaron las rotaciones. Entr¨® un Taylor incisivo, poco despu¨¦s Llull y cuando el quinteto se complet¨® con Rudy, Thompkins y Reyes, el Madrid se apag¨®. Ataques de balonmano, uno tras otro sin rebasar la l¨ªnea de tres, cada vez m¨¢s encajonados a ocho metros. Un muy mermado Rudy abri¨® la veda (0 de 4) y le sigui¨® Llull (otro 0 de 4) y Taylor a?adi¨® dos fallos m¨¢s. Reyes, ovacionado por la grada y desde ya el jugador con m¨¢s partidos ganados en la historia copera (34, uno m¨¢s que Navarro), ejerc¨ªa de pilar reboteador (4 entonces). Del 28-13 al 28-20 en medio periodo.
La entrada de Causeur dinamiz¨® a los blancos, porque quebr¨® esa muralla imaginaria que se elevaba en el triple y no dejaba pasar a nadie. Su capacidad para generar juego y penetrar ayuda a Llull. El Real daba otro brinco hasta el intermedio y uno m¨¢s, el definitivo, en la reanudaci¨®n. Ah¨ª el Valencia dej¨® de latir, le falt¨® fuerza y entrega, le falt¨® encontrar caminos al talento y a los obst¨¢culos planteados por un gran adversario. Nadie se signific¨® y, si con un ritmo bajo languidec¨ªa, a uno m¨¢s vivo pereci¨® sin paliativos frente a un Campazzo formidable (15 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias y 7 recuperaciones para 31 de valoraci¨®n en 22:47) y a un Tavares inabarcable. Gran labor de Randolph, pese a sus molestias en el s¨®leo, y de Deck.
El Madrid de los t¨ªtulos, el que compite siempre, ven¨ªa renqueante pero ha llegado puntual a la primera gran cita del a?o. En la final por s¨¦ptimo curso seguido, que se dice pronto y se tarda media carrera de un jugador en conseguirlo.